29.8.17

Viva la novia.

La novia está a cientos de kilómetros de mí pero me hace partícipe de cada decisión que toma para su gran día.

Me falta tocar la tela del vestido, pero he visto antes que nadie cómo es. Me comenta cada detalle, me consulta cada idea que tiene, me pregunta como si yo fuese una especialista en eventos nupciales, pero me hace sentir especial.

Iré el día antes de la boda para echarle una mano en lo que haga falta, aunque sea para limpiar la casa, y también me he ofrecido a recibir invitados que vienen de fuera en Atocha.

La novia me ha pedido varias cosas. Una, que la ayudara a repartir los regalos. Pues claro, mujer, eso ni se pregunta. Boba.

Otra, que hablara en la boda. Yo. Salvo a los novios y a la madre de ella, no conozco a nadie, pero bueno, será por palabras... Algo se me ocurrirá para ese día, en el que una auténtica Eufrasia de boda y desconocida para todos salvo para los novios y la madre de la novia hablará ante el gran público. Lo bueno es que como no me conocen si hago el ridículo luego no me los cruzaré por la calle ni coincidiré a menudo con ellos. Haha.

Y la más bonita fue que la novia me pidiera que fuese la persona que la ayudara a vestirse.

Todas sabemos que eso se le pide a alguien muy especial. Y en un año dos personas me lo han pedido. Dos personas muy especiales para mí.

Ains, qué bonito es ver que a las personas le vayan bien las cosas y que quieran compartirlo conmigo.

Pues nada. Tocado comprado y vestido preparado.


28.8.17

Dar es un verbo.

En estos meses de lecturas varias he encontrado autores que antes ni de coña hubiera hojeado. Ni siquiera me hubiera parado a ver cómo se llamaban.

Autores que tratan sobre la personalidad, la autoayuda, el crecimiento personal... De todos ellos he aprendido mucho, y otras me han hecho levantar la ceja de puro escepticismo. Pero en general, me han hecho aprender cosas, muchas, y muy buenas. Ya he dicho mil veces que me gusta aprender.

Una de las cosas que he aprendido es que la resistencia es sufrimiento. Para qué te resistes a creer algo que te está sucediendo, ¿acaso piensas que por negarlo va cambiar y va a suceder como deseas? Pues no, bonita. Así que lección una, aprobada.

Otra de las cosas que he aprendido es la de fluir, la de adapatarme a los cambios, a las adversidades. Hay que combinarlo con la lección 1. No hay que resistirse. Es normal sufrir ante ciertas cosas, pero a veces las cosas vienen como vienen. El agua sigue su camino, igual que la vida, dejando atrás cada obstáculo, y se adapta a lo que venga. 

Hace tiempo os diría que me han secuestrado el blog, que esa que escribe no soy yo. Pero sí lo soy. La mismita. La incrédula. C´est moi.

La siguiente cosa que he aprendido es que la gente es como es. Me explico. Si alguien me gusta, me cae bien, acepto cómo es. Nada de ir corrigiendo cómo habla, como se comporta...  Y eso me ha abierto otro poco los ojos porque he visto cómo me ha tratado cierta gente. Por ejemplo: salir con alguien y elegirle la ropa me parece horrible, porque me parecería que ese hombre sale con su madre. O que si quieres que esa persona adelgace 100 kilos y ella no quiere, no tienes que estar machacándola para que lo haga sólo porque quieres tú. Querer que la otra persona cambie o que haga lo que quiere una significa que no le gusta cómo es. Y me he dado cuenta de la cantidad de gente que a la tonta intenta que los demás cambien a como ellos quieren. O cómo han querido que cambiara yo. No era lo suficientemente delgada, inteligente, o no tenía el suficiente status porque para ciertas personas siempre había en mí algo que mejorar.

Una de las cosas que más me han impactado, además de los depredadores emocionales (ya puse el vídeo hace unos meses), ha sido el tema de la gente que se aprovecha de ti. Esa clase de gente busca lo que quiere, lo que no tiene, y tú sí. Y cuando encuentra a alguien que le interesa más te abandona de malas maneras, llevándose con ellos todo tu buen rollo y tu alegría porque no son capaces de irse sin más, tienen que hacer el mayor daño posible, y en este tema incluyen a amigos, parejas o familiares. Pues lo que me gustó mucho fue que dijeran que fue un intercambio de cosas. Ellos dan vibraciones negativas. Mentiras, envidias, traición, manipulación, indiferencia, menosprecio... En cambio, nosotros damos cosas buenas, bonitas y positivas.

Vale, y ahora diréis... ¿y qué pasa con eso? 

Pues la frase "Cada uno da lo que tiene".es bastante reveladora, ¿no?


Es más que reveladora :)



24.8.17

Reflexión..

Me encantan los que se enamoran de gente con buenos puestos de trabajo, buenos salarios, y empiezan a contar de la de cosas que hacen, de a la de sitios que van, etc, etc, etc...

Yo siempre me hago una pregunta cuando los escucho hablar de lo felicísimos que son.

¿Los querrían igual si no tuvieran nada?

Yo sé la respuesta. Y vosotros, también.

9.8.17

Dani Rovira tiene razón.

De su Twitter:

La de cosas que quedan por sentir, probar, leer, crear, amar, reír, andar, abrazar, saltar, aprender, hacer y deshacer...y solo una vida.

:)

7.8.17

El exorcismo

No sé si en la ley de Murphy hay algún capítulo que hable de la profundidad existente de los cajones en casa, pero debería haberlo, porque telita la de mierda que se puede hallar en ellos. Y la culpa es MÍA. Vuestra, en vuestras casas, so guarros.

Podemos hacer un tratado de arqueología mirando lo que podemos encontrar en ellos, desde facturas del año del Pleistoceno, hasta una invitación de boda en la que el niño ya ha hecho la comunión, pasando por un móvil que iba a cuerda por aquél entonces. Claro, si ese cajón no se usa, cómo iba a saber yo que estaban esas reliquias ahí.

Pues igual que encontramos cosas curiosas también encuentro cosas que no necesito, no quiero y no me apetece tener, así que ale, a la basura, aire, atomarporsaco. Y la sorpresa viene cuando de un cajoncito de nada llenas una bolsa de guarradas que no sabía que tuvieras ni que acumularas en todo este tiempo y mucho menos que ocuparan tanto espacio. Pero bueno, qué Diógenes estoy hecha, po favó, dentro de nada no puedo entrar en casa, igual que esos programas que salen en la tele que no se ve ni el suelo de la mierda que tienen.

Pero también encontramos cosas que dimos por perdidas hace años. Ah, malandrín, aquí te hallo, cuando ya había desistido en volverte a ver... Que puede ser cualquier cosa, desde una foto, hasta un pen, o cualquier otra mierda que te indica la cantidad de años que o no abres ese cajón o no lo ordenas, cochinote/a. Ejem.

Y cables de móviles. ¿Encontraremos cables de móviles diferentes? Hasta me he encontrado una cartilla de un banco que no existe desde hace no sé cuántos años, y otra de otro banco que no existe desde hace unos pocos. Todo indica que banco que toco, desaparece. Pero mi hipoteca, no.

Qué entretenido es esto. Haha. Y qué dejada he sido.