1.5.08

No es un chiste.

En casa llevamos varias semanas recibiendo la misma llamada telefónica. Unas señoritas muy amables de la compañía kjsfhjkhdgsd (nunca llego a entender cuál es), nos preguntan si pueden hablar con (por ejemplo) Oswaldo Geremy tal y tal. Como su nombre indica, no es de de Cáceres capital. Bueno, pues a las señoritas, muy amablemente, les explica, el que coja el teléfono, que se han equivocado. Ellas preguntan si han marcado bien el número, le decimos que ése es el nuestro, para luego pedir perdón por las molestias y colgar. Mi madre se quejaba de que llevaba cinco llamadas. Mi padre una (es que estaba solo el hombre y nadie más podía contestar) Mis hermanos ocho. Yo, seis.

Entonces, una noche, suena el teléfono a la hora de cenar. Y me hago tres mil millones de ilusiones mientras alargo el brazo... ¿quién será? ¿Beckham? ¿Darek? ¡Pues no! La señorita de la compañía kjsfhjkhdgsd preguntando por Oswaldo Geremy. Joer, ya dudo en saber quién es más pesao. Si el que les dice a las chicas que llamen, o el mismo Oswaldo Geremy que tiene que estar en la lista de las diez personas más buscadas del planeta. Y yo, pacientemente (y desilusionada) intento explicarle a la muchacha que Oswaldo Geremy no vive en esta casa, que jamás ha vivido, ni este es su teléfono y que tampoco lo conocemos. Dice que toma nota, pero ¿¡por qué vuelve a llamar!? A todo esto, mi padre refunfuñando entre dientes que si es una pesada, que si no lo recuerda de cuando llamó la otra vez (es que creo que mi padre se piensa que todos los días llama la misma)... con un tono que no sólo lo escucha la chica, sino el mismo Oswaldo Geremy, a tres mil kilómetros de distancia.

Otra vez, ya le digo a la chica que llama que Oswaldo Geremy les ha colao un gol, porque el número de teléfono es el nuestro. Ella insiste, y yo, que no, que aquí no está, que te lo estoy explicando. Ella murmura un "tomo nota". Y cuelga.

Y cuando sonaba el teléfono lo mirabas con temor y pensabas, nolocojonolocojo, porque sabías quién llamaba. Bueno, no lo sabías. Sabías por quién preguntaría. Y le voilà. ¿Oswaldo Geremy, por favor? Y tú te acordabas del Oswaldo, de su madre y de Graham Bell por inventar el teléfono. Insisto: que aquí no es, que ya está bien, que os han engañado...

Y cuando creo que ya han captado que Oswaldo Geremy ha dado un número de teléfono falso... ¡tachán! ¡Vuelven a llamar! ¿A que no sabéis por quién preguntan? ¡Si! ¡Por OSWALDO GEREMY! Oeoeoeoe... Y yo... que nooo, que ya habéis llamado trescientas veces... Entiendo que sea el trabajo temporal que hayan tenido que aceptar estas pobres chicas que han llamado, pero nosotros no tenemos la culpa de que ese tío le deba cuentas a alguien. Así que, por lo tanto, no debemos sufrir las molestias. Supongo que eso será cosas del jefe, pero... si lo buscara en persona acabaría antes. Fijo.

...Ya no llaman. Creo -creo y espero- que o ya tienen a Oswaldo Geremy encadenado o se han dado cuenta de que el número al que llamaban es sólo nuestro. Ahora, como en el chiste, falta que llame Oswaldo Geremy en persona y me diga:

¿ha llamado alguien preguntando por mí?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Eufrasia,
en mi casa pasa algo parecido, pero relacionado con unos urinarios. Supongo que el número de teléfono que tenemos ahora (desde hace 8 años) debió pertenecer a una empresa que se dedicaba a temas de excusado.
Todo el mundo (o por lo menos yo, que ya es mucho) sabe que Telefónica se dedica a reutilizar números sin más. Aunque tu caso no es el habitual. Aunque pensándolo bien, yo también he dado números falsos a los mormones que te pillan por la calle. Espero no haber dado tu número...

Anónimo dijo...

cuando algo parcido pasó en mi casa, después de un par de llamadas de esas, era mi hermano el encargado de responder. decía: guardia civil, dígame.
mano de santo, no volvían a llamar :)