11.11.08

Sólo es un mal día.

Hoy me he dormido. He aparecido por el trabajo media hora más tarde de lo acostumbrado, y han habido unas risas generales por la señal de la almohada que, a esas horas, aún no me había abandonado la jeta. Con las prisas por salir cuanto antes, he cogido el primer táper -qué costumbre, con los anglicismos- que he encontrado y lo he llenado con las lentejas que la mia mamma preparó anoche y dejó que se enfriaran. Para transportar sus delicias culinarias, suelo utilizar una bolsa de mano hermética, plan bolsa de mano hortera y muy poco discreta, y he salido echando leches de casa. Tren abarrotao, de pie, aún con sueño, e intentando que mi rojiza melena ocultara el rastro de pasión que me había dejado la almohada, llego a Valencia con un tufo a lentejas que hace que todo el mundo en el vagón supiera, sin verlo siquiera, cuál era mi manjar hoy.

Luego, una bronquita. Pequeña. Pero me la he tragado sin comerlo ni beberlo: una jefa que ha tenido un mal día (y eso que no llevaba muchas horas), y creía que yo había hecho algo que no había hecho yo, pero por si acaso. Creo que ya he comentado alguna vez que yo me trago las broncas ganadas por méritos propios, pero fumar puros ajenos no me va, por lo que casi he acabado discutiendo con ella, hasta que se ha dado cuenta de que a lo mejor, tal vez, podría ser, que no fuera yo la culpable. Un bueno, pues vale, ha sido su disculpa. Y yo, me he tenido que enterar por otras fuentes lo mucho que lo lamentaba, que creía que había sido yo y otras cientos de excusas que sólo han hecho que me durara el cabreo el resto de la mañana.

El hombre más trabajador del mundo, en un intento de colocarme tareas suyas, se ha llevado una lluvia de papeles lanzadas desde mi mesa. No ha vuelto a mirarme hoy siquiera. Y que no me entere.

He ido a tomar café a la máquina, y el aguachirri sólo salía negro. He acabado poniendo una excusa -he utilizado la típica: vaya mierda de café: me voy al bar- y saliendo a la calle a buscar café con leche decente. Bueno, café con leche a secas. Me habré fumado como tres caladas de cigarro (¿O han sido tres paquetes?) y he vuelto a mi tarea con un mal humor que no se me iba, no se me iba, no.

Sé que cuando estoy cabreada trabajo mucho. Me ha dado por pensar que lo han hecho a propósito. Los hados hoy estaban confabulados en mi contra, y yo estaba de receptiva y susceptible...

Y a la hora de comer, con más hambre que el perro de un ciego, saco mi bolsa hortera con sus lentejitas y... como no hubiera cogido la cuchara y me hubiera puesto a comer directamente de la bolsa... El táper se ha vertido. Por completo. Mis lentejas y su tufo se hallaban esparcidos por el interior de la bolsa. Quería darle una patada a la bolsa y a las lentejas y mandarlas a tomar viento, pero he pensado que lo mismo con la salpicación centrípeta de la patada -mayormente- yo iba a sentir que, no sólo mi día se estropeaba exponencialmente más, sino que me iba a dejar los pantalones hechos una pena y con un contundente aroma a lentejas perpetuo.

Total: que me he ido al bar -si, otra vez- y me he agenciado un (triste) bocadillo.

Más tarde me he enterado de que abrieron bolsas de trabajo y no me he enterado. ¿En qué estaba yo pendiente? ¿Para eso he estudiado tanto? ¡Me he quedado fuera! Mierda, ¿de qué sirve vivir?. ¿¡DE QUÉ SIRVE!?

Y ahora escribo porque ya no me apetece seguir currando. Estoy cabreada. Mucho. Cuidadín hoy si alguien se cruza a una tía a la que las cejas, del cabreo que lleva, le llegan hasta la barbilla.

AaAaAaAaAh... quiero irme a mi casa... y descalzarme -mierda zapatos nuevos, me han hecho ampolla-.

Venga. Seguro que mañana es otro día. Porque TIENE QUE SERLOOOOOOOOOOO.

2 comentarios:

LA CALLE VACÍA dijo...

Tranquila, estoy seguro que lo que te ha pasado es la maldición de las legumbres, si lees mi entrada 56% malito / 100% triste lo entenderas, ese es el peligro de las legumbres, has de tener mas cuidadin, son molto pericolosas. Ánimo ;)

Anónimo dijo...

Querida Eufrasia,
un mal día lo tiene cualquiera, pero el tuyo... el tuyo tiene mérito. No hagas nada, total, ya se pasará. Todo aquello que hagas para remediarlo se volverá en tu contra. Espero que pases un feliz día.