Por mucho que la sociedad vaya estrenando siglos, hay cosas que no dejan de ser una burla al sentido común. Ahora me vienen con que las menores, a partir de los dieciséis años, ya podrían abortar. Y yo estoy a favor del aborto -matizándolo según casos- pero esto me parece que va más allá de lo sensanto, de la justicia y de los padres.
Veamos: con dieciséis años no puedes sacarte el carnet de conducir de un coche. Aunque trabajes, no puedes trabajar en horario nocturno por ser menor de edad. No puedes entrar en una zona de juegos de azar. No puedes comprar tabaco en un estanco. No puedes votar a nadie en unas elecciones. No puedes salir del país sin permiso de tus padres. No puedes firmar tu contrato de trabajo: necesitas a tus padres. No puedes emanciparte porque sí: necesitas autorización de tus padres. ¿Entonces? ¿Por qué puedes tomar tan drástica opción?
Estos poderes públicos, que deberían cumplir un poco la constitución española de una vez, y de manera efectiva, no pueden saltarse a la torera el artículo 12 (que dice que los españoles son mayores de edad a los 18 años). Pero además, en vez de fomentar una opción así, deberían encauzar un poco esta sociedad de la información. Me explico: con la de libertad que hay, con la de información que hay, con la de cosas que hay -¡y accesibles!-, se preocupan más en legislar para que aborten en vez de que eviten quedarse en estado. Yo es que no lo entiendo. Lo tienen en su mano, y no saben utilizarlo. Parece que quieren una generación que no sepa qué consecuencias tienen sus actos: delinquen, pero como son menores de edad blablabla... se queda alguien embarazada, pero como son menores de edad....
No me sirve que ahora -como siempre- me digan que ataco a unos y a los otros no. Todos conocemos casos en donde las parejas se quisieron mucho -hace un año, diez, treinta o cincuenta- en donde no existían métodos anticonceptivos y ella, se quedaba embarazada. En las épocas más de nuestras abuelas y madres, algunos, qué machotes, dudaban de la paternidad y dejaban a la moza con su tripa, con el trago de decir que estaba en estado, y con la consiguiente reacción según la época que le tocó vivir y según la comprensión familiar. Muchas fueron echadas de casa por deshonra -si no hace falta irse a ningún país lejano para conocer historias así-, bajo el estigma de madre soltera, tachadas de ser una cualquiera y teniendo que llevar una maternidad en solitario, tener un hijo que también será señalado por la sociedad y llevando a cuestas una vergüenza que el padre de la criatura -machote!- ni conoce porque él no hizo
nada.
Ahora viene la diferencia: el tener dinero y el no tenerlo. En esas mismas circunstancias, la gente
bien no pasaba más que por un par de fases: hasta que la niña les decía que estaba embarazada. Podían hacer dos cosas: o casarla -pero la gente sospecharía- o mandarla con alguien/colegio/viaje el tiempo que le quedara de embarazo hasta que tuviera el niño (y eso si no abortaba). Ese niño era dado en adopción en la mayoría de los casos, y esta criatura sería también señalada por ser hijo de una cualquiera. Espera...
¿quién es la cualquiera? Que yo sepa, hay casos muy contados de madres solteras en las capas altas, y no creo que fuese porque practicasen la
abstinencia más que las clases bajas. Por dinero, ya sabemos todos, baila el perro, y con dinero puedes ir a cualquier sitio (hubo una época en que ir a Francia o Londres a desembarazarte era un clásico). Las capas inferiores lo tienen -tenemos- más complicado.
Pero eso eran épocas distintas. Ahora tenemos centros de planificación, charlas, información, múltiples métodos, educación sexual y muchísimas cosas más que harían que la gente joven se concienciara. Pero no: esto parece la logse: para qué esforzarte si vas a pasar igual de curso. Para qué usar anticonceptivos si puedo abortar... Increíble.
Y vosotras, queridas adolescentes llenas de hormonas, no os dejéis engatusar. Que no os vengan con el de
sin condón lo noto más o chorradas de esas, que es algo que
siempre nos han dicho a todas para que ellos se salgan con la suya. Si ya no es por el embarazo solamente: piensa en el papiloma humano. Tú no sabes por dónde ha estado antes tu churri, y puede ser que te haya traído un
regalito que sólo te va a perjudicar a tí en forma de cáncer. O piensa en cualquier enfermedad de transmisión sexual. O piensa en tí, qué narices. Protégete y pon medios para evitarte un embarazo, una enfermedad sexual o un cáncer. Y no exagero. Infórmate si quieres. Lo sabemos todos ¿por qué no lo sabes tú? No esperes a quedarte embarazada y lamentarte, no esperes a tener que llegar a abortar. No llegues a esos términos.
Podría decirte que hay muchísimas cosas que podrías hacer en vez de estar... eso, pero tú misma. Tú sabes qué hacer con tu vida, con tu cuerpo, pero ten la inteligencia suficiente para saber qué te haces. Porque hay veces que sí que hay consecuencias y no habrá político alguno que te solucione el problema.
No pongas la mano en el fuego por nadie.