7.3.19

Cruces.

A veces hay caminos que vuelven a cruzarse.

Se cruzan, y se vuelven a cruzar, y se cruzan tantas veces que acaban yendo en paralelo hacia cualquier sitio, no importa dónde porque la compañía era grata y no había prisa para nada. 

Y de repente, se separan, porque sí, porque hay cosas que no duran mucho, pero sí lo suficiente para dejar un bonito recuerdo y desear lo mejor a esa persona que compartió algo muy especial contigo sacando lo bueno que había en ti y yéndose sin llevarse nada, dejándote feliz, tanto como lo eras cuando lo conociste.

Y caminas por cualquier otro sitio conociendo lugares nuevos, cruzándote con otra gente, a veces una vez y otras, varias veces, pero el camino sigue y sigues sin ninguna prisa.

Entonces esa persona tan especial que se cruzó contigo y que procuró ir en paralelo, aparece de nuevo en tu vida y ves que hace lo posible para caminar a tu lado, allanando camino, cortando malezas y refrescándote si hace calor. Procura cobijarte en el frío, saber de ti y hacerte partícipe de su vida. Y mientras camináis sin prisa, porque seguís sin tener prisa para nada, dejas que te quiera otra vez, pero esta vez de forma distinta. Vela tu sueño, abraza tu cuerpo, besa tu sien, te mete en su vida, te mira con sus ojos azules, te regala su gente, te saca la más grande de tus sonrisas y te da paz. Y amor. Y lujuria. Y su vida.

Así que sólo recomiendo que siempre se disfrute del camino, independientemente de su duración, y sin importar lo que pueda durar.

Nunca sabes con quién te vas a cruzar.

No hay comentarios: