22.4.19

Just me, myself and I

Cuando hemos estado compartiendo la vida con otra persona nos acostumbramos a tener siempre a alguien con quien hablar, salir, discutir, viajar... Se nos hace tan cotidiano que es imposible pensar o decidir nada que no incluya a esa persona. Incluso cuando hacemos algo que sólo nos afecta a nosotros (comprar unas simples bragas, cortarte el pelo o aceptar una invitación de boda por parte de un familiar cercano tuyo) pensamos en esa otra persona con la que compartes la vida.

No sé si conocéis la experiencia única que es la de vivir sin nadie más en casa.

Yo creo que debería ser obligatorio por lo menos una vez en la vida.

Sin hijos y sin padres. Sin pareja. Sin nadie más que contigo mismo. Tú decides, eliges, quieres, piensas y haces. No tener que decirle a nadie dónde vas, con quién ni cuándo volverás. Que te surja algo y que aparezcas por casa dos días después sin tener que avisar a nadie de que no volverás o que tardarás en llegar. No pasa nada por tener que bajar la basura tú sola. Tampoco que tengas que ir tú, y sólo tú, a comprar víveres para subsistir. Que puedas prescindir de cocinar y alimentarte de mierdas varias. Que puedas llevar a casa a quien quieras y sin repetir. Y sin dar explicaciones. Ser la dueña del mando de la tele. La reina de la casa.

Elegir con quién irte de vacaciones o con quién pasar un fin de semana. Encontrarte con la libertad de no encontrarte con un mensaje preguntándote dónde estás ni a nadie ocupando la otra parte de la cama cada día. Abrirte a nuevas oportunidades, a otras personas, que con pareja o en compañía ni te lo plantearías.

Conocerte mejor. Ver de lo que eres capaz. Decidir por ti misma. Quererte en vez de repartir el cariño que antes le dabas a alguien que, seguramente, no apreció. Mimarte. Vaguear. Cuidarte. Cocinarte. Experimentar. Descubrirte. Proponerte. Arriesgarte. Ganar. Perder. Explorar. Ser. Disfrutar.

Vivir sola es maravilloso. M A R A V I L L O S O

Me pregunto si me acostumbraré a vivir otra vez con alguien...

11.4.19