21.3.17

Día de la poesía.

No sé la edad que tenía, pero descubrí a Neruda sin que nadie me hubiera robado mi corazoncito nunca. Aún así encontré en su poesía un sentimiento enorme. Sentí lo mismo que escribía sin que me pasara. Comprendí la tristeza que reflejaba en sus palabras. Digamos que me tocó una fibra que hoy en día sigue vibrando con este poema.

Que puedo ser moñas, que puedo leer poesía y pensar "pero qué mierda es esto", pero algunos poemas me han parecido perfectos.

La pena de la poesía es que suele hablar del desamor y de la tristeza.

Y esta, aunque hable de ello, sigue siendo una de las que me más me gustan. Bécquer también tiene algunas muy más mejores, y Vicente Aleixandre... O Benedetti.

Yo soy más de novelas, pero oyes... Allá va.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido... 
Porque en noches como esta yo la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que ella ne causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

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