25.11.20

De perros y hombres

Yo nunca quise tener un perro.

Realmente, ni siquiera lo había pensado. Jamás se me había pasado por la cabeza, nunca lo había sopesado, planteado ni imaginado. Ni como supuesto. En la vida había tenido esa idea. Y ahora resulta que me siento como la mujer que susurra a los perros, porque parece ser que me llevo mejor con los perros de lo que me imaginaba.

Que una cosa es pensar en tener perro y otra, muy diferente, es que te gusten. A mí me gustan los perros de los demás porque yo no me había planteado nunca tener uno propio.

Que se alegre de verte llegar a casa, que te reciba con alegrías, que quiera jugar contigo, que te traiga sus cosas para que las arregles, que quiera acompañarte cuando quieras salir, que se quede durmiendo con la cabeza sobre tu muslo... Joer, es mejor que tener novio, no fastidies. Los animales son mucho más nobles que cualquier tipo que con el que haya salido yo. Porque tanto a los perros como a los tíos con los que he salido hago una cosa en común: tratarlos muy bien. La diferencia es que los perros lo agradecen. Los tipos estos, además de que se les hace poco, quieren más, y además, para despreciarlo.

Los perros de mis amigos son cariñosos, se abalanzan sobre ti y a veces no controlan la fuerza que tienen cuando son grandes. Porque me gustan los perros grandes. Me encanta hacerles rabiar y juego con ellos. Les pongo los pies encima cuando están tumbados y les rasco con los dedos, y ellos se dejan, disfrutan, o quieren más cuando me detengo. Me traen sus juguetes cuando quieren jugar. Me miran esperando una galletita que suelo tener por ahí para ellos. Se dejan acariciar y abrazar. Se quedan durmiendo a mis pies o sobre el sofá junto a mí permitiendo que les esté rascando la cabeza, el cuello o el lomo. Mueven su cola alegres cuando me ven y me reciben con todos los honores. Me hacen sentir bien. Joer, que sólo soy una amiga de sus dueños y agradezco ese cariño que comparten y te dan.

Nunca he salido con nadie que tuviera perro, ahora que lo pienso. Supongo que es una señal. Yo tampoco he tenido perro, vale, pero no me he comportado como han hecho los personajes con los que he salido. Los perros agradecen que les traten bien. Los perros son muy agradecidos.

No comparo a hombres y a perros, yo sólo quería contar que nunca había pensado en tener mascota.

Jamás se me había ocurrido.

Nunca.