29.12.07

Vamos, que nos vamos (full version)

Desde luego, este año acaba bastante bien. No puedo quejarme más de que el trabajo es una mierda, pero ahí seguimos en eso otro de lo que os hablé. Sigo. Y cuando digo que sigo, es que aún me incluyen en la lista dorada. Yo digo que estoy en cuartos de final. Y sigo pensando que no me van a coger, pero también pienso ¿y por qué no? Con lo que yo valgo -uh, con lo que yo valgo-, puede ser que el azar me depare mejor fortuna en cuestiones laborales este año. Bueno, no, el que viene, porque mira que a este ya le queda poco... Además, de algunas oposiciones que aprobé han abierto las bolsas de interinos, y habrá que meter cabeza. Otra cabeza. Ya he perdido la cuenta de las veces que la he metido. La cabeza, digo. En las bolsas, me refiero... ¡Qué mal pensados sois!

Y hay otras bolsas que llevan mi nombre que, a lo mejor, puede ser que pirulen antes de lo que yo me espero. Como que soy de las primeras je je je.

También tengo que agradecer a este año que los dolores de cabeza se hayan distribuido mejor que otras veces. Ya sólo me ataca en ocasiones críticas y puntuales -cosas de chicas, vamos-, pero cuando duele, aprieta de narices. Eso si: de momento -y digo de momento- no me he resfriado, cosa rara, porque yo empalmo resfriado con gripazo y luego con otro resfriado. Será cosas del ajo, y de esas tostadas que me hago de vez en cuando con ajo y aceite. No, si al final va a ser verdad lo de esas propiedades curativas y preventivas...

Dicen que los dioses no pueden ver felices a los mortales. No es que sea especialmente feliz, sino que estoy tranquilita, muy tranquilita. Hasta me permito el lujo de aburrirme y dedicarme a la lectura de cosas raras y extrañas, al ensayo y error con otras -mi técnico es el que me llama para preguntarme si necesito instalarme algo-, así como de intentar -pero no lo consigo- seguir aprendiendo inglés por mi cuenta. Me entra una pereza... Creo que los dioses, por este año, han preferido mirar hacia otra parte.

Que sigan, que sigan.

Total, este año, ya está pulío.

28.12.07

Del Tomate también se aprende.

Conversación que he escuchado en la tele:

-¿De quién es esta foto?
-De Inés Lastre.
-No es Inés Lastre... es Inés Sastre... ¡Pero es que es Esther Cañadas!

Ni idea de quién y cuándo de esta lindeza, pero hay que ver lo que me he reído...

23.12.07

La millonetis.

Me ha tocado la lotería.

87.459.689 millones de euros, creo, es que no lo he contado bien y sigo con la duda. Vamos, lo que llevaba jugado...

He recuperado gastos. He llenado la piscina de mi habitación con billetes de 500 euros, y mañana mismo me marcho de viaje a dar la vuelta al mundo sin equipaje. Tengo tanto dinero, que ya me compraré lo que necesite por donde esté. Estrenaré bragas cada día. Estrenaré coche cada día. Estrenaré casa cada día. Me dedicaré a dar conferencias sobre el azar y lo duro que se hace ser rico de la noche a la mañana. Me querrán por mi dinero, pero no me abandonará ni uno. Algo es algo.

Me darán premios los de la aldea como "Personaje más influyente" y chorradas de ésas. Podré bañarme en silicona, inyectármela, bebérmela en cantidades industriales. Hasta puede que haga una fundación a mi nombre y me dedique a causas tan altruistas como el fomento del uso del botijo. Mi nombre saldrá en las listas Forbes, más arriba de Bilgueits y Florentino Pérez querrá que le apadrine yo.

Será por dinero...

...

...

...Vale, es mentira. Sigo siendo la misma (...esto lo canta Tamara... la mala, digo), y encima me toca levantarme a las siete para ir al club de golf... Vale, no: para ir a trabajar.

Tengo que dormir rápido...

...pero eso de que yo apadrinara a Florentino Pérez... tendría su puntito de ironía...

22.12.07

Feliz Navidad.



Por si se me olvida, no me da tiempo o esos imprevistos (ya sabéis... trabajo el fin de semana, tengo la comida con la empresa, la familia está al completo, además de otros familiares externos que se han apuntado al festejo...), que tengáis una muy Feliz Navidad.

21.12.07

Una semana en imágenes.


Decidme si esta portada os recuerda a algo... Cuando la ví, pensé que era un plagio ---> descarado... Y no me vale que sea de 1978. ¡Copión! ;D








Hoy es un día de comidas y de cenas de empresa. La Generalitat Valenciana ha hecho una campaña para que la gente no beba más de la cuenta, y haga y diga cosas públicamente de las que luego se arrepienta. No seas el borracho, vamos. Pero tampoco el pelota, añadiría yo. Todo lo demás -dentro de un límite, claro-, creo que está permitido (yo, como la comida la tengo mañana, estaré fuera del plazo de la campaña y podré hacer y decir lo que quiera) :P


Para el que guste de pedirle cositas a Papá Noël, que sepa que no todo el mundo comprende lo que significa, y mucho menos quién es y qué puede hacer...

...Esto, y los niños que llevan en volandas las multitudes para que toquen los pies de las vírgenes en algunas procesiones, debería estar prohibido. Qué lastimica, po dió, todos acaban llorando.



Que tengáis un feliz viernes.

20.12.07

Para Navidad... un clásico.

Llegan las Navidades y vuelve lo de siempre: el gordo de la lotería, el turrón, los belenes, películas como "¡Qué bello es vivir!", cenas familiares, la gente que no te habla durante el resto del año te quiere más que a su vida...

Y cómo no, este audio...



Aplicable a los Reyes Magos, of course!

19.12.07

Cuidadín con tantas felicitaciones (versión del director)

Esta noche me he encontrado con una felicitación de Navidad en el correo electrónico, enviada a las 22:24 de la noche, que no esperaba. Y me refiero a que esperas recibir alguna felicitación de gente que conoces, de familiares, de gente de la que ya no te acuerdas, de gente que trabajó contigo, de gente que trabaja contigo, de gente de la cual pensabas que se habían olvidado de que existías... pero jamás esperas recibir una felicitación de alguien, a quien no tengo el placer de haber sido presentada, teniendo en cuenta de que no conozco a nadie -repito: nadie- que se llame como el remitente de la tarjeta felicitadora que iba a mí como única destinataria.

Una, que a veces lee cosas de ingeniería social -hay que ver hasta dónde llega mi interés-, se encuentra con que estas tarjetas, por ejemplo, se utilizan para robar cuentas de correo pensando en nuestra buena fe, en nuestras ganas de ser felicitados o en nuestra curiosidad. Porque estas tarjetas tienen un enlace en el que, si tienes un mínimo aprecio por tu correo, no tienes que clicar, porque aparecerá una página idéntica a la de tu correo, como que te has salido. Te piden, cómo no, volver a poner tu cuenta y la contraseña... y ni se te ocurra poner nada porque ya la habrás cagado. Del todo. Te quedas sin cuenta y te pueden meter en un buen lío.

¿Y por qué a mí? Pienso. ¿Quién quiere mi cuenta? ¿Qué hay en ella de interesante para que quieran birlármela? ¿Tan importante me creen? Je je... Y más teniendo en cuenta que mi cuenta (valga la redundancia) es algo tan simple como mi nombre y mi apellido, y no creo que en el mundo hayan muchas que se llamen así, y puesto de cierta manera para diferenciar de otras posibles Eufrasias Glamoures. Lo que está claro es que si se recibe esa tarjeta es porque hay alguien interesado en tu cuenta. Ha sido intencionado, vamos. Alguien que sabe mi correo y quiere saber qué hay en él... y al que luego enviarían mi contraseña para que haga y deshaga a su gusto.

El que sabe birlar las cuentas, no cae en estas chorradas. Y las que tenemos que aprender sobre la marcha, desconfiamos hasta de nuestro padre. Así que he cambiado todo: contraseña, correo alternativo -que era una cuenta que cancelé, por cierto- y un largo etecé. Si mi ordenador está poseído, de poco servirá, pero si no lo está y quieren hackear esa cuenta... por lo menos, que se jodan y que se lo curren, que no lo he puesto nada fácil. Además, llevo un tiempo con la mosca detrás de la oreja, no sé porqué, pero ahora que me pase esto...

Y otra cosa: ¿quién puede haber sido? No he dado esa cuenta a nadie más que a los míos, es la de los asuntos serios -tengo otras cuatro más, cada una de un padre, pero para otros menesteres, una para amigotas, otra para cositas serias pero más informales, otras dos anónimas-. ¿Ahora qué hago? ¿Desconfiar de mis contactos?

Sea quien sea, lo tengo claro: hoy en día se pueden denunciar los robos de cuentas. E incluso está tipificado como delito. Que yo no me corto ya. No será la primera vez que denuncie algo que me ha llegado por correo electrónico. Es más: es MI cuenta. Son MIS correos. Son MIS correspondencias. Y está protegido por ley.

Desde luego, qué poco trabajo tiene la gente y cuántas ganas de fastidiar a los demás. Me van a tocar a mí un poco el algoritmo neperiano...

Abrigáos...

17.12.07

Qué pequeños somos.

Cuando llega el invierno, todos somos más bajos. Y más delgados. Y más inquietos.

La prueba de tal afirmación está en vosotros mismos. Cuando hace frío, se hunde la cabeza entre los hombros, por muy abrigado que vayas al salir de casa, y tus músculos se encogen hasta solidificarse con tus huesos. Tus brazos se incrustan entre tus costillas, y las manos se calcifican en tus bolsillos. Además, no puedes dejar de mover los pies, so pena de que se te queden azules en cuanto estés un par de minutos quieto. Y no vas a los sitios paseando para disfrutar del paisaje: si vas, vas echando leches, para llegar cuanto antes, entrar cuanto antes al tren, autobús o lo que sea. Qué leches: es invierno ya -por mucho que aún no haya llegado la fatídica fecha de la inauguración de esa estación-, y todos somos más bajos, más delgados, y somos puro nervio gracias a la bajada de temperaturas. Que siiiiii, que más frío hace en Burgos, pero estar a uno bajo cero por aquí, ya es hacer frío. Mucho frío.

...Y qué trabajo cuesta sacar un pie de la cama al levantarte...

Rectifico: en invierno, además de más bajos, más delgados y más inquietos, también somos más perezosos.

Y la pereza es un pecado capital. Como el de la lujuria (ver post anterior). Mortales de necesidad.

Qué pecadores somos... pero qué frío hace, coñi.

Buenas noches a todos. Y abrigáos.

13.12.07

Padre, confieso que he pecado.

No se puede. No se puede repicar y estar en misa. No se puede. No se debe. Pero a los mortales pecadores que nos iremos al infien-no con los pecados más veniales nos lo están poniendo difícil. Muy difícil. Es que tiene narices. Y mirad que yo fui fiel feligresa hasta que me cansé de los rollos que por ahí veía, y miro ahora la religión con la decepción del que creyó y dejó de creer.

Ahora soy más terrenal. Vamos, que observo el mundo que me rodea y si algo me interesa, lo miro mucho. Mucho. Soy así de superficial. Calendarios de bomberos, por ejemplo. Podría preocuparme en comprarme uno alguna vez... Uf, uf... qué calores... Pero tampoco me gustan tanto como para ir adrede a pillarlo. Total, si por inten-né se puede ver gratis je je...

Y por culpa de inten-né corro el riesgo de pecar mucho con uno de los pecados más graves: uno Capital. En concreto, con el de la lujuria. Si es que me lo ponen muy difícil, hombre, que soy mu güenecica y me estropean cuando veo -o me enseñan- esas cosas... Estoy por aparcar un tiempecito al Beckham y dedicarme a ver el nuevo calendario del Vaticano, en donde aparecen dioses hechos hombres. Cachis... que porque haya dejado de creer no significa de que no intente mentalizarme de que son curas, son curas, son curas, caca, caca, eso no se piensa...

Pero... snif... qué complicado me lo están poniendo...

¿Me confesaría alguno de ellos?

PORQUE HE PECADO. Y mucho. He tenido un pensamiento mu malo -bueno para mí, claro, pero que ni mata ni cura- (¡Arrrrrrrgh! ¡He vuelto a decir CURA!)

12.12.07

Animales y costumbres.

Dicen que los hombres (y las mujeres) somos los únicos animales que tropezamos dos veces con la misma piedra. Se ve que nos tenemos que querer muy poco, o darle escasa importancia a nuestra propia integridad por la de veces -algunas, muchas más de dos- con las que nos topamos con la misma piedrecica y volvemos a estamparnos contra ella, a veces, hasta modificando la pose. De cabeza, de dientes, de culo... Por ello, también se puede decir que somos animales de costumbres, por aquello de que, teniendo una monotonía adherida ya a nuestro carácter, para qué cambiarla... No nos hará más felices, no nos hará más altos, ni más guapos, pero ahí está. Enredándose con el adn, hurgando en los cromosomas. Es como el fumar: lo difícil es dejarlo.

Estas costumbres suelen ser bastante inocentes, no perjudican a nadie, pero pueden molestar. O no. Lo cierto es que ese animal de costumbres que es el hombre ha creado un algoritmo en el que sus funciones siempre están condicionadas por factores externos que hacen que, si está ocupado en otros menesteres, deje la piedrecita de marras, pero que si no tiene nada mejor que hacer en su vida, vuelva a su costumbre de intentar chocarse, hacer rodar o admirar la roca, de tamaño tan cambiante como las ganas de chocarse con ella.

Ninguno de nosotros llevamos una pegatina en la frente que nos diga cuál es nuestra piedra, pero por la costumbre acabas sabiendo cuál es la de cada uno. Sé que no conozco a las personas, que nunca conoceré lo suficiente a la gente para saber por dónde saldrán, pero sí que sé que el hombre es un animal de costumbres. Y las costumbres no cambian. El que adquiere un hábito lo tiene para siempre. Pero, por casualidades de la vida, si que llego a ver cosas que la mayoría de gente no ve. A lo mejor ahí está gran parte de mi fracaso con cierta gente. Que veo. Que pienso. Y, lo que menos gusta, que sé.

Y ahora que sé, que he visto, que he comprobado porqué ciertos humanos tropiezan dos, tres, y las veces que hagan falta con la misma piedra, me pregunto qué quieren conseguir con ello. Porque al final no es tan hilarante ver que alguien se tira con la piedra atada a los pies de nuevo, como sabiendo que esa persona no sabe que está siendo observada. Que lo mismo lo sabe, o le da igual, pero creo que no lo sabe.

Que lo sepa o no, mi única duda está en porqué chocarse de nuevo con la piedra de las narices en vez de rodearla y seguir camino. O hacerla rodar. Una piedra es una piedra, da igual el tamaño.

O lo mismo es que le gusta chocar con la piedra. Costumbres que se cogen y cuesta dejarlas.

Y como dice la canción de los Gipsy Kings, si no la quieres, déjala vivir en paz.

11.12.07

Queridos Reyes Magos...

Este año no voy a pedirle nada a los Reyes. No es que me pase a Papá Noël, sino que dejaré que la monarquía regale a su gusto y a su libre albedrío. No tengo necesidad de nada -de momento-, estoy bien servida de todo -conformista o afortunada, según se mire- y, visto lo visto en anteriores ocasiones, para dejarme con un palmo de narices, prefiero sorprenderme -o no- con regalos que no espero, que no he pedido y, en caso de que no me gusten, puedo guardarlos en el fondo del armario hasta que se mimeticen con el hábitat allí creado, o me dé por venderlos en Ebay.

Eso de no saber qué se quiere, ya es malo. O es bueno. Tengo mi mesa de ordenador, tengo mi peazo sillón de piel reclinable y mi pc nuevo que zumba de la leche. Tengo mi cámara de fotos de toda la vida -que suena rac-rac cada vez que quiero hacer una foto nueva- que no saco ya por vergüenza -algún día me envidiarán por poseer tal reliquia- y mi cámara digital para hacer fotos y colgarlas en el blog. Tengo mi mp3 que me hace un apaño impresionante -qué era de mi vida sin él- y que lleno de cosas tan variadas como el "Nessum Dorna" de Pavarotti, "Tu peor error" de la Quinta Estación o el "Too many broken hearts" de Jason Donovan. Tengo mi Manolo, de color rosa, que hace fotos estupendas y que funciona tan bien como el otro teléfono -aunque este hace más cosas, hay que añadir-.

Tengo salud -llevo la leche sin resfriarme-, tengo a toda la familia bien, tengo trabajo -de mierda, de sobra, pero trabajo es- y tengo una escasa vida social, pero algo queda, si no me han olvidado ya. Tengo mis libros, algunos aún sin empezar.

Y tengo un blog que pronto cumplirá tres años.

Estoy completamente servida. Tengo de todo. A lo mejor sólo necesitaría algo de tiempo libre para mí, o para dormir, pero creo que sobreviviré sin ello por una temporada.

Queridos Reyes Magos... este año no mando carta. Os lo estoy poniendo difícil, lo sé. Es mi pequeña venganza.

¡¡¡¡Whahahahaha...!!!!! (cómo se nota que mañana tengo libre, después de dos semanas sin un sólo día de descanso...

5.12.07

...Y otro.

Una de las cosas que más me aburren son las personas que quieren criticar todo cuanto digo o hago. Me aburren hasta el bostezo. No sabía yo que fuera tan importante para ellas, hasta el punto de estar al quite de mis palabras, de no tolerar nada de cuanto diga o haga, y hasta querer hacerlo de manera retroactiva. Oscar Wilde -para el que no lo sepa, lo recuerdo-, dice que es mejor que hablen bien o mal de nosotros, pero que hablen. Las personas que no nos importan son ignoradas por completo, al igual que somos ignorados por las personas que no tienen ninguna clase de interés en nosotros.

La vida es asín de cruda.

Y como me aburren estas personas que no dejan un comentario decente o una crítica constructiva, que dejan bien claro con sus palabras qué piensan de mí, a partir de ahora voy a ignorarlas. Por completo y para siempre.

Porque ellos no me van a decir de qué puedo hablar o no. Pero -qué cosas- me hacen sentirme importante para que malgasten su tiempo dejándome su intolerancia escrita en los comentarios, e incluso criticar de forma anónima posts que llevan muchísimo tiempo ya escritos.

Puedes ignorarme, que yo me dejo :D

1.12.07

Con un pie en la tumba.

Esta mañana estaba malísima. Malísima significa -esta vez- que tenía una entrevista de trabajo y no podía ir a trabajar, pero como que pasaba de decirlo -este año están en plan campo de concentración, oyes, que ni dejan tararear a solas-, me he puesto malísima de morirme. Teóricamente, mi cuerpo agonizaba en la cama, entre estertores y convulsiones. Prácticamente, estaba por esos mundos de dios, en un tren, para ir a la entrevista. Pero ya sabéis que yo llevo la negra en cuestiones laborales...

El puesto es bastante importante y yo he sido la primera sorprendida en que me llamaran. Para nada esperaba que me escogieran entre cienes y cienes de candidatos . No es sólo el buen puesto, claro. El sueldo es... ays... quién lo pillara... que las penas con pan, son menos penas... El horario... son tus ocho horitas, pero... qué bien puestas... Pero vamos, que ni de coña me pasan a la siguiente selección.

La entrevista ha ido bien. Era un primer contacto para que me vieran, para que me vieran hablar, expresarme y respirar. El seleccionador, un tío enrollado, me ha explicado que ahora se hacía una criba para pasar a los seleccionados a la siguiente ronda eliminatoria -como si yo no lo supiera-, pero... que poco a poco. O sea, que esta selección va a durar más que el cásting de Gran Hermano, pero este no lo televisan.

Así que me he vuelto a casa hipercontenta -que simplemente me llamaran para la entrevista ha sido para mí un odgullo y una satidsfadcion-, pero como no me van a seleccionar...

Y por la tarde he vuelto al trabajo. Como no me da el sol y me he quitado el maquillaje, tengo una cara terrorífica al natural, por lo que se han tragado que estaba malita. Luego he seguido el cuento, mientras trabajaba hacía como que me dolía el estómago, de manera tan sutil como efectiva. Lo bueno de ser buena trabajadora es que no tienes que demostrar que lo eres, y ante una mentirijilla así no hay que dar más explicaciones. Además, ya me conocen y cuando me han vuelto a llamar este año -pero a jornada completa-, será que les he gustado. Otra cosa hubiera pasado si les hubiera dicho que era para una entrevista de trabajo... A la hora de salir me he despedido hasta mañana -bueno, que ya es hoy-, pero yo quería salir un ratillo.

Y he salido, y me he recogido, y en vez de estar durmiendo ya -mañana... no, hoy, hoy entro a las ocho- habedme aquí escribiendo el post.

Estoy contenta aunque no me llamen de nuevo. Estoy MUY contenta.

Noviembre ha terminado de manera sensacional.

Ps: Ya veremos lo que me dura la contentura, que los dioses del olimpo no pueden ver felices a los mortales.

28.11.07

La insoportable brevedad del ser.

Dicen que la vida son cuatro días y tres te los pasas durmiendo. Algo que hay por dentro de mí -mis tripas, mis gustos, mis apetencias- han cambiado tan de la noche a la mañana, que yo misma me sorprendo de mis descubrimientos, por eso, el día que me quedará por vivir -veinticinco horas, a lo sumo, y si no vivo eternamente-, no voy a andar destrozándome con cosas que no me apetecen, y mucho menos me aprovechan.

Yo llevaba años siendo consumidora de terror, por mucho que luego me diera un ataque de caguitis, en formato libro o en formato cine. Ahora no lo soporto. Es más, es que ni me llama ver una película de miedo, como tampoco me apetece ver una de tiros, o una en la que salga Tom Cruise. Es como si viviera una época de tranquilidad emocional interior, en dónde sólo me sulfuran los hechos reales, y no los cinematográficos. De ahí que prefiera, con diferencia, los pastelones, que ni matan, ni curan, pero tampoco producen pesadillas ni dan malas ideas, por mucho que luego alguien, harto y hastiado, proclame su odio contra este tipo de cine. Pa gustos, Scolores. Es como si una supuesta religión, en la que la única integrante sea yo, no me lo permitiera. No porque me den miedo -que me da, y mucho, rozando los tres infartos de golpe-, sino porque no me atraen ya.

Pero la pasada noche ví algo que, en un principio, no me apetecía ver. Era un monólogo sobre espíritus y leyendas urbanas. Cachis... y a qué horas me encontraba eso, cansada de trabajar, pero sin pizca de sueño. Hice de tripas corazón al pensar que, si se trataba de un monólogo, era cosa de humor, aunque la temática fuera delicada. Me armé de valor, con cierto horror le dí al play de la reproducción y...

Os juro que anoche fue la primera vez que por un tema de miedo, me fuí con lágrimas en los ojos a la camita.

Primera parte:


Segunda parte:


Las lágrimas fueron de risa, claro.

25.11.07

Y yo, encantada.

He ido al cine. Y he disfrutado de una deliciosa película de la factoría Disney en donde los cuentos y sus personajes tienen un gran protagonismo. Hasta se hacen una autocrítica con las canciones que se cantan, el amor en las historias, príncipes ñoños y protagonistas femeninas demasiado rimbombante. Es Encantada, y así me ha dejado salir del cine: encantada de la vida.



Si aún tienes en tu vida un poquito de tu infancia, si aún crees que ya lo has visto todo, y si crees que nada de lo que veas te va a sorprender... esta es tu película, con gran dosis de autocrítica, por cierto.

Ps: Perdón por la canción en inglés, pero no está en español aún. De todas formas, es tremenda.

24.11.07

Yo, Rancia.

Una de las (dos) cualidades que tengo, porque no tengo más, es la de saber conversar con quien sea, de lo que sea y cuando sea. Con ello no quiero decir lo buenísisima y lo listisísisisisma que soy, ni mucho menos. Digamos que, si me interesa el tema, o no estoy a disgusto, puedo estar horas y horas charlando con quien sea, de lo que sea y cuando sea (esto ya lo he puesto... ¿no?). Otra cosa es que disfrute de una conversación. Pero cuando estoy a gusto, se me pasan las horas volando.

Hace tiempo conocí a Patxi -nombre ficticio- que, como adivinaréis por el nombre, no es del mismo Jaén. Bueno, pues tras las presentaciones de rigor por parte de un amigo en común -dejémoslo en conocido mío-, no sé por qué acabamos charlando tan ricamente, de nada en particular. Pronto se unió más gente a la alegre cháchara cuando alguien le preguntó de qué pueblo era, y cuando Patxi le contestó, supe que había nacido en la cuna del nacionalismo vasco. Pronto empezó a decir términos que no usamos los que no somos de su ideología, y yo le corregí -de coña- cuanto soltaba. Entre él y yo se abrió un debate que dejó bien a la vista nuestros pareceres. Yo no compartía para nada sus ideales, y él me quería convencer de la razón que tenía. Argumenté que no era posible que varias decenas de millones de personas estuvieran equivocadas y ellos no. También le dije que cuando caen personas contrarias a su ideología, no me servían los argumentos. Blanco y en botella.

Lejos de enfadarse, el chico siguió contándome lo que él opinaba, y yo le decía lo que no me parecía ni bien, ni normal y ni mucho menos legal. Patxi insistía para que yo comprendiera que el tomarse unos vinos con un recién salido de la cárcel no tenía nada de malo. Yo seguía opinando que la mala gente debería estar sola, y que yo no me tomaría un vino ni nada con alguien que hace sufrir a otra gente por ideas políticas y se vanagloria por ello.

Tengo que añadir que los demás estaban callados, escuchando nuestras palabras. Me miraban con miedo, como si fuera a pasar alguna cosa, hasta alguien osó darme golpecitos en el brazo para que me callara. Patxi estaba sonriendo, y yo le devolvía la sonrisa. Era una lucha de titanes.

Cuando fuimos a despedirnos, me dijo algo sin que lo oyeran los demás:
-¿Sabes? Hacía tiempo que no había disfrutado tanto con una conversación.
-Me alegro.
-En serio: ha sido un verdadero placer -e hizo hincapié en verdadero- haberte conocido y el haber tenido una conversación con alguien que entiende este tema y sabe hablarlo.
-No lo comparto, que no es lo mismo.
-Bueno, ya me entiendes... En serio: ha sido un gustazo el haberte conocido, pero... si nos volvemos a ver, no te veo que quieras tomarte un vino conmigo... aunque yo no haya hecho nada...
-Gracias... pero no creo que me apetezca...
-Pues qué lástima...

Cuando se fue con su amigo, casi toda la pandilla casi me dan de capones por semejante conversación. Teniendo en cuenta de que aquí se puede hablar de todo sin miedo, me reía cuando me decían:
-¿Tú sabes lo que te podía haber hecho?
-Si, ponerme una bo.mba la.pa en el culo, no te jodes.
-Qué valiente, qué valiente... Estaba temiendo por tí...
-Sageráos...

No soy valiente. O si, lo soy, pero lo que no soy es suicida. No me metería en la boca del lobo, la gente que vive allí y opina como yo, y tienen que callar por la cuenta que les trae, se merecen mi más grande aplauso. Pero en mi terreno, las cosas se hablan. Diferencia de pareceres, se llama. Pero mira por dónde, alguien completamente diferente a mí estuvo a gusto conmigo y no le parecí tan mal. Utilizando un refrán (si, otro): que el bueno te honre y que el malo no te deshonre. Pues eso.

No es blanco o negro. De uno a otro color hay una amplia gama de tonos. Sólo hay que encontrar el que mejor te represente. Y ya sabéis que el color naranja no me gusta en absoluto, y que el rojo no me emociona especialmente, por lo que estoy más entre lila y rosa, por aquello de... que mi teléfono es de ese color, por ejemplo.

Para rizar el rizo, podría hablaros de mis abuelos: uno, sindicalista. El otro, de Fuer. za Nue. va. Yo saltaba de una casa a la otra y en las dos escuchaba cuanto decían, me enseñaban canciones prohibidas y malvadas por ambos bandos (oooooh, pecadora!) pero dejaremos así el temita.

Y para rematar (esto va para tí, Saul, sólo para tí), en el extracto de la sentencia puse lo que es: el que ganó, que recuerde por qué ganó. Y no entro en negligencias policiales, casualidades avergonzantes y detalles varios que no me gustan porque no viene al cuento del post.

Ps: Yo soy divertida. Y siempre lo seré. Eso es como la belleza: siempre está en los ojos del que mira.

Ps2: Recordadme que me depile las piernas, que están... vamos, cuelgo una foto y me cierran en blog para la eternidad.

21.11.07

Pan y tortas.

El refranero español tiene de tó y pa tó. A mí ahora, por ejemplo, estaría el dicho de a falta de pan, buenas son tortas, o el de cuando no hay lomo, de todo como, o el de más vale pájaro en mano que ciento volando... Y también el de quien no se consuela, es porque no quiere... El que espera, desespera, pero quien la sigue, la consigue.

Esto me recuerda a un trozo de un fragmento que leí hace la tira y que me hace mucha gracia, de la obra ¿Qué pasa con los médicos?, de Santiago Loren (lo he buscado por internet, que conste):

Dr. Tanto Mejor: ¡No se empeñe más! ¡No vuelvo a ver a ese enfermo!
- Dr. Tanto Peor: Pero... ¿qué le ha hecho a usted? ¿es que no le paga o es que no se cura?
- Dr. T.M.: Usted siempre tan amable en sus suposiciones... Algo peor; es un grosero.
- Dr. T.P.: Cuénteme qué ha pasado.
- Dr. T.M.: Es un enfermo crónico al que voy conllevando con la mayor paciencia. Ayer me preguntó imperiosamente cuándo se acabaría de curar y le dije que no hay mal que cien años dura, que piano piano se va lontano, que paciencia evita enmienda, que si vas deprisa vístete despacio, que no se ganó Zamora en una hora, que teniendo paciencia se tiene ciencia... Y ¿qué cree usted que ocurrió?
- Dr. T.P.: No lo adivino.
- Dr. T.M.: ¡Que me contestó con un refrán!
- Dr. T.P.: ¿Con un refrán? ¡Habrase visto!
Y para terminar, un gran refrán de Pedro Reyes (humorista):
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se casaron y tuvieron un vaso de agua.

No me acuerdo si ya lo escrbí en el blog, pero... también es bueno ;D

20.11.07

¡¡¡Miedo, tengo miedo!!!! (miedo, ay, de quererte, miedo, ay vidamía...)

El otro día estaba yo en plan pensamiento, oséase, cuando me pregunto sobre algo que no llego a comprender. El tema de mi debate interno era... ¿cómo se mide la audiencia? Es más... no llegaba a comprender cómo podían contar a las personas y hablar de millones de espectadores en un programa dado con cifras tan exactas, siendo que a lo mejor estoy yo sola en mi casa viéndolo y, como yo, varios cienes de miles más de españoles... Bueno, pues quise saber -cosas de mi costumbre científica, de entender el por qué de las cosas-, y pregunté a San Gugle, patrón de las dudas existenciales. Ni qué decir tiene que me quedé muerta.

A la hora de hacer una encuesta, pasan dos cosas: si es personal, cara a cara, mientes como un bellaco. Falseas, quitas y pones a tu antojo. Por ejemplo: te preguntan qué marca de galletas compras. Todo depende de lo que te apetezca en ese momento tan importante de la elección. Acabas diciendo la primera que te viene a la cabeza, que suele ser la más conocida. Pero es que puede ser que no sepas qué marca es, porque sólo sabes que te gustan ésas que son cuadradas y doradas, y cuando va tu madre a comprar le dices: "Compra de ésas que me gustan". A buen entendedor... En cambio, cuando la encuesta es anónima, o hacen un estudio de mercado en el que nosotros somos los conejillos de indias, ahí no hay manera de falsear. Anónimamente, no tienes el porqué de mentir. Tu comportamiento te delata. Tus costumbres te delatan. Algo así como lo que hacen con los navegadores y buscadores que, en plan ergranermano (jeje) saben qué buscas, qué ves y hasta conocen tus contraseñas.

Bueno, pues para estudiar la audiencia meten aleatoriamente un aparatejo en -creo- la tele, en donde saben qué canal estás viendo, cuánto tiempo, qué programa, etecé, etecé y etecé. La cosa no parece tan peligrosa hasta que te enteras de que hay un sensor que detecta cuántas personas están viendo la tele. ¿Hasta eso controlan? ¿Y no habrá -por casualidad- algo que registre tus conversaciones, como ocurre con el teléfono? Porque, por lo que tengo entendido, las conversaciones telefónicas se graban y se guardan durante seis meses. O eso dicen. Je je, qué maléfico suena... ¿Dónde está el secreto de las comunicaciones? Artículo 18.3 de la Constitución, por cierto (lo he buscado) (pierdo facultades).

Así que si por teléfono tenemos alguien que nos graba, y cuando vemos la tele tenemos a alguien que sabe qué vemos, apañados vamos. Porque las dos cosas son algo que hacemos más a gusto a solas, en nuestros ratos libres, además de navegar.

Y si encima también controlan en internet qué buscamos, qué vemos y qué contraseñas tenemos, pues vaya faena. Como todo, depende con quién des.

Ah, y para más inri, tengo entendido que Gmail pierde correos y te vacía la bandeja de entrada por no sé qué fallo. Esperemos que no nos pase.

Joer con la tecnología. No, si al final va a ser el diario de toda la vida, escrito a mano, escondido debajo del colchón de la cama, cerrado con una mierda de candado que se abre con mirarlo, lo menos controlado de la vida actual.

Tengo miedo...

Bueno, ya se me ha pasado :D

19.11.07

Trasteando.

Desde que me he comprado el nuevo ordenador -podría decir que es el padre de todos los ordenadores, peor lo dejaré en el primo pequeño, ése que sólo has visto una vez en toda tu vida-, no hago más que meter programas que ni me acordaba que se necesitaran para que la cosa funcione. Además del navegador de serie, le he colado por la escuadra un par más, porque quiero y porque donde fueres, haz lo que vieres. Ya puestos, intento meter otros programitas que me ayuden a visualizar correctamente algunas páginas que ya no veo bien -¿o son las gafas, que las tengo sucias? Ah, no, es que no me las había puesto-, y me encuentro a veces con algún mensaje de error por estar desfoncilando un archivo pendiente.

¿Qué es desfoncilar? Como su propio nombre indica, desfoncilar viene del latín desfoncila-desfoncilae, y significa que las práctulas del prítemiro tienen que ser artegramidentes antes de ser ascilaminadas. Además, por la terminación -ar, que indica verbo de primera conjugación, significa que es un acto activo, en donde todos los componentes del ordenador se resgabrigitan a la vez antes de su clastarimen final, cuando el programa ya se intala. Es que si no, no va, y vaya faena en un ordenador nuevo.

Pero el problema que tengo es relamente de las intalaciones piratas del golfinete básico, con cuya instalación puedo desfoncilar otros programas cómodamente sin miedo de que aparezca la ventanita con el aviso del archivo cuidadoqueloborras.exe me salga cada dos por tres.

Pero al final, como suele ocurrir, pasan dos cosas: o la cagas, o lo arreglas. Puedo decir que el ordenador tiene un manifástico mejor que el de muchos de vosotros -jaja, envidiosos-, y que si no pasa nada, no pienso desfoncilar más hasta mañana.

Hoy por hoy, tengo muchos problemas, pero problemas de espacio en el disco duro... a estas horas, ninguno. Es de lo único que voy sobrada ;D

Es lunes. Hace frío, claro que más frío hace en Burgos y no vienen a quejarse al blog. Si, soy una quejica.

Me voy a hacer algo por la patria. Sed felices.

18.11.07

Clases de historia para... (ponga aquí lo que quiera)

Hace 500 años -yo aún no existía- los españoles de POR AQUÉL ENTONCES llegaron a un continente desconocido, al que pusieron de nombre el del que hacía los mapas -cartógrafo, se llamaba, Américo Vespuccio, que tela, qué narices de padres por ponerle ese nombrecico-. Además de hacer lo mismico que hicieron los que fueron detrás de ellos -léase portugueses, ingleses, franceses, holandeses...-, dejaron una historia escrita que nadie puede negar. La historia fue escrita en castellano antiguo, pero vamos, que cualquiera la entiende. En España y fuera de ella.

Los Reyes Católicos tenían una corte itinerante, cuyas capitales cambiaban a placer, según las necesidades. Valladolid, Toledo... Tal vez cambiaron más de capital del reino que de ropa interior, pero es que hay un pequeño detalle que a alguien, que como calle revienta, no se ha tomado la molestia de leer siquiera... Madrid, por aquél entonces, era un pueblo -villa, era una villa- que ni pinchaba ni cortaba en la política regia, y mucho menos imperial. Aclarado este punto, sigamos con las clases de historia.

Así que... ¿qué hicieron por nosotros los españoles? dirán algunos...



...Hombre, algo... lo que se dice algo... Pues va a ser que algo hicieron.

13.11.07

Anónimo: esa gran persona

Querido anónimo (música de violines):

Llevo yo dos años y medio con el blog y creo que la gente no sabe aún por dónde voy a salir, y mira que escribo. Y ahora tú, con dos comentarios, con dos simples comentarios, has dejado el listón tan alto, que no conocía a nadie que tuviera esa capacidad de síntesis para darse a conocer...

Tu nombre indica grandes proezas en tu vida. Tu forma de escribir te delata, no me mientas: eres anónimo, el mismo que escribió El Lazarillo de Tormes (este chiste ya lo he usado alguna vez, ¿no?). Qué orgullo y satisfacción el que un personaje tan insigne haga presencia en este nuestro humilde y cutre blog. Me siento tan halagada como cuando aparece un troll, y ya llevo unos cuantos. Por si no sabes lo que es un troll, suele ser gente anónima que deja comentarios fuera de tono e insultos para llamar la atención. Faltos de cariño y de vitamina B12. O lo mismo es falta de trabajo. Pero sé que a tí no te hace falta llamar la atención, como tampoco eres un troll. Qué va. Eres anónimo, el mismo que escribió tantas obras inmortales en el siglo de oro español, que mi ignorancia hace que no recuerde más que un par y tú, el autor de tan solemne colección literaria, las sabrás todas, de carrerilla y sin respirar.

Tus delicadas palabras surgen de la pantalla haciendo suspirar el tabique. Tus letras, encadenadas con solemne maestría, resaltan la rica personalidad que hace que la gente te quiera, te admire y te respete. Esas frases llenas de sentimiento dejan los vellos de punta, por su pureza y su inocencia. El mundo de las letras necesita alguien como tú. El mundo bloguero te necesita, que los demás no sabemos más que escribir estupideces. Nadie es como tú, oh, anónimo, que recitas las palabras con gallarda maestría.

Y ahora, haz amigos, sal un poco o dile a alguien que te hable, porque qué triste eres.

Y no vuelvas. Pero volverás. Si te tengo controlado. Como que vuelves todos los días. Será que te gusta mi forma de escribir. Anda, reconócelo. Si no cuesta tanto...

Pero hazme caso: cuando quieras hacer amiguitos, no les digas las mismas cosas que escribes en este blog. Así nadie te querrá. ¿Ves? Si es que te lo tengo que explicar todo...

12.11.07

Con dos borbones.

Franco tuvo que ser un dictador mu malo. Tan malo, que hoy en día aún tiene gente que le odia. Le odian hasta los que no lo conocieron e, incluso, los que tampoco vivieron su época. El odio que la gente suele tener por los dictadores es proporcional a cómo les fue la vida cuando él estaba en el poder. Pero como el miedo guarda la viña, cuando estaba vivo, todas las plazas mayores de España se llamaban del Generalísimo, así como siempre -y sin excepción-, había una calle dedicada a José Antonio. Ahora, con la Ley de Memoria Histórica, todo cuanto haga referencia a estos personajes tiene que ser eliminado. Me pregunto si la Seguridad Social y los pantanos, entre otras cosas, también tienen que ser desmantelados. Qué miedo.

El odio que la peña le dedica al caudillo se asemeja al que le otorgan al Rey. Me parece hilarante ver cómo la gente se dedica a quemar fotos del Rey, a protestar por su papel en la actualidad, y en cambio se quedan de brazos cruzados cuando, con los gobernantes que sí han sido elegidos democráticamente, vemos cómo los sueldos son, simplemente, una mierda. O que la inseguridad ciudadana está peor que nunca. O lo triste que es que sea más caro un litro de leche que de gasolina. O de cómo se ponen sueldos vitalicios los políticos sin dar ni chapa. Pero no, hay que quemar fotos del Rey, porque es muy fácil desafiar al sistema, en plan qué malo que soy, mirad lo que hago, jujuju, mira mamá, mira lo que hago.

El Rey, aunque fue designado como tal por el generalísimo, tenemos que reconocer que tuvo un papel estelar en la transición. No es fácil salir de una dictadura sin que haya violencia y, aunque aquí hubo un intento frustrado de golpe de estado, la cosa no salió bien. La gente quiere libertad, lo que pasa es que no sabe usarla. La libertad es permisividad, tolerancia y respetar unas normas básicas de convivencia. Pero la gente no quiere la libertad para todos, sino sólo para ellos, por lo que los demás acaban pensando lo mismo y esto se convierte en un pez que se muerde la cola. El que no es del Psoe, es facha. El que no es del PP, es sociata. Está claro que sociata es una palabra despectiva, pero me apuesto mis dientes nuevos a que nadie que usa la palabra facha tan alegremente sabe lo que significa. Una cosa es un fascista, otra es otra persona prepotente, y otra completamente distinta es alguien que no piense como tú. No es lo mismo, pero como todo el mundo la dice, hay que usarla, para que quede constancia de lo listos que somos y de lo progres que hemos salido. Mu listos, mu progres, pero nadie ha leído en el diccionario lo que es un fascista.

Un fascista es por ejemplo, una persona que acaba en el poder y no lo suelta por nada en el mundo. ¿Que hay que amañar las elecciones? Pues se amañan si es preciso. ¿Que hay que sacar a la policía o al ejército para reprimir una manifestación en mi contra? Pues a repartir tiros y que aprendan. ¿Esta cadena de televisión habla mal de mí? Pues la cierro. ¿Que tengo opositores? A la cárcel, por lo menos y, si se ponen borricos, los callamos para siempre, que mi partido es el único que tiene que haber -qué habría sido de este país si no llega a ser por mí-. Un fascista se alía con otros que hacen lo mismo que él, para sentirse más importantes, y jamás van solos: como ocurre con la mala gente y los pandilleros, uno solo es un cagao de mierda. De ahí que necesite respaldo. Y público. Como un fascista cree que el poder divino le ha recaído a él, mientras se llena los bolsillos de dinero del estado, el pueblo pasa calamidades, y él se dedica a marear a los demás países. Estas personalidades fascistas -hay tantas...- tienen una necesidad de atención por parte de los demás que raya lo enfermizo. Se ve que están faltos de cariño, o de vitamina B12 -la de la carne-, porque anda que que no les gusta joder, pero a los demás. Pero eso no es todo: además tienen una especie de paranoia como que todo el mundo quiere terminar con él. Siempre van culpando a otros, montando historietas en la que ellos salen como víctimas, pero acaban buscando refugio en los brazos de otros que, aunque no sean como él, intentan asimilar algo de su fachada de líder que tiene. Y he dicho fachada.

Lo que pasa es que, cuando odias algo, no ves más allá. La gente odia a Franco pero, simplemente por no ser monárquicos, tras el incidente en la Cumbre de Iberomérica, aplauden a Chávez, ese niño grande. Partiendo de que Zapatero estaba hablando y Chaves no hacía más que interrumpirlo con cosas que no venían a cuento, hay que decir que Chávez es un maleducado, norma básica de una conversación: jamás interrumpas cuando alguien está hablando. Segundo, que a qué santo estaba saliendo su tema a relucir. Aznar, Aznar, Aznar... ya estamos con que la abuela fuma. Ahora resulta que Aznar -que no es fascista, que hay que explicarlo- es el que tiene la culpa de todos los problemas de Chávez, que sí lo es. El Rey no hizo más que hartarse ante la desfachatez de Chávez. Si le mandó callar fue porque lo de Chávez es para hacérselo mirar. Que Evo Morales y Diego Ortega le bailen el agua, no significa que los demás le tengan que hacer sitio cuando él quiera pasar. Y entonces, en un alarde de valentía, viendo que tenía una oportunidad para ser protagonista, el presidente de Nicaragua habla: ¡qué malas son las empresas españolas!... Y el Rey, hasta los borbones, abandonó la sala, ante la cara de póker que se le quedaron a nuestros representantes que, para mi pobre entender, tenían que haberse ido tras él. Lo de estos presidentes sudamericanos es de chiste: Si una empresa extranjera construye en tu país es porque le has dado permiso. Y claro, ahora que ya tienes las infraestructuras hechas, es cuando te molestan y quieres que se vayan, pero que dejen todo montadito para seguir disfrutando de sus servicios. No son listos ni ná. Pero ellos, que tienen petróleo y otros productos que venden a precio de oro al extranjero, no lo reparten con justicia con los suyos. No, si es que los españoles hemos sido desde la conquista tan malos que, incluso fuera de sus países, no les hemos dejado prosperar.

Si Franco fue un dictador y Chávez gana siempre las elecciones con un 63% -qué puntería-, entre otras lindezas que todos conocemos, no entiendo a la gente que recrimina la actitud del Rey y aplaude la del venezolano que haría sonrojar de vergüenza a Bolívar. Aunque yo no me lleve bien con alguien de mi familia, no iba a tolerar que un extraño la insulte. Y el que permita una cosa así, es que no tiene sangre en las venas. El Rey hizo lo que yo hubiera hecho, bien por él. Pero que Zapatero tuviera que hacer como que reaccionaba tras el incidente, me parece lamentable. Está claro que quiso arreglar un poco la cosa, más con España que con él, pero a Chávez le pasa lo mismo que a los niños enrabietados, se creen que tiene razón y que se tiene que salir con la suya. Pero a toro pasado, ahora que ha dicho lo de torero. Si, de vaquillas de cartón. Porque es muy fácil hablar por atrás para argumentar sus reacciones cuando no tienes a la otra persona delante. Populismo, se llama. Me río yo de ese populismo. Pero él no es fascista, qué va. Ya veremos por cuánto vuelve a ganar las elecciones -con las que medio país protesta cada vez- y cómo sale. Si sale.

Aznar dijo que no volvería a presentarse a las elecciones, terminó su mandato y el pueblo soberano eligió que su partido no nos representara, por los motivos que fuera. Un fascista no se va del poder ni con aceite hirviendo, pero eso la gente no lo quiere ver, porque queda como muy in decir fascista y facha. Y ya es mala la ignoracia de la gente, cuando hay que explicarlo todo, y hay que explicar dónde se puede encontrar el significado de la palabrita.

El Rey, aunque sin diplomacia ninguna, ha demostrado que dar un manotazo en la mesa es más efectivo que estar escuchando el cacareo de un venezolano que está fastidiando a su país, al nuestro, a todos. Los que salimos de una dictadura sabemos lo que es una cosa y otra. Los que la viven, pueden tener el síndrome de Estocolmo. Pero cuando todo el mundo deja solo a un mandatario, será por algo. Y por eso se alía con otros con la L de novato pegada a la espalda, o con otros que tenían que haber desaparecido hacía mucho tiempo.

Bravo, Majestad. Ha hecho bien en no permitir que nadie hable mal de ningún español, que fue elegido por el pueblo soberano y nadie se quejó por el resultado de las elecciones. Y el mismo pueblo soberano cambió de partido para que nos representara y tampoco nadie dijo que las elecciones habían sido amañadas. Por defender unas empresas que han construido unas infraestructuras en donde no existían con la permisividad y complacencia de unos países que piensan que ya no necesitan más que las instalaciones.

Bravo, Majestad. Bravo. Hasta el cargo de Rey fue aprobado por los partidos políticos y reflejada en una Constitución, la nuestra. Y, al que no le guste ni el Rey ni la Constitución, que se vayan a quemar fotos de Chávez a Venezuela, si tienen narices. Veréis allí cómo se trata a la gente disidente.

Es lunes, noviembre, y hace frío. Bah, nos abrigaremos un poco más.

6.11.07

La metamorfosis (por Euphrasie Kafka Glamour)

Más de una vez hemos conocido, en el transcurso de esta vida, a una persona gris que no sobresalía en nada. Al estar aislado del mundo, por diferentes motivos, desarrolló cualidades que otras personas no tienen, y tuvieron la oportunidad de sacarlas a la luz, cosa que les aportó muchas y grandes satisfacciones. Pero, hasta que llegara el momento de su floración, era un cero a la izquierda, no era nadie, no era nada, era objeto de ignorancia por parte de los demás. Y, claro, en su interior creció un resentimiento hacia la raza humana, que fue creciendo a medida que crecían sus éxitos laborales -única cosa por la que la gente se digna a mirar de nuevo al susodicho, pero con otros ojos-.

Mientras nadie se daba cuenta de su triste existencia, tampoco nadie se daba cuenta de la rica personalidad que tenía dentro, de su gran sentido del humor, de muchas cualidades que muy pocas personas tenían y que podían hacer de él un buen compañero, un buen amigo, un confidente... Llegado el momento del deslumbramiento personal, cuando ascendió de manera vertiginosa en la vida, cuando no sufrió ningún tropiezo y tuvo la fortuna de seguir entero y de una pieza, esa rica personalidad llena de facetas empezó a pervertirse en otras menos agradables. Como si el mundo le debiera algo, en vez de volcar sus frustraciones en quien le hizo daño, pensó que todo el monte era orégano y decidió ser maquiavélico con todos cuantos le rodeaban. Fue cruel, fue sádico, y empezó a disfrutar del dolor ajeno. Si se acercaba a alguien, era porque quería algo de él, sin nada a cambio. Cuando conseguía lo que se proponía, era capaz de meter a esta persona en un embrollo, como agradecimiento. Si tenía un problema, lo pagaba con cuantos estaban cerca de él, imponiendo sus criterios -pobres y egoístas-, haciendo que la gente que lo rodeaba fueran vendidos ya no al mejor postor, sino según las reglas de un juego cruel en el que él disponía de las reglas a su gusto.

Las mujeres no se salvaban. De objetos inalcanzables, imposibles, pasaron a ser objetos sexuales. Omitía sus nombres para llamarlas siempre con muletillas, para no meter la pata cuando estaba con una y la llamaba con el nombre de otra. Ninguna era lo suficientemente buena para él, ninguna era persona, nadie era nada, sólo él, él, que tanto sufrió de adolescente y quiso demostrar que era alguien.

Años después, en pleno éxito profesional, sin problemas económicos, dejando atrás las tristes y maleables personalidades de la adolescencia, nos encontramos con un ser aún más triste y vacío del que vimos hace años. Y lo peor de todo, es que sigue solo, pero esta vez de verdad. Hace años no quiso rodearse de la gente que de verdad le apreciaba, sino de la gente que él aspiraba a ser, con la que quería ser alguien. Hoy en día, propio y ajeno ven que donde no hay nada bueno, es mejor alejarse, por lo que su soledad es cada vez más grande, tan grande como el entorno que le rodea, cada vez más lejano, cada vez más pequeño, hasta hacerlo desaparecer algún día.

Hace años, cualquiera que lo mirara, encontraría a un chico normal, corriente, como todos, como yo, como tú... Tenía sueños, tenía encantos, tenía toda una vida para vivir. Hoy en día, en cambio, encuentras a alguien solitario que aún piensa que la humanidad le debe algo. No sabe que su época de vacas gordas está a punto de finalizar. No sabe que la vida a veces te da un varapalo que no te esperas. No quiere darse cuenta de lo solo que está, por lo que llena cada ausencia con un adicción que justifica de manera poco convincente. Pero sigue solo, y seguirá solo, porque la gente no cambia. Seguirá solo hasta su muerte y nadie confiará en él, y nadie lo verá con otros ojos diferentes al odio o resentimiento.

Y todavía aún no se da cuenta de que, por muy rodeado que esté de gente, siempre estará solo.

A Raúl. Porque los gusanos se convierten en mariposas... pero no al revés.

3.11.07

¡El juego del Fraidei! (actualizado)

¡SI! Lo habéis leído bien. El Fraidei, sección histórica en el blog de Silvia, tiene su juego. Después de años de investigaciones y estudios minuciosos, después de sobornar al portero de todos los archivos electrónicos históricos del mundo -hay que ver lo que se consigue con una simple bolsa de pipas-, de desentrañar los misterios de la red y adoptar la forma de virus -es fácil, sólo hay que ponerse, pero acabas con un dolor de espalda...-para introducirme en el entramado de información clasificada de millones de empresas tecnológicas que sabrán mucho de tecnología pero dejan siempre abierta la ventana del servicio de caballeros, lo logré.

Que lo disfrutéis...<-- (pinchad en el enlace)

Ps: Por si alguien no se ha dado cuenta, el post se lo dedico a Silvia (enlazada a la izquierda). Es que lo ví, me acordé de ella... y luego pasa lo que pasa. Qué menos, ¿no?

1.11.07

Incongruencias en el día de difuntos.

Siempre me ha llamado la atención la palabra incongruencia. Copio:

Incongruencia:
1.Cualidad de incongruente
2.Cosa que resulta incongruente

...Vamos, que más claro agua. Si mi vida dependiera de esta definición, la jodido hemos. Sólo al ver el sinónimo, se despeja toda duda:
Sin. 1. y 2. Incoherencia.

La palabra ya de por sí es fea, y mi curiosidad por ella es más estética a la hora de pronunciar -suena mu mal-, pero ¿y lo bien que quedas al utilizar un vocablo tan culto? Quedarás ideal de la muerte, pero cuando no sabes de qué va la palabra y es la primera vez que la oyes, se te queda cara de panoli y corres a buscar el significado. Con las prisas, puedes leer sólo las dos definiciones primeras. Como tu vida sigue sin tener sentido, entonces es cuando recurres a los sinónimos. Y bingo. Puedes seguir viviendo después de hallar la solución a esa incógnita que no te dejaba vivir.

¿Y qué pasa si no vives? Pues que estás muerto. Y por eso, en un día como hoy, aplico la palabreja para preguntarme algo que no es que no me deje vivir, pero si me resulta incongruente:

...¿Por qué nos dan miedo los muertos en cualquiera de sus variantes -apariciones fantasmales, películas de terror, relatos de miedo... no sea que se nos aparezca alguno cuando estemos a solas- y en cambio ahora todo el mundo gusta de disfrazarse de muertos, zombies, vampiros y la leche en bote?

Y todos dicen qué diver, qué risa... Si, si... llega a casa y, a solas, ponte una peli de cague. a ver si la risa que te viene es la floja o cuál.

Vale que hay que santificar las fiestas. Todas. No hay que dejar ni una libre. Pero el Jalogüin, para los guiris.

Es una incongruencia que me supera. Vale, soy una sosa. Lo seré. O no.

31.10.07

La nota de humor.

El día no esTÁ para jaranas, pero quiero poner un puntito de humor al blog.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras.

Mentira. Mentira cochina.

Si no lo creéis, escuchad este vídeo SIN MIRAR LA PANTALLA. Luego, haced lo que os plazca. Yo he avisado.




...¿Veis? ¿Veis? OS ADVERTÍ.

Y llegó la sentencia.

Extracto de la sentencia del juicio del 11-M:

Bajo el nombre de terrorismo se esconden terribles crímenes una de cuyas características esenciales consiste en que sus víctimas no son el objetivo del delincuente ni su fin único destruir o amenazar los bienes jurídicos personales atacados por la acción terrorista, sino que la víctima es un mero instrumento o intermediario sobre el que se proyecta la acción criminal cuyo objetivo es atacar la esencia misma del Estado para obtener su destrucción y su sustitución por la estructura social, política o religiosa que quieren los terroristas.

Así que no fue ETA... Vale, acato, pero no comparto. Demasiadas casualidades...

...y tampoco hubo suicidas en los trenes, claro.

...y el PSOE olvida que (repito):

Bajo el nombre de terrorismo se esconden terribles crímenes una de cuyas características esenciales consiste en que sus víctimas no son el objetivo del delincuente ni su fin único destruir o amenazar los bienes jurídicos personales atacados por la acción terrorista, sino que la víctima es un mero instrumento o intermediario sobre el que se proyecta la acción criminal cuyo objetivo es atacar la esencia misma del Estado para obtener su destrucción y su sustitución por la estructura social, política o religiosa que quieren los terroristas.

...
sus víctimas no son el objetivo del delincuente ni su fin único destruir o amenazar los bienes jurídicos personales atacados por la acción terrorista, sino que la víctima es un mero instrumento...

...cuyo objetivo es atacar la esencia misma del Estado para obtener su destrucción y su sustitución por la estructura social, política o religiosa que quieren los terroristas.

28.10.07

Efectos retardados.


Ayer fue el día del Corrector de Textos (jaté, hay día pa tó). No doy ni una, nunca escribo sobre el "día de... (ponga aquí lo que guste". Yo intento seguir teniendo buena ortografía y evito, en la medida de lo posible, sucumbir a la abreviación de palabras e imitación de fonemas con letras. Dice mi madre que todo lo malo se aprende, y es cierto, pero en este caso creo que vencerán las buenas maneras. En otras cuestiones, no diré jamás de este agua no beberé, ni que este cura no es mi padre, pero en esto... creo que si durante dos años y medio de blog he mantenido el tipo, supongo que ya es porque la ortografía se ha instalado en mis genes y, a estas edades, hay cosas que no se van ni con agua hirviendo. Y ni ganas de que se vayan.

Lo que pasa es que esto de la escritura es algo que parece que hay que reclamar. A mí me cuesta recordar diptongos, triptongos e hiatos -por si no os acordáis... yo tampoco-, así como ciertos acentos diacríticos, que ahora están, y luego los hacen desaparecer (como es el ejemplo de SOLO y SÓLO: ya no se acentúa ná), o palabras que se acentuaban, y luego dijeron que ya no hacía falta, que pa qué (FUÉ está mal escrito, dicen, que ya no lleva acento...).

A mí con las reglas de ortografía me pasa lo mismo que con el padrenuestro: yo uso lo que aprendí de pequeña, y si está mal, que me lapiden si tienen narices, y si me pillan. Total, aprobada ya estoy en mis estudios, y al infierno iré rece lo que rece -si es que existe, que ésa es otra-. Aunque cuando los medios de comunicación son los primeros que te dicen "halaaaaaaaa, qué burradas se escriben", para luego meter la gamba hasta las cejas, o cuando compras un libro y te entra la risa floja al ver tantas y tantas faltas -os asombraríais-, te preguntas que en qué quedamos. A la ortografía no se le da ya la importancia de antaño. La gente quiere saber más de tipos de interés (o de tipos o tipas interesantes je je), que de acentos, tildes, si lleva hache o no...

Que jamás se diga, si caigo derrotada -que no creo-, que no lo intenté. O tal vez escribo tantas veces sobre lo mismo para reafirmarme o autoconvencerme. A saber. Lo importante es estar en paz contigo misma y, por muchas reglas que cambien a su antojo o comodidad, saber que, lo que aprendes de pequeña, suele quedarse para siempre.

Por cierto: la foto que ilustra el post fue tomada en la Plaza Mayor de Madrid. Está "mal escrito" el cartel, pero es por imitar el acento andalú. Ya la puse en mi otro blog, de ahí sale, y porque es mía. Un cartel gracioso para hacer un guiño al día del Corrector de Textos.

Y un detalle: en la facultad había un profesor de cierta asignatura, que anunció el primer día que daba igual lo bien que nos saliera un examen con él, porque como viera tres faltas de ortografía, seríamos suspendidos, alegando que en la universidad no se puede tolerar tener esa ortografía. No le falta razón al hombre, yo no sería tan radical, pero tengo que reconocer que yo saqué un notable.

Sed felices!

27.10.07

Templarios, a jugarrrrrrrrrr!!

Uno de los mayores deseos de cualquiera que haya estudiado biblioteconomía, paleográfía, historia, y demás familia, es meter las narices en el Archivo Secreto del Vaticano. El nombre "Secreto" es lo mismo como cuando tus padres te decían: "No hagas esto", y allá que ibas tú a hacer justamente lo contrario. "No veas tu regalo"... ¿que no? . No hay nada más curioso que que te prohíban algo, y encima que te digan ya con el nombre que no podrás acceder a él. No sé si los investigadores serán de la misma calaña que los que se llevan los mapas en la Biblioteca Nacional, pero los del Vaticano causan más problemas, porque dejan a tan noble estamento en entredicho. Resulta que han descubierto que los Templarios no eran tan malos malotes como decían. Casi mil años después, y lo dicen ahora.

Quien haya leído todas esas novelas que ahora se estilan tanto y están tan de moda, que tratan de una trama religiosa y tal -ya sabéis todos de cuáles hablo, porque hay cienes y cienes-, ponen a los Templarios como parte disidente de la iglesia, en plan guerrero, de los que se van a guerrear y tal. Como dicen en mi pueblo, unos mocos son sonaos y otros son sorbíos, por eso de que unos crían fama y otros cardan lana, y luego resulta que todos hacían lo mismo. Pero los Templarios, mucho más ricos que sus hermanos, prácticamente los mantenían debido a los préstamos que les hacían. ¿Cómo cancelar préstamos sin pagar un maravedí ? -o un chavo, o un peso, o un merovingio, ni idea de qué usaban por aquél entonces-. Me recuerda a una genial viñeta de Romeu, en un monográfico de la revista Muy Historia sobre los Reyes Católicos, cuando Fernando le dice a su esposa:
-¿Y si en vez de devolverles lo que les debemos, expulsamos a los judíos de España?
La iglesia fue un pelín más allá, con sesiones de carne a la brasa para el populacho, con la consiguiente maldición del jefe Templario, Molay, a sus ejecutores, haciendo que alimentara una leyenda negra, puesto que ese mismo año murió hasta el apuntador de la iglesia.

Tras hacer público el error de la iglesia en tales matariles, el motivo, y de cuestionar el verdadero papel de los mártires Templarios, llega el detalle. En edición facsímil -o sea, imitación del legajo, del códice, o de lo que sea- cualquiera puede tener esos valiosos documentos en su poder, por la módica cifra de 5.000 eurillos de ná.

Con o sin polémica, no me digáis que es una campaña de márketing alucinante para vender productos -para que luego digan que los libros no son caros XD-. Me falta saber el nombre del editor, el nombre de la imprenta, el depósito legal de dónde es... pero vamos, creo que todos nos lo podemos suponer.

Aún muertos, los Templarios siguen beneficiando a la iglesia.

26.10.07

Por si te aburres, y eso.

Vamos a hacer entre todos un jueguecillo. No es original, lo he visto por ahí, pero yo quiero uno.

Entre todos, escribamos una historia, unas frases cada uno, a ver qué sale de ello.

Reglas: puede escribir cualquiera. Hasta, si os apetece, podéis incluiros en la historia, adoptando un papel protagonista (esto promete: hay un buen reparto)

Pues venga.

Título: La princesa que no quería ser rescatada (ja ja ja ja, qué original)

Érase una vez, en un reino muy muy lejano, no hace mucho tiempo que habitaba una princesa con gafas...

...to be continued.

25.10.07

Un regalito pal pecho.


Intento ser todo lo buena fotógrafa que me deja la tecnología, ahora que me acompaña. A veces me pasa que el resultado es tan horribilis que me avergüenzo de mí misma y oculto cualquier prueba de ello. Y de paso, elimino a testigos (total, ya puestos...)

Pero cuando el resultado es satisfactorio, lo enseño para fardar de ello (así que id olvidando el primer párrafo) (o sus elimino) (je je)



Otras veces, en cambio, me asombro de lo que puedo llegar a hacer, o de lo que puede salir de mi contínuo aprendizaje. O sea, que un rayito de sol oportuno, le puede dar a la foto cierta originalidad (detalle de los pies de la -peazo- cruz de Fallen´s Valley) (uséase, el Valle de los Caídos)




¿Y los colores? Son parte importante de una foto, así como la luz, y el saber dominar los contrastes -que no es mi caso-, pero bueno. Sale lo que sale y puede llegar a gustarte y todo, como es el caso de esta foto. Estos contrastes, y el azul de la ría de Vigo, son los colores que me llevo de recuerdo. Con ustedes, el sitio en donde los campeonatos de lanzamiento de hueso de aceituna fueron llevados en el más absoluto secreto (por cierto: el edificio que veis, es el bar, de ésos para tomarte algo y tal) (qué modernos los reyes de antes, tenían ya bar) (XDDDDDD)

Ale, ta mañana.

Una respuesta a una duda existencial.

He descubierto un secreto. Creo que hasta mi vida corre peligro como alguien se entere de mi descubrimiento. Cualquier servicio de inteligencia ha guardado celosamente el secreto, pero yo, y sólo yo, he descubierto para qué servía la Casita del Príncipe, en El Escorial...

Este enigma que muchos investigadores no han logrado descifrar, estaba tan a la vista que han pasado por alto su significado...

Allá voy. En la Casita del Príncipe se jugaba a un juego secreto, oculto y peligrosísimo, en el que sólo podían participar los mejores tiradores, los más valientes y osados. De ahí que no hayan camas ni dormitorios, sólo salones y mesas -y qué mesas, por cierto...-.

...Se practicaba el noble deporte del lanzamiento de hueso de aceituna... De ahí que la entrada esté flanqueada por dos angelotes imitando semejante acto.


...Qué lista soy, po dió. Qué lista.

¿Evolución?

De pequeña, jugaba en una calle cercana a la mía, por la que apenas pasaban coches. Allí yo tenía amigos, por lo que todos los que nacimos en el boom de natalidad, jugábamos allí, apiñados, unos encima de otros, al montón. La gente mayor, que suele ser la que más protesta, no decía nada -bueno, habían excepciones- puesto la que no tenía a sus nietos allí tenían a los sobrinos. Éramos escandalosos, molestos, jugábamos a lo bestia con balón -podían a llegar a juntarse cuatro balones en el mismo partido- y menos mal que la gente sabía qué hacíamos, porque cualquier ajeno creería que esa jauría infantil estábamos siendo masacrados por la tercera edad, harta de nosotros.

Esa calle tenía una peculiaridad. Tenía adoquines, tan antiguos como la vida misma, y el ayuntamiento, cuando se hundían por el paso del tiempo, cortaba la calle para volver a rellenar el hueco de tierra, cemento o lo que fuera, y volver a poner cada adoquín en su sitio. Gracias a los huecos entre adoquín y adoquín, teníamos millones de guacs para jugar a las canicas. Allí nos tirábamos al suelo y salíamos negros, limpiábamos el suelo con nuestras ropas, nuestros brazos y nuestras piernas. Esos adoquines históricos prácticamente brillaban gracias a los niños salvajes que jugábamos sobre ellos. Esa calle estaba limpia porque nadie que tuviera perro y nos viera jugar, dejaba que sus caquitas ensuciaran nuestro terreno. Incluso cuando una vez salió una rata de una casa, le dimos matarile entre todos -no fuera que se nos escapara-, para acabar jugando al golf con ella y meterla en el hoyo 18 -léase alcantarilla-, no fuera que alguien la pisara.

Los días de gloria de esa calle han terminado. Apenas hay niños que juegan, y las ancianas de antaño, ya desaparecidas, dejaron sus casas a herederos que las vendieron a otros, que las tiraron para hacerse otras. Las grúas de primero una casa y luego otra, fueron haciendo que cediera de nuevo el suelo de adoquines. El ayuntamiento, más preocupado en urbanizar zonas que antes, ni de coña, se urbanizarían, se ha olvidado de ese sitio y de sus adoquines, que se hundían a velocidad alarmante. Y de repente, alguien tuvo una genial idea: arreglar la calle.

Ahora la calle en la que yo jugaba de pequeña, si tiene adoquines, ya no se ven, porque alguien echó cemento por encima, dejándola lisita y perfecta, gracias a una genial idea. Como ya no hay niños, la gente deja que sus perros caguen donde les plazca. Entre parches de cemento y cacas de perro, han adornado una calle que no es que fuera la más bonita del mundo, pero era una calle cuidada. Ahora da pena mirarla y asco pasar por allí. Como un niño rozara el suelo con un dedo, tendrían que hospitalizarlo, por la cantidad de enfermedades que incubaría...

Si caminas por la calle y miras las casas nuevas, te asombras de lo que llega a cambiar en unos años. Ha mejorado, se ha modernizado. Pero cuando miras el suelo, te preguntas cómo es que una ciudad tan moderna puede poner parches de cemento a su historia, y adornarla con cacas de perro.

Para que luego digan que hemos evolucionado. Ja.

21.10.07

Un ataque de risa.

Esta semana...

...me ha dicho un artista -de ésos bohemios y tal-, que yo era su musa, y que ha estado muy enamorado de mí. Ahora que ya se le ha pasado el mono (palabras textuales) ha sido capaz de contármelo. Lo que más me choca es que jamás me he tomado un simple café con él para darse cuenta de lo que valgo yo (¿veis? yo lo advertía...). Bueno, eso, y que tiene 65 años. Yo ya le he dicho que nuestro amor no puede ser... más que nada porque nunca ha sido recíproco -toma, por guasón-.

...he hecho una entrevista de trabajo en la que los requisitos que pedían me describían tal cual (y me decían que mi currículum era muy completo) (si, otra vez), y he tenido que rechazarla antes de que terminara porque se inventan unos horarios más raros para trabajar... En serio... O de día, o de noche, pero no a medias tintas. Y no han inventado aún la máquina de teletransporte en caso de que no hayan trenes a ciertas horas...

...un viejo amigo me ha confesado muerto de risa que conoció en su trabajo a alguien que yo conozco, que acabaron hablando de mí... y le confesó que yo soy su amor platónico (...ah, canalla, y lo dices ahora...) (pues te jodes, por cabr*n)

...quedé a comer con alguien en Valencia el jueves. Llovía de narices -léase que te cagas-, y yo había ido además a por un titulillo y tal. Pues no hubo comida: ese alguien se puso mala, y tuve que regresar a mi casa a lo Gene Kelly, hasta las rodillas chorreandico. Si, lo sé. Es más divertido mojarte en compañía.

...tengo un ordenador nuevo. Estoy de mudanza de archivos, fotos y demás familia.

...ha nacido alguien que no sustituirá a un angelito que está en el cielo, pero que les hará a estos padres muy buena compañía.

...Alonso no ha ganado el mundial. Ay, Kimi... qué lección has dado a todos...

He vuelto. Creo.

Ps: Octubre me está sentando fatal: estoy baja de ideas.

11.10.07

Más feo que pegarle a un padre.

Leo -y alucino- que Sting está considerado como el peor letrista de la historia. No dudo que sea su etapa de Police la que le haya hecho merecedor de tal título, pero para mí quisiera los royalties de semejantes cutre-canciones. Algo así, como dame pan y dime tonto. O ande yo caliente, ríase la gente. Sea como sea, estoy en desacuerdo. Me niego a pensar que alguien que tenga en su haber canciones como "Fields of gold" sea malo. Antes, muerta.

En cambio, hay canciones que dañan los oídos, letras que quedan ocultas tras una buena canción y, en vez de estropearlas, quedan camufladas. Es cierto lo de que la gente oye, pero no escucha. Real como la vida misma. Por eso muchos cantantes parecen -y se creen- que son buenísimos -no hay más que ver lo creidísimos que son y lo famosísimos que se piensan que son-, pero la verdad queda camuflada por la fama, inmerecida en muchas ocasiones. No olvidemos la fábula del burro que toca la flauta por casualidad. Oh, qué bueno soy, pensarán. Pero siempre hay detractores, alguien que escucha algo y arruga la nariz, asombrándose de que haya creado semejante bodrio. Pueden tener canciones buenas, pero pocas. Así que yo doy una lista de las canciones que peores letras tienen.

1. Hay una canción de Los Sencillos que me encanta, pero tiene una letra que peor no puede ser. Se trata de "Bonito es". "Mueve deprisa el café se enfriará. Buenos días, ¿quién te ha dicho a tí que lo son?...". Sin palabras.

2. No va por orden, pero Revolver es un hombre de contrastes. A veces lo comparo con Pau Donés. La misma letra, le cambian una palabra o varias, y ya tienen canción. Dick en su blog ya habló de las canciones de Donés. Que si Bonito... que si Depende... Le salva la magnífica canción "Grita". Pero a Revolver -perdón, Carlos Goñi-, no le salva ni una. Vale que "El roce de tu piel" es magnífica, pero cuando escuchas "Si es tan sólo amor" después, a veces llego a dudar cuál está sonando. Y cuando escuché "San Pedro", versión amplagd, alucino al ver lo pronto que los presentes se aprendieron la canción, para corearla a la vez que él (¿no se supone que el público canta cuando ya se sabe la canción...? ¡Si es que no les pudo dar tiempo a aprendérsela!). Y sin desafinar... Y encima parece que la tocan a toda prisa (será para que termine pronto...) XD

3. Hay quién dice eso de cría fama y échate a dormir. No negaré que Mecano fue un gran grupo. Tres, eran tres, y nadie prescindible, pero siempre hay quien destaca, y quien destaca... un poco menos. José María Cano es de los mejores letristas de España "Naturaleza muerta" es, por ejemplo, es una obra maestra. Nacho no, pero ahí anda y ahí sigue. Eso sí: hace unos conciertos divertidísimos. Sus letras, en cambio... pooooooooh.

4. Sabina es un gran poeta y tal, y un buen músico y tal, y es un genio y tal... pero peca de machista. El santo sacramento que quiere darle cuando ella se lo pida en "19 días y 500 noches" me martillea en la cabeza. Hay siete santos sacramentos, y si vamos eliminando...

5. A Hombres G los tengo despistadillos, no les sigo ahora, pero teniendo títulos como "El ataque de las chicas cocodrilo", "Sufre mamón" o letras como "no te quiero ver, prefiero quedarme en casa viendo Falcon Crest"... fama tuvieron, pero una cosa no quita la otra. Son como las pilas Duracell: y siguen, y siguen...

Me dejo tantos, que acabaré con cinco. Es un buen número. Cinco millones de euros, cinco deportivos, cinco meses de vacaciones, cinco novios... ¿Veis? Cinco es un buen número.

Que paséis un buen puente, el que se vaya. Y el que no... pues ya sabéis... Mal de muchos...

Ps: Dicen que estamos en alerta roja por fuertes lluvias. Dicen. Pues por aquí no ha caído ni una gota aún. Esperemos que luego llueva con conocimiento, no sea que se me inunde la aldea. Además, ya ha refrescado y esta humedad no me gusta... La otra, si. Pero esta no.

4.10.07

Todo es cuantificable.

A la gente le importan las medidas. Que si el 90-60-90, que si 25 centímetros, que si 1.90 metros, que si a 200 por hora, que si ocho de golpe... Medimos sin querer, supongo que es cosa de los genes, por esa competitividad que nos inyectó la madre naturaleza. Claro que no siempre queremos ser los que más en algo. Nadie quiere 200 kilos, como no sean de billetes grandes -o pequeños sin numerar, qué más da-. Como tampoco quiere que su amante de turno vea sus míseros seis centímetros de hombría. Yo estoy cuantificando mis necesidades...

Como el precio ya lo sé -má o meno-, ahora falta encontrar las cantidades perfectas para equilibrar mis apetencias con mis necesidades. Sé lo que no quiero, lo que si que quiero, y por supuesto, lo que me gustaría -pero de momento, apáñate con lo que hay-. Las medidas importan, las cantidades también, pero otra cosa es pedir justo lo que necesitas. Algo así como llevar un Ferrari para trabajar en el campo. Yo me apaño con un Seat. Panda, si es preciso. Pero me estiraré para que la cosa sea algo tipo un Ibiza, o un Arosa.

Es que quiero comprarme un ordenador nuevo, pero el presupuesto no me da para más. Estoy mirando, y creo que uno tiene todo cuanto necesito. Qué más da lo que mida, lo que tenga o lo rápido que vaya. Mis seis megas de conexión son suficientes para...


Oh, qué delicia... :P

Ps: He ramblao esta foto de una página que no me acuerdo cómo se llama. Y tampoco me apetece buscarla para poner el nombre. Si alguien se da por aludido... pues gracias por la foto.

2.10.07

¿Te aburres? Clase de papiroflexia.

Con un papel, con un simple papel, puedes hacer maravillas. Puedes escribir obras literarias por las que te concedan luego un Nóbel, el premio Planeta o pases a engrosar la lista de los cien libros que todo el mundo debería leer.

En un papel, un simple trozo de celulosa, blanqueada o reciclada, puedes estampar tu firma en el contrato de tu vida, recibir tu diploma universitario o saber que de aquí hasta el 2045 vas a estar casado/a con el banco.

Con un papel puedes hacer muchas cosas. Hasta papiroflexia.



Eh, eso no vale. Te dejo otro intento:



...Eso está mejor.

1.10.07

Gregorio y León

José María había crecido entre burlas. Por su aspecto simplón, había sufrido las bromas de unos y de otros. Trabajaba junto a Gregorio y León, que también se reían de él. Un día de verano, José María fue a vender unas ovejas, y... desapareció. Al principio, todo el pueblo lo buscó. Pensaron en un robo, por llevar el diner de la venta de las ovejas, pero el que no apareciera el cadáver, les hacía pensar lo peor. Pronto todos empezaron a mirar con sospecha a Gregorio y León porque se metían con él. No eran los únicos que lo hacían, pero sí los que más lo aparentaban. Las malas lenguas decían que tal vez... ellos... Un hermano del desaparecido se decidió a poner una denuncia contra estos hombres, pero se desestimó por falta de pruebas. Y los dos hombres siguieron su vida.

Un par de años más tarde apareció un juez que creía que la justicia divina estaba reencarnada en su persona. Quería llevar el peso de la ley tan a rajatabla, que con un caso así no se lo pensó dos veces: ante el conocimento del caso, se puso manos a la obra. Mandó llamar a los dos hombres y se les declaró sospechosos. Ni qué decir tiene la clase de interrogatorio que se les aplicó, cortesía de la Guardia Civil de entonces. Bajo torturas -cada una más atroz que la otra-, declararon que habían sido ellos dos, y sólo ellos, que se quedaron con el dinero y que despedazaron el cuerpo para dárselo de comer a los cerdos. Cinco años más tarde, fueron condenados por el asesinato de José María, y los mandaron a la cárcel, en donde estuvieron doce años y dos meses. Una vez cumplida la pena, fueron puestos en libertad. Creo que cambiaron de residencia tras su liberación y volvieron a una -qué ironía- vida normal.

Poco tiempo después, el cura del pueblo recibió una carta de otro párroco en la que se le solicitaba la partida de nacimiento de un tal José María para casarse. El cura supo que el "José María" que se iba a casar era el mismo "José María" que desapareció. Pero calló. El jodío calló porque cómo iba a decir que el muerto no estaba muerto, sino que estaba tomando cañas lerelerele... Tiempo más tarde, José María en persona, y harto de esperar por vivir en pecado con su doña, se tuvo que presentar en el pueblo para averiguar qué pasaba con su partida de bautismo... y cuando lo vieron aparecer, se armó la gorda.

Así que esta es la historia de dos hombres que fueron inculpados por un crimen que no cometieron. Vivieron todos esos años con la certeza de todos cuantos les rodeaban, de que habían sido ellos, y sólo ellos, los que habían cometido tan salvaje acto. Lo que jode, es que es una historia real, digna de recordar, pero para que no se vuelva a repetir. Lo que jode también, es que se repite. Dos padres, que no son perfectos, la desaparición de una niña, la opinión pública que ya lo sabe todo -cuántos genios incomprendidos- y una policía incompetente que necesita un culpable de donde sea. ¿Cuá, cuá? Pues tú mismo, decía el chiste.

Es mi opinión: cada vez que hablan sobre el asunto de la niña -pobre criaturita-, me recuerda cada vez más a este caso. Lo que estoy segura es que, el que haya sido, se estará partiendo de risa al ver que su pista se perdió hace tiempo, o no está siendo investigada.

Para saber más del caso de Gregorio y de León, hay que ir a Google, poner "El crimen de Cuenca" y...

En fin. Hay cosas que no deberían pasar jamás.

30.9.07

Mini-yo.

Ayer se me ocurrió meterme en un chat. Hacía años que no me dejaba caer por uno de estos sitios, pero aprovechando que tenía una madrugada muy larga y sin suñeo, me dejé caer por esos mundos. Lo primero que hice es, cómo no, adoptar una identidad falsa. Luego, entrar y tantear el terreno. El sitio del chat, llamado algo así como "los que no tienen nada mejor que hacer" -por supuesto, ese no es el nombre-, era un sitio en el que ver cómo se comporta la gente. Vale que sabía a qué me metía, pero mis intentiones eran más honradas que cualquiera de los presentes allí.

Con una lista de cientos de conectados, resulta que sólo estábamos hablando en el canal general cuatro o cinco. Los demás, en privados. Nuestra charla era amena, tocando de todo un poco, y hablando de todo y de nada. Las chicas, una de ellas novata, era literalmente acosada por uno de los allí presentes. Quería temita, y ella prácticamente se escudaba en mí para que el semental no la molestara. El semental, en un alarde de poderío, me tomó como un contrincante/rival, y en mí quiso descargar toda su ira. A mí no me habían dado pie a decir qué era -chica, chico, o macetero-, así que asumí el papel de chico, por seguir el rollo. Las chicas querían hablar conmigo, sólo conmigo, dejando de lado al semental, que se lo tomó muy mal, y al otro chico, que optó por abandonar una lucha que se había inventado el machote.

Y hay gente que tiene mal perder. Lo que parecía un encontronazo entre machos de la misma especie, se convirtió en un monólogo del ultrajado, del humillado. Yo me reía desde mi teclado de su rabia. Me sentía como alguien de dos metros al que uno de metro veinte quería dar una paliza. Lo mejor era que nada de lo que decía me molestaba, porque me daba risa. Rozaba la hilaridad, lo absurdo. Las chicas, que para mí que se pudieron entre ellas de acuerdo, no hacían más que bromear sobre qué harían conmigo si yo les dejara, así como que nos habíamos intercambiado ya los messengers y estábamos viéndonos por la cam. El semental actuó con rabia. Estoy segura de que si hubiera podido, me hubiera metido la cam por donde más duele. Pero yo, además de jartarme a de reí, me asombraba de lo tristes que son algunas personas, que creen que avasallando a otra, y creyéndose que tienen que ser el centro del universo, pueden decir cualquier cosa y querer que la gente les de la razón.

Hasta que llegó el momento de la despedida. Habían sido un par de horas muy fructíferas en las que un par de chicas me abrían privados e insistían en saber más de mí. En las que un chico me tomó como un rival tan serio que me dijo que qué les había dado a las chicas para que sólo quisieran hablar conmigo.

Ayer, queridos míos, me sentí deseada y envidiada. Pobre semental... si supiera la verdad sobre mi persona, su derrota hubiera sido mucho más humillante para él...

27.9.07

Música, maestro.

A mí me gusta Café Quijano. Bueno, el sonido tan particular que tienen, y no todo lo que tienen me gusta. Pero esto si:



...primero el remix de JXL, ahora esto... NO se lo digáis a nadie, pero creo que me gusta Elvis. No todo, claro.

Ps: Qué original la película...

26.9.07

Tabúes

Hay cosas de las cuales los humanos no podemos hablar sin que nos miren mal el resto. Por ejemplo, queda fatal hablar de dinero. Podemos estar podríos de dinero, o tener -como una que yo me sé- telarañas en los bolsillos, pero no se puede hablar de dinero. Ni de cuánto ganas, ni de cuánto vale una cosa que te compras ni ná de ná. Queda absolutamente prohibido hablar de dinero, porque la regla establece que queda muy feo.

De otra cosa de la que no puedes hablar es de enfermedades. No puedes decir mira, me ha pasado esto o esto otro, y ambas cosas pueden haber sido mortales o contagiosas, y los demás se apartarán de tí como si hubieras sido tú la que ocasionó la peste negra en Europa. Da igual que hayas superado el mal trago: habrá siempre quien te mire como a una apestosa.

Hay normas no escritas que establecen que tienes que ser igual que los demás. Está claro que en esta vida es todo aparentar. Puedes tener dinero, puedes aparentarlo, pero no puedes mentar la cantidad que ganas. Puedes haber tenido un percance de salud y lo habrás superado. Pero la sociedad quiere gente sana y eternamente joven. Lo de joven es otra historia, pero conozco más de uno y de una que se pone negro/a porque cumplen años o les salen canas. El síndrome de Peter Pan está demasiado extendido.

Y por supuesto, uno de los temas tabúes estrella es el psiquiatra. Estará de moda ir al psicólogo alegando estrés o escuatro (je je qué chiste más malo), pero ni se te ocurra, por tu madre, por tu vida, decir que has ido al psiquiatra, porque la inmensa mayoría pensarán que tienes alguna enfermedad mental. Hombre, supongo que normal-normal del todo -comparándome con la inmensa mayoría-, no seré, pero vamos, que tampoco nadie moriría de la tristeza si se diera el caso. Por otros motivos, porque lo llevo bastante bien (je je)

Todos, absolutamente todos, tocamos fondo en alguna ocasión en la vida. Los problemas que se nos presentan a veces nos superan, o no sabemos cómo afrontarlos. La inmensa mayoría los esquiva, entregándose a vicios para olvidar. Y ahí es donde no está la solución. Porque los problemas siguen estando en el mismo sitio y se les añade otro más en forma de adicción. Yo he sido antidrogas siempre, y no les he visto ninguna ventaja. Me he movido por ambientes -como todos- en donde el consumo era algo común, y la rara era yo por no probar nada. Bueno, pues entre eso, y que he ido al psiquiatra, creo que mi imagen ha sufrido tanto que me señalarán con el dedo por la calle y gritarán "la del psiquiatra que no consume ná!". Dios, creo que no podré superarlo.

No entiendo el motivo de querer perder la consciencia real de tu persona por meterte sustancias, queriendo olvidar lo que sea. No entiendo cómo la gente bebe hasta vomitar. No entiendo cómo luego quieren aparentar lo sanos y guays que son, y la pasta que tienen -que lo mismo tienen igual que yo-, pero no mentes la palabra psiquiatra delante de ellos, porque dirán: "Éso es para los locos, ¿no?".

Yo necesité ayuda en un momento dado. Llevaba meses llorando sin ganas de nada. Sólo estaba bien quedándome en la cama, arropada hasta la cabeza, pero no podía. Había perdido muchas cosas importantes para mí en poco tiempo, y la autoestima se me desplomó. Yo sólo lloraba. Y cuando lo único que haces es llorar, tienes un problema. Yo no le contaba a nadie lo que me pasaba, pero mi apatía crecía y crecía. Hasta que un día, hablé con mi madre de lo que me pasaba, y me sentó bien. Yo no sé si mi madre me entendió algo -cosa de los balbuceos-, pero me aconsejó que acudiera al médico. Y así hice. Él me derivó hasta el psiquiatra quien, durante unos meses, me dejaba llorar y contarle el motivo de mis desdichas. Yo sabía que era pasajero, y que algún día lo superaría, pero el que pasaran varios meses y fuera incapaz de querer llevar una vida normal, me preocupaba. Pero yo sólo tenía ganas de llorar, y era lo único que me apetecía. Mi psiquiatra lo entendió, y me vio muy razonable y coherente, por lo que me mandó un tratamiento y me citaba cada X días para otra consulta. Los primeros meses se me veía en la esquina de la consulta llorando. El último mes ya podía salir a la calle sin tener ganas de llorar. Me había propuesto, sin tomarme el tratamiento, que tenía que mantenerme ocupada. Que las cosas, cuando se van, no vuelven. O pueden volver, pero yo no quise tener esperanza. Ya vendrían tiempos mejores. Hay puertas que se cierran. Leí un montón, empecé un curso -que de qué poco me ha servido, porque se me ha olvidau-, salí sin ganas, estuve con la gente sin ganas, hasta que me encontré con una normalidad absoluta que hacía tiempo que había olvidado.

Pasó un tiempo hasta que, mis lloros intermitentes, cesaron. Digamos que no me encuentro pletórica precisamente, pero son fases en la vida, y esto está superado. Ahora lo que me trae de los nervios es mi mala suerte laboral -uno de mis motivos-. Salvo eso, y poco más, nada me preocupa tanto. Y como no tengo nada a la vista, dentro de poco entraré de nuevo en donde estuve el año pasado. No me gusta, pero no tengo otra cosa.

Así que así es la vida. No puedes ir al psiquiatra, cállate por dios, pero nadie dirá nada si te vas de botellón, o si te metes cuatro pastillas o cuatro rayas. A mí me da igual. Yo no quise camuflar mis problemas con otras cosas, y yo me quiero demasiado para dejar que la poca estima que me quedaba de mí misma, se ampliara artificialmente.

Porque muchas veces, el problema de todo lo tiene el que no te quieran y a que te mientan. No me refiero a que creas que no te quieren (en el trabajo, tus amigos, tu familia...), sino a que puede ser que no comprendas cómo no te pueden querer siendo que tú los adoras y llegan a sucederte cosas tan dolorosas, a veces una detrás de otra. No entiendes la mentira, el acoso, la cobardía ni las trampas, siendo que tú no tienes la culpa y acabas perdiendo tantas cosas que no te parece real que esté sucediendo. Pero, aunque sigas sin entenderlo, a veces tienes que prescindir de ciertas cosas para salvarte tú.

¿Si me he salvado? Creo que si. Cuando digo que me quiero, lo digo con la boca grande. Me quiero. Me siento como la Escarlata O´Hara: "a dios pongo por testigo...".

Pero hambre no paso, precisamente. Y de hambre no va la cosa. No veáis el peazo culo que me está saliendo... Pero lo que no permitiré es que nadie vuelva a pisotearme, ni que me tome a pitorreo, ni a que se burle de mí. Hasta el trabajo lo perdí por malas artes y mentiras. Me he vuelto radical, muy radical. Supongo que será una de las secuelas.

Así que el que no haya ido nunca al psiquiatra, dichoso él. Pero que no se burle, que la vida es muy larga, y nunca se sabe. Nunca se sabe.