26.11.15

Esa sonrisa.

Hace tiempo pasé una mala racha. Hubo una persona que apareció de la nada y me apoyó sin querer, sin proponérselo, sin darnos cuenta. Y ese cariño que surgió de esa época continuó a lo largo de los años. Y todos estos años hemos disfrutado de su sonrisa, de su alegría, de su melena rizada. Y nadie sabe hasta qué punto le estoy agradecida por haber estado ahí cuando nadie más quiso estar.

Hemos tenido suerte de conocerla, y la mala suerte de perderla demasiado pronto.

Sit tibi terra levis, amiga mía.



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