15.9.06

Hoy: higiene personal (para toda la familia)

Hola amiguitos. Hoy toca como tema el imprescindible mundo de la higiene personal, necesaria para todo el mundo. Para el que desconozca esta apasionante técnica, les diré que, como con agua, nada.

Yo tenía una amiga a la que le olía el alerón (chimpón) cosa mala -la pobre tenía más hormonas de las que necesitaba-, por lo que sustituía el desodorante por toallitas (de esas de limpiar a los bebés) Resultado: olisca a sudor mezclada con ese aroma de las toallitas que te echaba para atrás. Yo no digo que la chica no se lavara (es cosa de las hormonas, a unas les da por sudar, a otras por ser peludas, a otras por yo qué se), pero jamás hay que mezclar olores. Para lavarse, nada como agua y jabón -que no es tan caro- y un buen desodorante que neutralice el olor. Si te falla hasta con eso, prueba con esas compresas nuevas que son superabsorventes y también neutralizan el olor. Y me cuentas (ah, ten cuidado si tienen alas)

Los pies. Mis hormonas se bajaron a los pies, directamente. La pestuza que desprenden en invierno es insoportable, por lo que me los tengo que lavar de vez en cuando -todo sea dicho-. Peluda soy poco, pero compito en un campeonato de olor de pies y me llevo todos los premios. La solución, además de lavarme los pies a menudo, son unos polvos (no, de ésos, no) que también neutralizan el olor. Por lo menos, hasta el día siguiente. Ah, y me parto con el anuncio que empiezan a decir "son los pies", "no, son los zapatos". Y yo digo, por experiencia propia, que son ambas dos cosas combinadas en su punto concreto (como un día cualquiera de invierno, con calcetines gordos, botas, después de una larga caminata...) Toda un arma química inexplorada.

El culo. ¿Qué decir de tan importante parte corporal? De nada sirve llevar la muda limpia (por si tienes un accidente, decía un familiar mío) si las zurraspas se te pegan a los pelillos (palominos forman, oiga). Deberíamos darnos un agua en salva sea la parte después de hacer cualquier cosa con ello -excepto sentarnos-, pero un bidé no cabe en el bolso ni en el bolsillo. Así que, si eres chico, eso que te ahorras de saber lo que sufrimos las chicas cuando se nos presenta una mujer vestida de rojo y nos dice "Hola, soy tu menstruación".

La ropa. Eso de que si lavas mucho una cosa delicada se estropea, es cierto. Pero es que si no la lavas, entre las manchas que te hayas podido hacer, y el olor a sudor, te crea un aroma a añejo que tumba de espaldas, así que elige qué quieres hacer con ese jersey que te pusiste anoche -con 40º a medianoche mientras corrías doce kilómetros y te cayó encima una litrona de cerveza-.

Las uñas. Si son negras, ya sabes. Hay que amputar (de nada sirve el agua, lo siento)

Los dientes. Ya sé que eso de meterte algo en la boca puede ser algo violento para los que no tienen la costumbre por otra clase de menesteres, pero si una se puede meter una... Bueno, que un cepillo cabe en la boca (cachis, a punto he estao de contar aquí yo mis experiencias, anda que no os gusta tirar de la lengua ni ná) (pero qué cotillas)

Así que amiguitos, para zanjar la polémica, diré que el que tuvo no retuvo (lo digo por esa higiene de antaño de ciertas culturas que ya no se practican -coincido con Eva-) PERO no hay que irse tan lejos. Las abuelas decían que con la regla no podías bañarte, ni lavarte el pelo, ni montar a caballo (¡socorro! ¡Es cierto, jamás monté a caballo con la regla!) (ni si ella!!) o a la bicicleta...

Si, hay poca agua, pero pa lavarse un poco yo creo que habrá.

Ah, he descubierto que existe un producto para lavar el pelo en seco (yo flipo). Supongo que será útil para gente que no pueda lavarse el pelo por estar en un hospital (por ejemplo), pero ahora, con inventos así, ya no tienes excusa para llevar el pelo grasiento.

AH, y mi enhorabuena a todos los calvos, porque ellos se ahorran un pastón en productos capilares, y a los que les falta el sentido del olfato (no me acuerdo cómo se llama), porque se ahorran cienes y cienes de olores.

Saludos, es viernes, y ya empiezo a aburrirme. Ays... Me voy a ver la tele (yo no sabía que el que sale en Bea la Fea es el hermano gemelo del pringao ese de Gran Hermano) (ta güeno, pero lo hace de pena...)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que me meo, QUE ME MEOOOOO JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!

Anónimo dijo...

Hay ciertas partes q aunque se q no las mencionas xq eres muy "pudorosa" ;) huelen que te dejan frito.
Estoy hablando del ombligo :D, que ... pensabas que era otra cosa eh? ... Aunque es probable que nadie lo note, si no eres tan guarrilla que se lo das a oler tú. Bueno, yo lo sé "por una amiga", yo no lo he hecho nunca pero prueba a meterte el dedo en el ombligo y verás que alegria. Jejejejeje

Eva

Anónimo dijo...

Mi particular odio por el transporte público granadino se debe a la poca práctica de la limpieza corporal y capilar de la que hacen gala algunos. Es decir que el pelo les huele a muerto y los sobacos a sobacoeloca, como decía mi abuela. Así que no vendría mal que esto se hiciese una campaña pública por el bien de la humanidad en general y mi felicidad en los transportes en particular