21.4.09

Mens sana in corpore lorzoso

Mi operación bikini de cuello alto tiene una actividad, la única que consigue que haga algo por la patria y por mí misma: caminar. Ya sabéis que dadme un punto de salida y otro de llegada, que yo lo hago, independientemente de si lo vuelvo a repetir o no. El resultado es que me he convertido en el juguete de toda la tercera edad que camina. Es que yo no soy de gimnasios.

Con lo que llevo hecho, podría haber llegado a Santiago de Compostela, después a Suecia y de regreso, pasar por Roma. Algún kilillo he perdido, pero he ganado amiguitos que, para los años que tienen, qué aguante tienen los jodíos. Qué vergüenza la juventud, tanto que hablamos y nos dejan atrás a la primera de cambio.

Bueno, pues uno de estos días de asueto y festivo, BraulioProf me anima a hacer senderismo. Y yo, que soy novata en esos menesteres, me apunto. El grupo que se animó "si, vamos, qué guay, yuju" y me veis bajo un sol de justicia caminando entre ruscos y senderos, cual cabrita.

Al principio la cosa iba bien "ep, ep, vamosssssssssss". Un par desistieron "paso, que luego tengo que volver" (gran lógica, oiga). Los demás seguíamos. A mí me estaba costando, porque yo estaba acostumbrada a caminar en plano, como la gente bien. Me he malacostumbrado.

Una hora después, los cuerpos de los demás senderistas se hallaban unos kilometrillos más abajo, con sus chácharas y sus risas, mientras BraulioProf, jodío, insitía en que yo siguiera su ritmo. Y yo, que soy de metros lisos, pero con un orgullo de aquí te espero, intentaba alcanzarlo, pero ni esas. Pero yo, que no me dí por vencida, caminaba trpezándome con todo lo que se encontraba en el camino (piedras, charcos, hormigas) y más de una vez estuve a punto de caerme.

Y el tío se giraba: "¿Vienes o qué?" Y yo: "Arf, es...perahhhhh..." "Ah, qué blandengue" "Blandenguhhhhhhhe, dicehhhhh... Comohhhhh... te pillehhhhhhh" Y eso ya fue un duelo a muerte. Era capaz de dejar que me dieran los tres infartos antes de abandonar. Yo ya no hablaba. ¿Para qué? ¿Para jadear como si me faltara el aire? Porque a mí me faltaba. Y a mí ya me dolía tó. Músculos que no sabía que existieran. Sitios en los pulmones que no sabía que tenía, pero dolían (ah, el tabaco, cuánto daño ha hecho). Estaba sudando como una cerda, pero yo ahí, con mi orgullo que me impedía abandonar.

Y por fin... la meta. No os penséis que había una pancarta que ponía "Meta", no, sino era una piedra enorme -que BraulioProf es cruel, no asesino-. Y al llegar, me tuve que tirar al suelo. En mi vida, oiga. Malísima. Cuánto hace sufrir el deporte, total ¿Pa qué? ¿Para un mísero kilo? Yo ya prefería mis lorzas, tal y como estaban cuando oigo su voz:
-Y mañana, hasta arriba de la montaña.
A mí sólo me salió un hilillo de voz:
-Yhhhh unahhhhh mierdaaaaaaaaaahhhhhh

3 comentarios:

LA CALLE VACÍA dijo...

La verdad es que yo tengo suerte, como más que una orilla de rio y estoy esmirriadillo, 64Kg y 1.82 de alto...ya te digo esmirriadillo total pero eso del deporte........ pa que ha evolucionao el ser humano, hemos llegado a la luna y tó pero yo me conformo con el cocherito leré, voy con él hasta pa comprar el pan y tengo la panaderia a 300m de casa...nach delgaillo pero fofo, pero oche que me miro en el espjo y me digo "pero que rebonico que estás ladrón" (el que no se conforma es porque no quiere)
Un besote wapa.

Lynze dijo...

Querida Eufrasia,
yo lo tengo claro: cada vez que hago deporte me canso, ergo, eso no debe ser bueno.
Así que desisto de todo aquello que no me da placer de alguna determinada manera.
P.D. Aunque no me veas por aquí, yo siempre me acuerdo de ti. (ains, que bonico, parece una rima fácil de esas que te pones en la carpeta)

Eufrasia dijo...

Calle Vacía: Hace un año que no peso 64. Ni 65. Ni... Bueno, dejémoslo ahí.

Ay Lynzeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, pillín. Seguro que se lo dices a todas ¿eh? ¿EH? XD