4.8.08

Hechos reales.

En un hospital, la familia espera al médico para saber el diagnóstico. Como ya habían dejado caer de lo que se trataba, alguien (no, si no la conocéis), se dedicó a buscar información (seria) por la red. Y la encontró. Tras descartar varias cosas, allá que fue ella con su información para aliviar del susto a la familia.

Momentos después, el médico apareció dando exactamente las explicaciones que había deducido la buscadora de información.

Y habló alguien de la familia:
-No hace falta que siga, ¡ya lo sabemos por internet!

Juro -lo juro- que ha sido de las veces que más vergüenza ajena he pasado en mi vida.

Y en ese momento me juré, que jamás volvería a fomentar otro alarde de ignorancia y soberbia como aquél. Porque la ignorancia es tan atrevida, que no tiene vergüenza ni la conoce.

Ps: Minutos después, me explicaba lo que minutos antes había explicado yo. Claro que, en ese momento, había otra gente que no había presenciado la escena con el médico. Se ve que le hacía ilu...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Eufrasia,
como muy bien dices, ¡que osada es la ignorancia! Pero no te preocupes que ya verás como no vuelve a ocurrir.
Buenos días y a disfrutar en el trabajo de las vacaciones de los demás.

Lamu dijo...

Desde luego, en tu caso, habría esperado que me tragara la tierra... Madre mía!

Satrústegui dijo...

Que susto de historia... yo no hubiese sabido que hacer.

Anónimo dijo...

cuando alguien nos celebra contra nuestra voluntad, a veces da mala conciencia pedirle que se calle