26.3.08

¿Quién se ha comido mis flores?

Ayer fue dia de encuentros y despedidas.

Me encontré con un blog camuflado de alguien que puso punto y final al suyo. Bajo otro nombre, otro título y otras circunstancias, estaba claro quién era y quién había sido. Ante tamaña casualidad, no puedo sino deducir que, al igual que el mundo no es tan grande como parece, la red tampoco. Si yo encontré el alter ego de esta bloguera, que decidió continuar su blog bajo otras características, es fácil pensar también que quien la conozca también pudo haberla hallado en el original, que fue literalmente eliminado de la red. El verse descubierto cambia muchas cosas. Coartan la libertad de escribir. Recortan tu espontaneidad. Hacen que se esfume el motivo por el que empiezas el blog. De ahí que sea bueno camuflar un poco las cosas.

Por el mismo motivo, parece que una de nosotros se ha despedido de este mundo. No he encontrado nada en su blog que pueda ofender a nadie, ni nada que sea delito o nada que pueda ser tachado de imprudente. Sus historias permanecerán en la red hasta que ella misma practique un expurgo. Te echaremos de menos, Menta.

A otro par de asíduos les ocurre lo mismo. La identidad secreta de los superhéroes a veces tiene un precio demasiado alto. Que nadie busque cosas raras en donde no las haya pero, en cambio, me gustaría verles el historial del navegador a quienes miran con ojos sucios la existencia de un blog tan normal como cualquiera de los sugeridos.

Esta primavera tiene unas cuantas flores menos este año. Saldrán otras que brillarán más o menos como las que aparecieron antaño, pero no serán iguales. Ninguna será igual a las que hemos conocido.

Visto lo visto, no sé qué es peor. Un troll o algún ser cercano que dé con tu blog.

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