Hace años que me enganché, y os conté, a la serie Pasión de Gavilanes. Como telenovela cumplía todos los requisitos, como serie también, y además es que era graciosa. De hecho, ni cambiando canales ninguna otra telenovela ha conseguido mi más mínimo interés, por lo que supongo que sonó la flauta por casualidad y no creo que me aventure en esas lides de nuevo.
También he probado series que fueron abandonadas ya por ser tan repetitivas o previsibles que ya no me enganchaban. Siempre ocurre eso de la tensión sexual no resuelta de los protagonistas, que sí, que no, que huy, que tengo un drama personal que no te he contado, que siempre es una tragedia a lo bestia... O cambios brutales en el guión de una temporada a otra que te hacen dudar de si estás viendo la misma serie. Me pasó con Alias, que me aburrió en la tercera temporada, Héroes, que me decepcionó totalmente al principio de la segunda y la abandoné para siempre jamás, Bones, que la aborrecí a la cuarta temporada, Almacén, Nº13, El secreto de Puente Viejo (con lo bien que empezó la serie y la han alargado hasta la náusea), Shameless, Downtown Abbey... No sé, a lo mejor el cuerpo no me pilló con la necesidad de verlas en ese momento, porque todas tienen éxito, pero no conmigo. Rarita que es una.
En cambio, hay otras a las que les di una segunda oportunidad, aunque al principio no me llegaban a enganchar, como fue el caso de The Big Bang Theory. Tengo que reconocer que hay escenas que aún me hacen llorar de risa cuando las veo.
Y ahora vienen series que me dejaron encantada. Homeland es una. Breaking Bad es la segunda más mejor en mi ranking, y con diferencia respecto a las otras. Quién me iba a decir que el padre de Malcolm, otra de mis series favoritas, iba a cambiar tanto (guiño, guiño, codazo). Además, con un final apoteósico y dignísimo. Luego está también A dos metros bajo tierra, que es originalísima y, aunque se me hizo pesada en las temporadas centrales, pude terminar y no me decepcionó con el mejor final de serie que he visto en la vida.
¿Y qué pasa cuando ves una serie buena? Pues que luego te cuesta encontrar una que te enganche de esa manera. Sí, te entretienen, pero poco más. Hasta que das con LA SERIE. Perdón: LA SERIE.
Perdón:
LA SERIE
Pues eso. Que un día te hablan bien de la serie y sí, veo que sale mi adorado Rodolfo Sancho, pero bueno, ya la veré (es la excusa que decimos siempre para decir que no la vamos a ver). Y sigue el bombardeo de la has visto? la has visto? la has visto?. Y entonces es cuando dices... Ea, pues podría verla a ver qué tal...
Y empiezas a ver El Ministerio del Tiempo.
Y empiezas a ver El Ministerio del Tiempo.
Y cuando la empecé a ver me maravilló. Me encantó. He visto las tres temporadas de la serie, en donde hay muchos puntazos geniales que pueden pasar inadvertidos. Igual que yo he visto algunos se me habrán escapado miles, y he encontrado millones en internet que iluminan mi ignorancia.
El reparto, genial, con un Hugo Silva, el que hizo que todos los niños de España se llamen Hugo, espléndido, con un Nacho Fresneda y Aura Garrido perfectos, así como Cayetana Guillén Cuervo o Jaime Blanch. Te sacan la sonrisa viendo personajes como Spínola, el Papa Luna, el Cid, Alfonso XII, Buñuel, Velázquez, Lope de Vega, Cervantes, Simón Bolívar (que, por cierto, de adulto lo protagoniza el que hace de marido de Norma en... tachán, ¡Pasión de Gavilanes!) y muchos personajes más. Una serie de aventuras, de intrigas, que me maravilló por completo. Por completo.
Como curiosidad, parece ser que mientras rodaron el episodio en el castillo de Peñíscola yo andaba por allí, porque estaba todo el montante en el patio. Pero bueno, sólo es una anécdota y una casualidad.
Y cuando llegaron los dos episodios finales, se salieron. Se superaron. Se vinieron arriba. Es una exhibición de maestría en dirección, guión, crítica, guiños, humor... Son completamente perfectos en donde cada vez que te das cuenta de algo abres la boca porque han tirado con bala, es pura intención, no es nada sutil, todo es evidente, pero de manera elegante, ingeniosa y sarcástica.
Parece ser que no se sabe aún si habrá una cuarta temporada, pero esta serie ha sido aclamada como la mejor serie española de todos los tiempos, y en mi opinión, con todos los motivos, razones y justificaciones del mundo.
Espero que ese alguien que se ha dedicado a machacar la serie en la tele se deje de manías. Ya sabemos que en este país el que tiene padrino, se casa, pero hay gente buena que hace cosas buenas y merecen su reconocimiento, que se le da, y a este alguien porque no le guste no lo ha podido impedir, aunque sí puede impedir que se renueve esa cuarta temporada. Porque vaya tela el maltrato que se le ha dado en la misma cadena a esta serie, que está siendo adaptada en otros países... ¡Si se supone que debería ser un orgullo poseer los derechos de emisión! Pues en este caso, no.
Así que desde aquí quiero dejar constancia que he regalado mis ratitos de vida a esta serie porque me ha hecho disfrutar tantísimo que he vuelto a empezar a verla desde el principio.
Y cada vez encuentro cosas nuevas.
Vaya lujazo de serie. Vaya gustazo verla.
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