30.6.07

El Centauro


Hace tiempo que conocí a un chico. Este chico, y no me preguntéis porqué, me sugería fuerza. Era coo si la irradiara. Además de su sesapil, me ofrecía una espléndida visión cada vez que nos cruzábamos o coincidíamos en algún sitio. Al principio, mi presencia le era indiferente. Yo no le llamaba la atención lo más mínimo, y eso era algo que tampoco me molestaba demasiado. Lo que pasa es que últimamente nos encontramos con más frecuencia y, por aquéllo de compartir conocidos, hemos acabado manteniendo una conversación con cada encuentro.

Además de sugerirme su fortaleza, me ha gustado la personalidad que muestra tener. Mi interés por él es más por lo que me inspira que, tal vez, lo que puede ser de verdad. Me gusta lo que veo, lo que escucho, y lo que sugiere. Pero creo que me gusta más lo que me inspira, lo que me hace imaginar. No soy propensa a idealizar a las personas, porque me gusta comprobar cómo son realmente. Si alguien me interesa o me cae bien, quiero profundizar para saber cómo es esa persona. Pero con este mozo, haré una excepción, porque me siento atraída por una imagen que se ha creado en mi mente y no necesito saber nada más.

Ahora, llamadme superficial, y acertaréis.

Ahora, yo no sé qué imagen tiene él de mí, pero tampoco le tengo que resultar tan indiferente. El interés que ha demostrado en mi humilde persona ha sido tan recíproco que casi me cuesta creerlo. Claro, que puede ser que sólo sea pasajero y se quede sólo en eso, en algo puntual sin efectos secundarios, pero tampoco me importaría. Me conformo con esa visión que se forma ante mis ojos cuando hablamos, y que hace que llene de fantasías esta ociosa cabecita.

Porque para mí, este chico es un Centauro. Creo que no hay ser mitológico más sensual que este, por la fuerza que desprende. Me lo imagino sin camisa y, en serio, me pongo mu mala. Me imagino la parte animal, y no puedo evitar levantar una ceja de asombro. Pero sólo son fantasías. Fantasías. No existen los seres mitológicos, sólo la inagotable imaginación de los seres humanos.

Ayer, al acercarse al grupo, me inspiró estar envuelta en una espiral de flores y frutas. No sé qué colonia llevaba, pero mi pituitaria hizo de las suyas, porque lo olía a kilómetros de distancia. Vio mi cara de éxtasis -en serio, estaba levitando-, cuando se acercó a mí y me preguntó qué me pasaba. Le dije que olía muy bien. Estas palabras, por lo visto, le hicieron decidirse a invitarme esta tarde al cine.

Pase lo que pase -pero estoy segura de que no pasará nada-, seguid llamándome superficial. Y lo seré.

3 comentarios:

Satrústegui dijo...

Superficial o no, yo a esto le veo muy buena pinta. Como soy un cotilla, estoy deseoso de saber la continuación.

Y ahora, a divagar un poco: como se llama a la persona que tiene atracción sexual con los seres mitológicos? Mitofílico?

(Suerte, suerte)

Mentalizada dijo...

La realidad decepciona las fantasías... Yo tengo tendencia a imaginarme como sería si... Y al final me llevo palos por gilipollas (es que me doy cuenta, pero la sesera se me dispara y no lo puedo controlar).
Espero que a ti no te pase, porque tiene muy buena pinta El Centauro...

Besos

Silvia dijo...

Con El Centauro al cine... ay que bien pinta esto! Cuentanos, cuentanos que tal ha ido.