26.6.17

Operación Bikini

A medida que pasa el tiempo te das cuenta de los estragos que hace con el cuerpo. El tuyo, y el de los demás.

Las cosas empiezan a perder tersura, sale celulitis, las lorzas no se van, arrugas que no estaban hace nada... Bueno, qué le vamos a hacer, peor es poder operarte y luego no gustarte el resultado, así que más vale conformarse con lo que hay, que siempre, siempre, puede ir a peor. Así que no nos quejemos.

Entonces te pruebas el bañador o el bikini del año anterior y ves que no te viene bien. O te va pequeño, porque te has relajado y has descuidado tu triste figura, o te sobra por todas partes porque has estado en otros temas y no te has preocupado de ti. La cosa es ir digna (lo más posible) a bañarse sin que un ballenero te lance arpones ni que los demás bañistas te echen cubos de agua cuando te vean tumbada en la arena.

Mi Operación Bikini empezó bien, porque he acabado comprándome otro bikini. Dejaremos de lado las lorzas, la celulitis, el peso y el paso del tiempo, porque los que deben sufrir son los demás por mirar. Que se fastidien.

Ese vientre tan liso que tenía yo antes, digno de los anuncios de crema reafirmante ya no existe, ahora hay como una meseta castellana llena de estrías. Pero no hay dolor. Los muslos, esas torres que sujetan mi esbelto y lorzoso cuerpo ya tiene su ración de celulitis, pero tampoco hay dolor, porque si no miro, no me las veo, y la celulitis no duele. Los brazos han perdido su firmeza y bajo los bíceps aparece unos colgajos que se mueven a mi ritmo. Yeah. Son como una pelota antiestrés, pero incorporados.Si los muevo son hipnotizantes...

Y me pongo el bikini. Y me gusta tanto que dejo de verme los defectos. Que siempre estoy sacando defectos a todo, no debo sacarme defectos a mí misma. Yeah. Mi vestido playero. Las gafas de sol. Mi pamela. Lista. Allá voy.

Llego. Entonces saco la toalla, clavo la sombrilla como si conquistara ese terreno de playa y me voy a darme un chapuzón saltando entre otros bañistas que hacen que mi sombrilla casi la haya clavado en Albacete de la cantidad de gente que hay en la playa.

Lo malo es cuando vuelvo: estaré divina con mi bikini (ojos que no ven...), pero se nos olvida la crema protectora y vengo cual gamba humana, lo que imposibilita cualquier contacto físico durante tres meses ¬¬




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