23.10.17

Sola.

Me despierto y estoy sola. 

Estiro los brazos en la cama y me desperezo como los gatos. Me levanto y no hay nadie que me meta prisa en el cuarto de baño. Desayuno y recojo las cosas que sólo yo ensucio y que cuando regrese estarán tal y como yo habré dejado. Pongo la lavadora con mi ropa. Me dirijo hacia el armario y lo tengo todo para mí porque no lo comparto con nadie más. Me visto, me maquillo y salgo de casa.

Como estoy sola, no tengo por qué decirle a nadie dónde voy ni con quién estaré. Voy donde quiero y estoy con quien quiero. Vuelvo a la hora que quiero y llevo a casa a quien quiero. Hago los planes que me apetece sin tener en cuenta a nadie más que a mí.

Viajo sola. Llego a la estación y me siento al lado de desconocidos en los que me fijo porque no les gusta viajar solos. Llenan su tiempo con aparatos electrónicos en vez de disfrutar del paisaje o de una siesta, todo con tal de no tener que dirigirle la palabra a nadie. Llego a la estación de destino y camino tranquila porque no tengo prisa. A veces hay alguien esperándome, otras veces no. Cosas de que me gusta llegar pronto a los sitios y no siempre hay gente con la que haya quedado, por lo que me gusta caminar sola y callejear por las grandes ciudades y perderme hasta dar con el hotel o el domicilio en el que me alojaré. Pero suelo caminar sola por las calles, mirándolas, disfrutando de las vistas, sintiéndome turista porque las personas solas que caminamos solas y no tenemos a nadie al lado con quién comentar las cosas podemos observarlas con otros ojos, sin prisa, hablando con desconocidos, conociendo a gente que no conoceríamos si fuésemos con alguien más. Porque hay gente que también viaja sola, como yo.

Cuando las personas solas llegamos al hotel a veces lo hacemos acompañadas. Cuando lo hacemos solas estiramos los brazos en la cama que tenemos toda para nosotros y dormimos de otra forma, con esa tranquilidad extraña de saber que hay alguien en la habitación de al lado, aunque estés acostumbrada a dormir sola durante meses.

Las personas solas podemos ir al teatro solas, de concierto solas, a un restaurante, sin sentirnos incómodas y no sólo podemos, sino que lo hacemos porque sabemos estar solas. Ese es el encanto de la soledad. Que no nos molesta estarlo y no nos aferramos a nadie sólo por no estarlo. Cuántas veces me he sentido sola estando con alguien... Cuántas veces me he sentido lejos de alguien que me ha apartado... No quiero volver a sentirme así nunca más.

Además. estando sola he conocido muchas cosas que con pareja o teniendo pareja no había tenido el gusto de disfrutar.

Las personas solas cuando llega la noche nos miramos en el espejo mientras nos lavamos los dientes y nos desmaquillamos y nos sentimos satisfechas. No echamos de menos a nadie porque estamos a gusto con nosotras mismas. Que nos echen de menos a nosotras. La de cosas que podemos hacer solas...

Sí, estamos "solas".

¿Y qué?

16.10.17

¿Echamos un partido?

Creo que un día voy a escribir en el blog las cosas que me dicen los tíos de sus ex para ponerlas como excusa cuando no han hecho algo durante mucho tiempo cuando les gustaba mucho. Y no porque ellas se lo hayan impedido con una pistola en la cabeza o los hayan encadenado durante años en una mazmorra. No. Simplemente dejaron de hacerlo.

Hoy, en el papel protagonista tenemos a Ricardo. 42 años. Divorciado. Ex-jugador de fútbol sala. Dos hijos. Guapo, y mucho. Dejó de jugar al fútbol porque su ex-mujer seguramente le rajaba los balones, le llenaría las zapatillas de chinchetas o lo ataba de pies y manos el tiempo que durara el partido para que no pudiera ir, porque no iba. Decía que ella tenía la culpa de que no fuera.

Llega el divorcio. Y no es que él diga: no, mira, es que dejé de jugar al fútbol. No. La culpa a ella. Porque por ella dejó de ir a jugar a fútbol sala con los de la falla, con los del trabajo, con sus amigos... Por ella, porque se enfadaba, porque porque porque porque...

Así que Ricardo, feliz y divorciado, volvió a jugar a fútbol sala, tal y como siempre había deseado y tanto le gustaba. Jornadas, competiciones, campeonatos...

Y conoció a otra chica, que no sé cómo se llama. Le llamaremos Clodomira, por ejemplo.

Ricardo y Clodomira empezaron a salir y les fue bien. Tanto, que estoy deseando saber qué excusa pondrá Ricardo cuando le pregunte que por qué ya no juega al fútbol sala que tanto le gustaba y que dejó de jugar por su ex-mujer ahora que ya no le puede echar la culpa a su ex-mujer.

Menos mal que yo no estoy con alguien así...

9.10.17

El sibarita.

Según la RAE:

Del lat. Sybarīta, y este del gr. Συβαρίτης Sybarítēs, de Σύβαρις Sýbaris 'Síbaris', ciudad del golfo de Tarento, en Italia, célebre por la riqueza y el refinamiento de sus habitantes. 
1. adj. Dicho de una personaQue se trata con mucho regalo y refinamientoU. t. c. s.2. adj. Natural de Síbaris, antigua ciudad griega situada en el sur de Italia. U. t. c. s.3. adj. Perteneciente o relativo a Síbaris o a los sibaritas.

¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión ser un sibarita?

Pues os cuento de dónde viene.

Como habéis leído, antiguamente, un sibarita era un habitante de Sibaris, una ciudad de la Antigua Grecia. Esta ciudad era conocida por la afición de sus habitantes al más selecto lujo en todos sus ámbitos.

Se cuenta que un sibarita estuvo en Esparta y probó su comida añadiendo que comprendía perfectamente por qué los espartanos estaban dispuestos a morir, porque la muerte no era nada en comparación con su comida.

Pues eso. Que hay sibaritas de los chococrispis, y hacen colas en cafeterías y tiendas :|

3.10.17

El viaje.

Como este lunes es fiesta en Valencia por ser el día de la Comunitat, pues tenía planeado un viajecito de lo más divino yo sola por fin. Destino: Barcelona. 

Yuhu.

Tres días para estar conmigo misma. Lo tenía ya todo preparado. Había gente esperándome, gente a la que tengo ganas de volver a ver y gente a la que prometí subir a celebrar algo, así que eso de ir sola era relativo. Había quedado el lunes en Hospitalet para comer con un amigo, en ir a Montserrat con otro que quería llevarme, ir a varios sitios de la ciudad muy peculiares...

Pero está pasando algo bastante grave en Cataluña, algo que ha hecho que suspenda el viaje porque hasta mis amigos me dicen que no es el mejor momento. Ya habrán otras oportunidades.

Aunque no sé cómo, espero que se solucione lo mejor posible.

Pero vaya tela la que lían los políticos... Todos.