8.12.17

Respeten las flores.

A mí no me gusta esperar. Es una cosa que odio. Y no es lo mismo esperar con ilusión una cosa que ansío o a alguien en concreto y especial (y ahí hago una excepción) que esperar a alguien que me hace esperar sencillamente porque es una persona tardona, y no me vale ningún tipo de excusa. El día tiene el mismo número de horas para todo el mundo, así que no tolero que nadie me vuelva a hacer perder mi tiempo.

Pues una de las cosas que he aprendido esperando, además de que no tengo que esperar más a ciertas personas, es a observar a mi alrededor, fijándome en detalles en los que a lo mejor la gente no presta atención. Y una de las cosas que miro es el suelo. No muy a menudo, pero lo tengo ahí delante, haciéndome compañía mientras espero. Pero mientras espero me da por mirar detalles que sólo se ven desde mi posición. Y a veces me sorprende las cosas que puedo llegar a ver y que hacen que me intriguen saber más sobre ellas. Y todo por esperar a alguien, mirar alrededor o al suelo mientras espero...

También mi curiosidad viene porque, cuando camino por los sitios, me gusta observar por donde voy. Me fijo en detalles, en placas, calles, fachadas, farolas... Puede ser que no parezca importante, pero una persona se puede enterar de cosas muy interesantes leyendo algo escrito en una placa delante de la cual pasas todos los días y ni siquiera te fijas.

Y cuando camino, también miro el suelo, el mismo sobre el que espero, pero cuando paso. Señales pintadas, adoquines, placas, símbolos, baldosas... Me gusta observar las diferencias y similitudes que existen entre las distintas ciudades, descubrir cosas desconocidas para mí, así como las diferencias arquitectónicas entre una provincia y otra, el caminar por sus calles dejando de lado el transporte público para disfrutar del ambiente, de sus avenidas, ramblas, paseos y parques, en donde  me sorprendo cada vez descubriendo detalles y personas que hacen que alegren aún más mis caminatas.

Y en Barcelona, por ejemplo, veía unas baldosas que se repetían por donde iba, con forma de flor, que no había visto en ningún otro sitio. De hecho, me fijé que en el mapa que llevaba aparecía la flor que se repetía una y otra vez en las baldosas de las aceras.




Ahá, mi ignorancia estaba a punto de ser reducida, así que eché mano de Google y sólo con poner dibujo aceras barcelona me aparece lo que andaba buscando:


Incluso veo que se utiliza también en una placa redonda roja en el suelo para señalar edificios incluídos en la ruta modernista de la ciudad de Barcelona.

Y no sólo está esta flor, hay más modelos de baldosas, llamadas panots. Círculos, dianas, hojas de platanero... Vaya, mi ignorancia va a quedar destruida. Todo empezó con una curiosidad sobre una baldosa con un dibujo con forma de flor.

Así que si vais a Barcelona y miráis el suelo, ya no veréis sólo baldosas. Hay dibujos característicos en ellas, todos con su explicación y su historia.

Últimamente me estoy encontrando muchos detalles que despiertan mi curiosidad.

No os perdáis los detalles que os encontréis. En ellos están los mensajes, las historias, los acontecimientos, las explicaciones, las anécdotas...

Por eso, siempre por donde vayáis, respetad las flores, sean como sean.

Y disfrutad de ellas, sean como sean.

Sed felices.

No hay comentarios: