15.11.16

Lo que nos enseñó Groucho Marx

Yo tuve una amiga que me ofreció un aparentemente buen puesto de trabajo. Aparentemente tenía un buen sueldo, sector metal. Lo único que tuve seguro desde el principio era que estaba cerca de mi casa. Ese aparentemente buen trabajo, bien remunerado y cerca de casa resultó ser una mierda en la que pronto mi sueldo se convirtió casi en la mitad y cada vez tardaban más en pagarme, hasta que dejaron de hacerlo porque sí. Mi amiga, la mano derecha del jefe, no sólo era su secretaria. Huy, creo que no debería usar esa expresión, puesto que era la amante del jefe. No sabía que los demás nos dimos cuenta, y ella iba como si fuese la dueña de la empresa, y el jefe la dejaba hacer y deshacer a su antojo. Me fui por piernas, claro, pero antes me pagaron todo lo que me debían, cosas de sindicatos. Incluso la parte de sueldo no cobrado de los meses que se redujo mi nómina por arte de magia. Mi amiga dejó de ser mi amiga, por supuesto.


"Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna." Groucho Marx.

Otra vez una conocida empezó a salir con un chico que la invitaba a todo. Todo eran regalos, cenas, viajes, y ella no ponía un duro. Era felicísima viendo cómo el otro la agasajaba y la colmaba de dádivas. Cada vez que ella abría la boca el otro le compraba lo que señalara. Luego el otro hacía lo que le daba la gana, pero ella seguía a su lado aguantando lo que cayera. Sin él no podía tener ese ritmo de vida, esa cantidad de cosas, hacer tanto... Porque ella precisamente no era de las más trabajadoras y casualmente con él no necesitaba trabajar porque para qué, si él tenía un sueldazo que ella acababa disponiendo a su antojo.

"Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero. ¡Pero cuestan tanto!" Groucho Marx.

Mi primer amor, de entre todas las mujeres del mundo, eligió a la hermana de un alto cargo con muuuuuucha gente famosa entre sus círculos de trabajo y de amistad. Gracias a los contactos que hizo por ser su cuñadísimo, la empresa de su padre fue de viento en popa y él pudo conocer a esa gente importante y famosa con quienes codearse, hacer negocios y hacer amigos. 

Chico: Un coche y un chófer cuestan demasiado. He vendido mi coche. 
Groucho: ¡Qué tontería! En su lugar, yo hubiera vendido el chófer y me hubiera quedado con el coche. 

Chico: No puede ser. Necesito el chófer para que me lleve al trabajo por la mañana. 

Groucho: Pero, ¿cómo va a llevarle si no tiene coche?. 

Chico: No necesita llevarme. No tengo trabajo." 

(Sopa de ganso)

El chico del que hablé hace un par de posts se puso a salir con una chica que tenía un cargo directivo en una empresa, ganando una pasta gansa y gozando de un nivel social muy elevado, además de propiedades en varios puntos de España. Enumeraba la de cosas que ella le regalaba, le compraba, le invitaba... Parte de la casa de este elemento la amuebló incluso con el mobiliario que se retiró de la oficina en la que ella trabajaba porque habían comprado otro nuevo. Y aunque era alguien que no quería comprometerse con nadie, con ella cambió de opinión radicalmente. Me acuerdo que siempre comentaba que no le gustaba regalar, pero desde luego, aceptar regalos se le daba divinamente. Míos, de alguien, de ella, de cualquiera. Pero de ella, más aún, porque eran regalos que nadie llegaba a ese poder adquisitivo.


"¿Pagar la cuenta? Qué costumbre tan absurda." Groucho Marx.

Trabajé con gente con pareja que acabó liada (tanto hombres como mujeres) con sus respectivos encargados y jefes. Ante un recorte de personal, precisamente esta gente no fue la despedida. Daba igual el sitio, parece que eso funciona. Había un jefe de 1.55, canijo y feo, que se llevaba a las tías de calle. Pero si daba pena verlo...  Pero las afortunadas eran renovadas, los afortunados eran renovados, y los demás no lo éramos. No digo que todos los renovados hicieran algo con los encargados para que les renovaran, qué va. Había gente muy válida. Pero tambi´en la gente que se había liado con alguien de arriba.

"¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Le dejó mucho dinero su difunto marido? Conteste primero a la segunda pregunta." Groucho Marx.

O sea: que si gozas de una superioridad económica o laboral eres objeto de deseo y por eso la gente se fija más en ti y aguanta lo que sea, y eres perfecto, estupendo y no quieren soltarte.

"¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted." Groucho Marx. 

Pero oye, que la gente que hace esas cosas que se prostituya como quiera. son libres de hacerlo, y la diferencia está en el precio, en el status y en el beneficio que consigue, tanto económico, social o laboral que se adquiere a su lado. Eso sí, que luego no se quejen si le ponemos ese nombre a esas relaciones.


-Señorita, ¿se acostaría conmigo por un millón de dólares?

-¡Por un millón de dolares, por supuesto!

-¿Y por un dólar?

-¡Oiga! ¿Por quién me ha tomado?

-Eso quedó muy claro en la primera pregunta, ahora sólo negociamos el precio.




No hay comentarios: