4.4.16

A veces todo va bien

Las cosas a veces van tan mal que me da miedo preguntarle a la gente que cómo le va. Paro, muertes, enfermedades y desgracias varias salpican la vida de los demás, pero está bien preguntar para que vean que te preocupas por ellos, que hace tiempo que no hablamos y no está de más saber uno del otro.

Y entre tantas maluras y desastres, aparece alguien te dice que le va bien. Y te enumera, compartiendo contigo, los motivos de su felicidad. Buena suerte, gran futuro, gran compañía, grandes proyectos, bebés a la vista e, incluso como me dijo alguien, un premio de la lotería bastante suculento.

Y yo pienso: anda, pero si a la gente le puede ir bien, y yo con miedo a preguntarles. Qué tonta soy a veces.

Y  me alegro, qué narices. Me alegra saber que alguien es feliz en este momento, que disfruta de un momento dulce, de una ilusión, de una época divertida o de un gran momento personal. Y me alegro porque hay esperanza entre tanta amargura, entre tanta tristeza, entre tanta desolación.

Y el que se amargue por la felicidad de otro, tiene un problema, y grande.

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