25.4.16

Tú no eres.

A lo largo de la vida me he encontrado personas que, por diferentes circunstancias, estaban en lo más profundo de un pozo, o camino a ello. Gente que se hundía en un mal momento, incapaz de reaccionar o de creer que podía superarlo, y me han dado penita, siempre me dan, y en esos momentos hago lo que siempre hago: brindarles mi compañía y apoyo hasta que se encuentran mejor.

Pero pasa una cosa con algunos de ellos. Que no lo aprecian.

No lo aprecian porque mientras están mal saben que estás ahí preocupándote por ellos, implicándote, animándoles, pero en el momento en el que están mejor olvidan que estuviste ahí cuando, tal vez, nadie más estuvo. Aguantaste desplantes, palabras duras, quejas, cuando pensaste que era por los malos momentos que pasaban, pero realmente es porque no eres tú quien quisieran que estuviera ahí. Es como si te tuvieras que esforzar más por ser merecedor de sus gratitudes y simpatías, cuando realmente lo hiciste por simple empatía.

Desprecian cuanto haces, ningunean tu persona, y luego por detrás se burlan de lo que has hecho por ellos, cuando no ganabas nada ayudándoles, sólo era pena por ellos. Y todo es porque la persona que tal vez causó la suya no estaba ahí volviendo a ellos, tal como desean y no se dan cuenta.

¿Y qué se puede hacer?

Nada. No se puede hacer absolutamente nada. Porque hay gente así de ingrata, de desagradecida, de retorcida, para querer tenerte ahí pero quejarse si no lo estás. Malas personas que por delante te lloran y por detrás te insultan o se burlan de ti.

Pero tú no tienes la culpa.

Querer ser buena persona desinteresadamente es lo que tiene, que puedes encontrarte a esta clase de gente que paga contigo lo que no se atreve con la persona que causó sus males. No se atreven a decirles a ellas lo que te dicen a ti. No son capaces de decirles sus quejas, sus lamentos y sus reproches a alguien que los ha causado, pero sí a ti.

No eres quien ha causado tanto odio ni tanta rabia, y has ayudado a gente que no se lo mereció. Pero acuérdate del karma y aléjate de ellos porque ni te merecen, ni te aprecian ni lo mereces tú.

Usando un símil, todos recogeremos lo que sembramos. Y ellos también.

Así que date media vuelta y aléjate de donde no te quieren.

1 comentario:

- dijo...

Cuánta razón tienes. Gracias