8.12.17

Respeten las flores.

A mí no me gusta esperar. Es una cosa que odio. Y no es lo mismo esperar con ilusión una cosa que ansío o a alguien en concreto y especial (y ahí hago una excepción) que esperar a alguien que me hace esperar sencillamente porque es una persona tardona, y no me vale ningún tipo de excusa. El día tiene el mismo número de horas para todo el mundo, así que no tolero que nadie me vuelva a hacer perder mi tiempo.

Pues una de las cosas que he aprendido esperando, además de que no tengo que esperar más a ciertas personas, es a observar a mi alrededor, fijándome en detalles en los que a lo mejor la gente no presta atención. Y una de las cosas que miro es el suelo. No muy a menudo, pero lo tengo ahí delante, haciéndome compañía mientras espero. Pero mientras espero me da por mirar detalles que sólo se ven desde mi posición. Y a veces me sorprende las cosas que puedo llegar a ver y que hacen que me intriguen saber más sobre ellas. Y todo por esperar a alguien, mirar alrededor o al suelo mientras espero...

También mi curiosidad viene porque, cuando camino por los sitios, me gusta observar por donde voy. Me fijo en detalles, en placas, calles, fachadas, farolas... Puede ser que no parezca importante, pero una persona se puede enterar de cosas muy interesantes leyendo algo escrito en una placa delante de la cual pasas todos los días y ni siquiera te fijas.

Y cuando camino, también miro el suelo, el mismo sobre el que espero, pero cuando paso. Señales pintadas, adoquines, placas, símbolos, baldosas... Me gusta observar las diferencias y similitudes que existen entre las distintas ciudades, descubrir cosas desconocidas para mí, así como las diferencias arquitectónicas entre una provincia y otra, el caminar por sus calles dejando de lado el transporte público para disfrutar del ambiente, de sus avenidas, ramblas, paseos y parques, en donde  me sorprendo cada vez descubriendo detalles y personas que hacen que alegren aún más mis caminatas.

Y en Barcelona, por ejemplo, veía unas baldosas que se repetían por donde iba, con forma de flor, que no había visto en ningún otro sitio. De hecho, me fijé que en el mapa que llevaba aparecía la flor que se repetía una y otra vez en las baldosas de las aceras.




Ahá, mi ignorancia estaba a punto de ser reducida, así que eché mano de Google y sólo con poner dibujo aceras barcelona me aparece lo que andaba buscando:


Incluso veo que se utiliza también en una placa redonda roja en el suelo para señalar edificios incluídos en la ruta modernista de la ciudad de Barcelona.

Y no sólo está esta flor, hay más modelos de baldosas, llamadas panots. Círculos, dianas, hojas de platanero... Vaya, mi ignorancia va a quedar destruida. Todo empezó con una curiosidad sobre una baldosa con un dibujo con forma de flor.

Así que si vais a Barcelona y miráis el suelo, ya no veréis sólo baldosas. Hay dibujos característicos en ellas, todos con su explicación y su historia.

Últimamente me estoy encontrando muchos detalles que despiertan mi curiosidad.

No os perdáis los detalles que os encontréis. En ellos están los mensajes, las historias, los acontecimientos, las explicaciones, las anécdotas...

Por eso, siempre por donde vayáis, respetad las flores, sean como sean.

Y disfrutad de ellas, sean como sean.

Sed felices.

29.11.17

Estáis aquí.

Pues eso.

El videoclip es una pista muy buena que resume lo que podría contar.

Yo canto peor y si lo cuento pierde la gracia.




27.11.17

El chi

Como todo ocurre por algo espero que esto tenga una buena moraleja y un final espectacular, como el de las películas. Si esto tiene un nudo y un desenlace, espero que sea un desenlace de los que nos gustan y no de los que nos dejan la ceja arqueada preguntándonos qué significa esto y que nos devuelvan el dinero. 

Esperar a veces no es bueno, así que bueno, es mejor no esperar. Que la vida es más simple.


Si tiene que ser, será; si no lo es, pues nada, a otra cosa, pasemos a lo siguiente y veamos qué más nos depara el camino.

A veces nos olvidamos del camino ofuscándonos en el final, yo la primera.

Debería ajustarme más a menudo el chi y los chakras.

Ajustados funcionan espectacularmente.


9.11.17

El café pendiente

Hace tiempo escuché la expresión "tener un café pendiente" para referirse a esas personas que desaparecieron de nuestras vidas de repente sin una explicación dejándonos con la duda de qué había pasado realmente. Esa expresión me gustó, y mucho. De hecho, es habitual en mi vocabulario desde entonces.

Lo primero sería pensar en qué personas son aquellas que deberían tener el honor de poseer tal distinción tan bonita para referirnos a ellas. Y por qué. ¿De verdad fueron tan importantes? ¿De verdad se lo merecen? Después habría que ver si de verdad se nos quedó esa duda de no saber qué pasó para que se nos quedara esa espinita hasta el punto de que, tiempo, años, una vida después, nos gustara, desearíamos, no nos importaría, tomarnos ese café que tenemos pendiente para aclarar cualquier incógnita que tuviéramos, suponiendo que esa persona tuviera a bien el contestar sinceramente a todas nuestras preguntas.

Y llegado el momento, en el que podríamos preguntar lo que quisiéramos... ¿qué preguntaríamos? ¿Cuál es esa duda que realmente nos quitaba el sueño? ¿Qué intriga era la que nos desvelaba? ¿Qué era lo que tanto ansiábamos saber? ¿Qué queríamos preguntar ahora que tenemos la oportunidad? Y cuando lanzas la pregunta al aire...

...y llega la respuesta...

...¿es lo que querías escuchar?

¿Es realmente lo que esperabas? ¿Es esto lo que te quitaba el sueño, el apetito, la vida? ¿Es este café pendiente lo que por fin zanjará de una vez por todas esa parte de tu vida y hará que no vuelvas a mirar atráss? Y si no es lo que esperabas... ¿seguirás hacia adelante sabiendo de una vez por todas lo que querías saber? Porque tener un café pendiente con alguien con el que te lo tomas significa que dejas de tenerlo pendiente, y la vida sigue igual que seguía antes sin esa persona, sin ellas, antes de tomarte ese café.

Ahora ya lo sabes. Ahora qué.

Sólo que has despejado otra incógnita, y ya.

Hace tiempo que los cafés que tengo pendientes son con gente con la que es bastante improbable que ahora pueda tomármelos. Supongo que cuando pase a donde estén ellos pueda tomármelos, pero a nadie que le brille el ojo, hoy por hoy, tiene ningún café pendiente por mi parte.

Aunque tardara en darme cuenta, me lo dejaron claro todo desapareciendo.

Así que es mejor la gente que me busca para tomarse el café conmigo.



6.11.17

Donde nadie más mira.

Muchas veces estamos tan enfrascados por el final del trayecto que nos perdemos el viaje. Estamos tan pendientes de llegar que no prestamos atención al camino. Y a mí, que me gusta mirar donde nadie mira, veo detalles que pasan desapercibidos pero que guardan una belleza y una simbología que sólo aprecio yo, puesto que soy quien los observa, los descubre y quien los disfruta.

Que los descubra y los disfrute no significa que los comparta. No. A veces el contar las cosas, como dice Stephen King, hace que la otra persona no comprenda qué es lo que la hace tan especial para ti, por lo que prefieres encontrar a alguien que comprenda lo que quieres contar.

Cuando unos miran a la novia, me gusta mirar al novio y ver su cara cuando ella llega. Cuando unos miran los fuegos artificiales, me gusta mirar la cara de la gente y ver cómo disfruta. Cosas así. De hecho, cuando estoy con cierta gente y veo que disfruta haciendo algo, me gusta fotografiarlas disimuladamente para luego pasarles las fotos y que se vean disfrutando de esos momentos sin posar, de manera espontánea. 

Es algo tan personal y tan subjetivo que me cuesta explicarlo, pero es algo que me gusta, es algo que me hace sentirme bien y cada vez que encuentro algún detalle que desconocía o veo algo donde nadie más mira me hace pensar en que hay muchas cosas en las que no nos fijamos y pasan sin pena ni gloria. A veces no son gratas, pero eso es otra historia.

Así que veo cosas que no busco, encuentro cosas sin querer y me fijo en cosas que nadie más mira.

Como me dijo una gran amiga, la vida es un paseo, y hay que disfrutarlo.

Y eso hago.

23.10.17

Sola.

Me despierto y estoy sola. 

Estiro los brazos en la cama y me desperezo como los gatos. Me levanto y no hay nadie que me meta prisa en el cuarto de baño. Desayuno y recojo las cosas que sólo yo ensucio y que cuando regrese estarán tal y como yo habré dejado. Pongo la lavadora con mi ropa. Me dirijo hacia el armario y lo tengo todo para mí porque no lo comparto con nadie más. Me visto, me maquillo y salgo de casa.

Como estoy sola, no tengo por qué decirle a nadie dónde voy ni con quién estaré. Voy donde quiero y estoy con quien quiero. Vuelvo a la hora que quiero y llevo a casa a quien quiero. Hago los planes que me apetece sin tener en cuenta a nadie más que a mí.

Viajo sola. Llego a la estación y me siento al lado de desconocidos en los que me fijo porque no les gusta viajar solos. Llenan su tiempo con aparatos electrónicos en vez de disfrutar del paisaje o de una siesta, todo con tal de no tener que dirigirle la palabra a nadie. Llego a la estación de destino y camino tranquila porque no tengo prisa. A veces hay alguien esperándome, otras veces no. Cosas de que me gusta llegar pronto a los sitios y no siempre hay gente con la que haya quedado, por lo que me gusta caminar sola y callejear por las grandes ciudades y perderme hasta dar con el hotel o el domicilio en el que me alojaré. Pero suelo caminar sola por las calles, mirándolas, disfrutando de las vistas, sintiéndome turista porque las personas solas que caminamos solas y no tenemos a nadie al lado con quién comentar las cosas podemos observarlas con otros ojos, sin prisa, hablando con desconocidos, conociendo a gente que no conoceríamos si fuésemos con alguien más. Porque hay gente que también viaja sola, como yo.

Cuando las personas solas llegamos al hotel a veces lo hacemos acompañadas. Cuando lo hacemos solas estiramos los brazos en la cama que tenemos toda para nosotros y dormimos de otra forma, con esa tranquilidad extraña de saber que hay alguien en la habitación de al lado, aunque estés acostumbrada a dormir sola durante meses.

Las personas solas podemos ir al teatro solas, de concierto solas, a un restaurante, sin sentirnos incómodas y no sólo podemos, sino que lo hacemos porque sabemos estar solas. Ese es el encanto de la soledad. Que no nos molesta estarlo y no nos aferramos a nadie sólo por no estarlo. Cuántas veces me he sentido sola estando con alguien... Cuántas veces me he sentido lejos de alguien que me ha apartado... No quiero volver a sentirme así nunca más.

Además. estando sola he conocido muchas cosas que con pareja o teniendo pareja no había tenido el gusto de disfrutar.

Las personas solas cuando llega la noche nos miramos en el espejo mientras nos lavamos los dientes y nos desmaquillamos y nos sentimos satisfechas. No echamos de menos a nadie porque estamos a gusto con nosotras mismas. Que nos echen de menos a nosotras. La de cosas que podemos hacer solas...

Sí, estamos "solas".

¿Y qué?

16.10.17

¿Echamos un partido?

Creo que un día voy a escribir en el blog las cosas que me dicen los tíos de sus ex para ponerlas como excusa cuando no han hecho algo durante mucho tiempo cuando les gustaba mucho. Y no porque ellas se lo hayan impedido con una pistola en la cabeza o los hayan encadenado durante años en una mazmorra. No. Simplemente dejaron de hacerlo.

Hoy, en el papel protagonista tenemos a Ricardo. 42 años. Divorciado. Ex-jugador de fútbol sala. Dos hijos. Guapo, y mucho. Dejó de jugar al fútbol porque su ex-mujer seguramente le rajaba los balones, le llenaría las zapatillas de chinchetas o lo ataba de pies y manos el tiempo que durara el partido para que no pudiera ir, porque no iba. Decía que ella tenía la culpa de que no fuera.

Llega el divorcio. Y no es que él diga: no, mira, es que dejé de jugar al fútbol. No. La culpa a ella. Porque por ella dejó de ir a jugar a fútbol sala con los de la falla, con los del trabajo, con sus amigos... Por ella, porque se enfadaba, porque porque porque porque...

Así que Ricardo, feliz y divorciado, volvió a jugar a fútbol sala, tal y como siempre había deseado y tanto le gustaba. Jornadas, competiciones, campeonatos...

Y conoció a otra chica, que no sé cómo se llama. Le llamaremos Clodomira, por ejemplo.

Ricardo y Clodomira empezaron a salir y les fue bien. Tanto, que estoy deseando saber qué excusa pondrá Ricardo cuando le pregunte que por qué ya no juega al fútbol sala que tanto le gustaba y que dejó de jugar por su ex-mujer ahora que ya no le puede echar la culpa a su ex-mujer.

Menos mal que yo no estoy con alguien así...

9.10.17

El sibarita.

Según la RAE:

Del lat. Sybarīta, y este del gr. Συβαρίτης Sybarítēs, de Σύβαρις Sýbaris 'Síbaris', ciudad del golfo de Tarento, en Italia, célebre por la riqueza y el refinamiento de sus habitantes. 
1. adj. Dicho de una personaQue se trata con mucho regalo y refinamientoU. t. c. s.2. adj. Natural de Síbaris, antigua ciudad griega situada en el sur de Italia. U. t. c. s.3. adj. Perteneciente o relativo a Síbaris o a los sibaritas.

¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión ser un sibarita?

Pues os cuento de dónde viene.

Como habéis leído, antiguamente, un sibarita era un habitante de Sibaris, una ciudad de la Antigua Grecia. Esta ciudad era conocida por la afición de sus habitantes al más selecto lujo en todos sus ámbitos.

Se cuenta que un sibarita estuvo en Esparta y probó su comida añadiendo que comprendía perfectamente por qué los espartanos estaban dispuestos a morir, porque la muerte no era nada en comparación con su comida.

Pues eso. Que hay sibaritas de los chococrispis, y hacen colas en cafeterías y tiendas :|

3.10.17

El viaje.

Como este lunes es fiesta en Valencia por ser el día de la Comunitat, pues tenía planeado un viajecito de lo más divino yo sola por fin. Destino: Barcelona. 

Yuhu.

Tres días para estar conmigo misma. Lo tenía ya todo preparado. Había gente esperándome, gente a la que tengo ganas de volver a ver y gente a la que prometí subir a celebrar algo, así que eso de ir sola era relativo. Había quedado el lunes en Hospitalet para comer con un amigo, en ir a Montserrat con otro que quería llevarme, ir a varios sitios de la ciudad muy peculiares...

Pero está pasando algo bastante grave en Cataluña, algo que ha hecho que suspenda el viaje porque hasta mis amigos me dicen que no es el mejor momento. Ya habrán otras oportunidades.

Aunque no sé cómo, espero que se solucione lo mejor posible.

Pero vaya tela la que lían los políticos... Todos.


26.9.17

Tal vez...

Tal vez los hados, el destino, o el karma me estén avisando que por ahí, no.

Todo iba bastante bien, estaba contenta, las cosas habían cambiado mucho y ninguna era lo que esperaba, pero están pasando cosas que no me gustan y ya no me las tomo como un disgusto, sino como que tengo que cambiar algo.

Si me resisto, sufro, así que tengo que soltar y que el viento se lo lleve. Aprendí, y tengo que recordar, que si vuela es porque no tiene el peso suficiente en mi vida para quedarse.

Si doy la mano para ayudar y como recompensa recibo una traición es que di más que lo que se merecían, así que sé que no debo confiar en esa gente.

Da igual que el pasado echara raíces profundas. Sinceramente, hay pasados que no eran tan importantes como pensaba ni tan profundos como ellos creían, así que como la vida es un paseo, aprendí que hay que seguir caminando sin mirar hacia atrás, porque quien quiera caminar a tu lado ya te buscará, hará lo posible para estar junto a ti. Junto a mí. Y si no camina junto a mí es porque no era para mí, o yo para él, ella, o lo que fuese. Como algunas personas no hay dos, hay miles. Que no se nos olvide.

Que hay cosas que surgen sin que te lo esperes.

Que tengo que seguir contenta, pero ese camino no es el mío, ni debo dejar que esa gente camine junto a mí.

Que mi corazoncito late ilusionado.

Tal vez vuelva a equivocarme...

Tal vez...

13.9.17

Comprando ropa.

No me gusta ir de compras.

Primero, porque es caro. Segundo, porque no me gusta lo que venden. Tercero, porque las tiendas que me gustan no están cerca unas de otras. Y la que más me gusta sólo la encuentro en Castellón y Barcelona. Y no, ahora no tengo problema con las tallas. De momento.

El otro día estaba en una tienda mirando vaqueros cuando me encontré unos que estaba rotos por la parte delantera. Los rotos eran horizontales, casi desde los bolsillos hasta los tobillos, como unos seis agujeros deshilachados. El bajo del pantalón no estaba en mejores condiciones. Casi 30 euros de pantalón, com más agujeros que pantalón. Bien. Lo primero que me vino a la cabeza era que quien se comprara ese pantalón... ¿cómo sabría cuándo estaba roto?

Luego cuando llegué a otra tienda a mirar modelos de pantalones sin deshilachados y sin agujeros empecé a ver modelos skinny finny, swinny thinny y la madre que los parió. A ver. Que antes estaban los modelos normal, léase pernera más ancha, o los modelos entallados, o pantalón pitillo. Ahora son el finny twinny swinny thinny y push up por todas partes como si te los pusieras y acabaras pareciendo una top model y crecieras 30 cm además de adelgazar ochenta kilos. No, a ver. Yo quiero unos pitillo que me escondan las lorzas estas que me sobresalen un poco por la cinturilla. No, no necesito que me levante el culo que aún tengo en su sitio. De momento. Quiero un pantalón que cuando me agache no muestre la hucha, a ser posible. Y ya está, que no pido tanto. Qué es ese talle bajo que se estila ahora, por dios, que si me lo pongo parezco un flotador con pantalones, que se me sale todo por la cinturilla, que está a la altura de la cadera y del principio de la rajita del culete.

Y luego, los zapatos. Quiero unas sandalias. Y este verano sólo hay dos modelos: con suela blanca, para que se note que es de temporada y que te las has comprado este año, y de plataforma, para que se note que es de este año también. No necesito comprarme nada con diez centímetros de plataforma cual Frankenstein, y no me gustan las suelas blancas, pero este año es bitemático a la hora de comprarte unas simples sandalias. Menos mal que ya termina el verano y tengo el cupo cubierto.

Así que por una vez en la vida que puedo ser banal, superficial y quejarme de problemas del primer mundo a la hora de comprarme ropa, resulta que no me gusta lo que hay, no porque no me venga nada. Eso de usar entre las tallas 38 y 40 es una experiencia nueva que no pienso desaprovechar, así que nada, voy experimentarla mientras dure.

Porque está durando y me sienta divinamente.

Yo creo que a este paso me va a gustar ir de compras si encuentro cosas que me gusten, porque la tienda esa de mis amores tiene verdaderas monadas que hacen que me encante ir de compras cuando voy allí.

¿Veis? También sé escribir chorradas. Sé escribir de todo. Lo que pasa es que no me apetece.




11.9.17

Ser y no parecer.

A lo largo de estos años se me han caído vendas de los ojos y otras me las he arrancado yo solita. Gente a la que tenía aprecio, cariño, admiración o estima, o todo ello, se ha esfumado de repente dejando en su lugar decepción, pero nada grave, todo superable y superado. Hay personas que es mejor dejarlas atrás, en un pasado que mejor que no vuelva, como ellas.

Sobre todo estos últimos años me he dado cuenta  de la clase de mierda a la que me habían acostumbrado para haber aguantado ciertas cosas. He flipado lo que he llegado a aguantar. Lo increíble no es sólo lo que yo haya soportado, sino que haya habido gente que se haya dado cuenta de ello, se haya aprovechado y se haya montado en el carro. Y, como ya he dicho varias veces, la culpa la tengo yo por gilipollas, así que no voy a refocilarme más en ello, sólo voy a recordarlo una vez más, que para eso el blog es mío y no sea que se os olvide.

Lo que sí tengo claro es cómo engañan esas personas. Una cosa es la imagen que dan, la pública, la que todos conocen, esa que los vecinos comentan que siempre saludaba. Esa parte amable, alegre, cariñosa, positiva, generosa...  Es gente con principios, con la cabeza bien amueblada, gente profunda, bromista, con sus aficiones, o gente seria, que tiene amigos, familia, su trabajo, o no lo tiene, da igual... Es gente aparentemente normal.

Aparentemente.

Pero la otra parte que tienen no es la imagen que muestran cuando tienen un mal día, o cuando se tuercen las cosas, no... Porque esta sería una parte considerada normal, a la que todos tenemos derecho.

La otra parte, la chunga, la auténtica, la real, es la que muestran cuando nadie los mira, cuando creen que no van a ser descubiertos, cuando piensan que hagan lo que hagan, o digan lo que digan, no van a tener consecuencias, aprovechándose de que no le vas a devolver la afrenta.

La que muestran cuando ya no les interesas.

Cuando saben que lo estás pasando mal y siguen haciéndote sufrir.

Cuando gozan de una superioridad respecto a ti y disfrutan haciendo cualquier cosa para que te sientas mal o sigas sintiéndote mal.

Cuando hablan mal de ti sin que te enteres.

Cuando te humillan en público inocentemente fingiendo que es una broma o que ha sido sin querer.

Cuando dirigen a ti su rabia, su odio, su frustración que les ha provocado otra persona.

Cuando fingen que te ignoran pero en realidad están pendientes de ti sabiendo que hacen daño y quieren disfrutarlo.

Cuando te ven en inferioridad y ponen a otra gente en tu contra...

Cuando te mienten sabiendo que confías en ellos.

Cuando te usan sabiendo que no sospechas de ellos.

Cuando cogen todo lo que les das y aún así no les parece ni suficiente, ni suficientemente bueno para ellos. Ni tú tampoco.

Ellos jamás reconocerán que se están portando mal contigo, todo lo contrario. Son imaginaciones tuyas, eres tú quien te lo has imaginado. Ni un remordimiento. Tras la diversión de ser crueles está la diversión de ver el desconcierto de la víctima. Pero nunca reconocerán que están haciendo algo malo porque para ellos no es malo. Saben que hacen daño pero nunca dirán que están actuando de forma malvada.

Desde entonces he cambiado mi opinión respecto a las personas. No las mido ya por el tiempo desde que las conozco, ni el parentesco, sino por cómo se comportan conmigo cuando ya no me necesitan, cuando nadie puede ver ni oir lo que me hacen o dicen, o cuando creen que sus actos no pueden tener consecuencias.

Porque ahí está la verdadera personalidad de la gente, y no como se definen, ni se describen, ni se muestran ante los demás o ni qué parecen.

Así son realmente.

Así somos.


5.9.17

Me entretengo




Por la tarde, al atardecer,
después de los versos,
me entretengo queriéndote,
me entretengo.

Apago las luces y enciendo el amor,
y al amor de la lumbre
que brota del recuerdo…
(¡Es hermoso el otoño para amarte !)
…Encandilo mis ojos
y caliento mis dedos,
pongo agua en los nardos
y un disco de silencio.

Aunque no estás conmigo
a tu imagen queriendo,
por la tarde yo sola,
me entretengo,
queriéndote, me entretengo.


(Gloria Fuertes.)

29.8.17

Viva la novia.

La novia está a cientos de kilómetros de mí pero me hace partícipe de cada decisión que toma para su gran día.

Me falta tocar la tela del vestido, pero he visto antes que nadie cómo es. Me comenta cada detalle, me consulta cada idea que tiene, me pregunta como si yo fuese una especialista en eventos nupciales, pero me hace sentir especial.

Iré el día antes de la boda para echarle una mano en lo que haga falta, aunque sea para limpiar la casa, y también me he ofrecido a recibir invitados que vienen de fuera en Atocha.

La novia me ha pedido varias cosas. Una, que la ayudara a repartir los regalos. Pues claro, mujer, eso ni se pregunta. Boba.

Otra, que hablara en la boda. Yo. Salvo a los novios y a la madre de ella, no conozco a nadie, pero bueno, será por palabras... Algo se me ocurrirá para ese día, en el que una auténtica Eufrasia de boda y desconocida para todos salvo para los novios y la madre de la novia hablará ante el gran público. Lo bueno es que como no me conocen si hago el ridículo luego no me los cruzaré por la calle ni coincidiré a menudo con ellos. Haha.

Y la más bonita fue que la novia me pidiera que fuese la persona que la ayudara a vestirse.

Todas sabemos que eso se le pide a alguien muy especial. Y en un año dos personas me lo han pedido. Dos personas muy especiales para mí.

Ains, qué bonito es ver que a las personas le vayan bien las cosas y que quieran compartirlo conmigo.

Pues nada. Tocado comprado y vestido preparado.


28.8.17

Dar es un verbo.

En estos meses de lecturas varias he encontrado autores que antes ni de coña hubiera hojeado. Ni siquiera me hubiera parado a ver cómo se llamaban.

Autores que tratan sobre la personalidad, la autoayuda, el crecimiento personal... De todos ellos he aprendido mucho, y otras me han hecho levantar la ceja de puro escepticismo. Pero en general, me han hecho aprender cosas, muchas, y muy buenas. Ya he dicho mil veces que me gusta aprender.

Una de las cosas que he aprendido es que la resistencia es sufrimiento. Para qué te resistes a creer algo que te está sucediendo, ¿acaso piensas que por negarlo va cambiar y va a suceder como deseas? Pues no, bonita. Así que lección una, aprobada.

Otra de las cosas que he aprendido es la de fluir, la de adapatarme a los cambios, a las adversidades. Hay que combinarlo con la lección 1. No hay que resistirse. Es normal sufrir ante ciertas cosas, pero a veces las cosas vienen como vienen. El agua sigue su camino, igual que la vida, dejando atrás cada obstáculo, y se adapta a lo que venga. 

Hace tiempo os diría que me han secuestrado el blog, que esa que escribe no soy yo. Pero sí lo soy. La mismita. La incrédula. C´est moi.

La siguiente cosa que he aprendido es que la gente es como es. Me explico. Si alguien me gusta, me cae bien, acepto cómo es. Nada de ir corrigiendo cómo habla, como se comporta...  Y eso me ha abierto otro poco los ojos porque he visto cómo me ha tratado cierta gente. Por ejemplo: salir con alguien y elegirle la ropa me parece horrible, porque me parecería que ese hombre sale con su madre. O que si quieres que esa persona adelgace 100 kilos y ella no quiere, no tienes que estar machacándola para que lo haga sólo porque quieres tú. Querer que la otra persona cambie o que haga lo que quiere una significa que no le gusta cómo es. Y me he dado cuenta de la cantidad de gente que a la tonta intenta que los demás cambien a como ellos quieren. O cómo han querido que cambiara yo. No era lo suficientemente delgada, inteligente, o no tenía el suficiente status porque para ciertas personas siempre había en mí algo que mejorar.

Una de las cosas que más me han impactado, además de los depredadores emocionales (ya puse el vídeo hace unos meses), ha sido el tema de la gente que se aprovecha de ti. Esa clase de gente busca lo que quiere, lo que no tiene, y tú sí. Y cuando encuentra a alguien que le interesa más te abandona de malas maneras, llevándose con ellos todo tu buen rollo y tu alegría porque no son capaces de irse sin más, tienen que hacer el mayor daño posible, y en este tema incluyen a amigos, parejas o familiares. Pues lo que me gustó mucho fue que dijeran que fue un intercambio de cosas. Ellos dan vibraciones negativas. Mentiras, envidias, traición, manipulación, indiferencia, menosprecio... En cambio, nosotros damos cosas buenas, bonitas y positivas.

Vale, y ahora diréis... ¿y qué pasa con eso? 

Pues la frase "Cada uno da lo que tiene".es bastante reveladora, ¿no?


Es más que reveladora :)



24.8.17

Reflexión..

Me encantan los que se enamoran de gente con buenos puestos de trabajo, buenos salarios, y empiezan a contar de la de cosas que hacen, de a la de sitios que van, etc, etc, etc...

Yo siempre me hago una pregunta cuando los escucho hablar de lo felicísimos que son.

¿Los querrían igual si no tuvieran nada?

Yo sé la respuesta. Y vosotros, también.

9.8.17

Dani Rovira tiene razón.

De su Twitter:

La de cosas que quedan por sentir, probar, leer, crear, amar, reír, andar, abrazar, saltar, aprender, hacer y deshacer...y solo una vida.

:)

7.8.17

El exorcismo

No sé si en la ley de Murphy hay algún capítulo que hable de la profundidad existente de los cajones en casa, pero debería haberlo, porque telita la de mierda que se puede hallar en ellos. Y la culpa es MÍA. Vuestra, en vuestras casas, so guarros.

Podemos hacer un tratado de arqueología mirando lo que podemos encontrar en ellos, desde facturas del año del Pleistoceno, hasta una invitación de boda en la que el niño ya ha hecho la comunión, pasando por un móvil que iba a cuerda por aquél entonces. Claro, si ese cajón no se usa, cómo iba a saber yo que estaban esas reliquias ahí.

Pues igual que encontramos cosas curiosas también encuentro cosas que no necesito, no quiero y no me apetece tener, así que ale, a la basura, aire, atomarporsaco. Y la sorpresa viene cuando de un cajoncito de nada llenas una bolsa de guarradas que no sabía que tuvieras ni que acumularas en todo este tiempo y mucho menos que ocuparan tanto espacio. Pero bueno, qué Diógenes estoy hecha, po favó, dentro de nada no puedo entrar en casa, igual que esos programas que salen en la tele que no se ve ni el suelo de la mierda que tienen.

Pero también encontramos cosas que dimos por perdidas hace años. Ah, malandrín, aquí te hallo, cuando ya había desistido en volverte a ver... Que puede ser cualquier cosa, desde una foto, hasta un pen, o cualquier otra mierda que te indica la cantidad de años que o no abres ese cajón o no lo ordenas, cochinote/a. Ejem.

Y cables de móviles. ¿Encontraremos cables de móviles diferentes? Hasta me he encontrado una cartilla de un banco que no existe desde hace no sé cuántos años, y otra de otro banco que no existe desde hace unos pocos. Todo indica que banco que toco, desaparece. Pero mi hipoteca, no.

Qué entretenido es esto. Haha. Y qué dejada he sido.

24.7.17

El resumen de toda una vida.

Hacía muchos años, por lo menos ocho, que no me cruzaba con él. Era un viejo compañero de instituto con el que compartí también amigos en común. Se hizo arquitecto y le fue bien cuando a todo el mundo le fue bien. Y yo dejé de tener relación con él más que nada porque ya ni coincidíamos en ningún sitio.

Hoy me lo he cruzado, después de todos esos años, y me ha saludado muy efusivamente, como si no hubiera pasado el tiempo. Iba vestido muy alternativo, a su lado yo parecía una marquesa, y eso que iba con vaqueros. Tras decirnos lo típico que se dice en estos casos qué tal estás, qué bien te veo, cómo te va, y de ponernos al tanto de lo que nos ha pasado estos años, me ha soltado la pregunta. Perdón: LA PREGUNTA.

-¿Estás casada? ¿Tienes pareja?

-No y no.

-Ah, pues yo estoy con una chica desde hace diez meses y...

Bueno, por lo visto le hacía ilusión decir que estaba con alguien. De esos hay a puñaos, que si no lo pregonan como que la gente no se lo cree o algo. Bueno. Me alegro que te vaya bien. Ya nos despedíamos cuando...

-Tú tranquila, seguro que ya aparecerá alguien cuando menos te lo esperes.

Yo os juro que me meo. Después de tantos años y de ponernos al día de nuestra vida, con la de cosas que han pasado, resulta que lo más importante es tener pareja.

Cachis.

En qué estaré yo pensando...

16.7.17

Do it yourself

Aunque en el registro civil pone que soy mujer (¡y qué mujer!) y me etiqueten los más carcas como el sexo débil no sé qué gen tengo que hizo que, desde pequeña, fuese de las personas que aprendiese a hacer las cosas por mí misma sin que pidiera ayuda a otros más que lo justo y necesario. 

De hecho, me acuerdo que de pequeña me fijaba en cómo los mayores hacían alguna cosa y yo luego los imitaba. Me cuentan que era una microbia y yo ya quería hacer cosas que no me correspondían a mi edad, y de lo que me gustaba fijarme yo ya sabía firmar con mi nombre, suponiendo que me llamase Antonio.

Cuando crecí ya me quise meter en temas de bricolaje y manualidades, y tuve bastante éxito en mis obras que, sin ser la Capilla Sixtina ni dignas de salir en Bricomanía, pues oye, que pude ahorrarme unas pesetillas que debí meter en una hucha, porque ahora podría tener unos ahorros importantes. Salvo en ciertos temas en los que prefiero no meterme, en lo demás me atrevo, pero hay batallas que sólo dejo a profesionales en esas lides.

Luego está el tema lúdico. Salir. Hacer senderismo. Ir en tándem.  A ver, que poder, puedes hacerlo solo, pero no es lo mismo. Para muchas cosas necesitas compañía, o es mejor con compañía. Aunque para otras no, o puedes hacerlo sin nadie más, que todo es decidirse. Ir al cine, Ir a la playa. Viajar. Ah, los viajes. Aunque me falle el presupuesto, me gusta viajar. Surgen viajes, se cancelan, se apunta gente, me proponen cosas, voy, se cancelan, las cancelo... argh, qué rabia me da. Voto a bríos que me sulfura el que sí, que no, que sí, que no... Que no es pintar una pared, que hay gente que depende de tu decisión, y hay que pillar billetes, hotel, cuadrar fechas... Y me voy de viaje con compañía que va cambiando según el momento y la ocasión. Y planeas viajes y salidas a veces que te aseguran que sí, que está todo claro, que sí, que no te preocupes, pero llega la fecha y...

Que no.

Y cuando ha pasado varias veces por motivos varios y me quedo con las ganas (estoy de un egoísta últimamente que pa qué), pues me acuerdo de mi época del bricolaje, en la que yo, a lo Juan Palomo, me solucionaba las cosas yo mismamente porque para eso no necesitaba a nadie realmente. Porque para esto, aunque haya tardado en darme cuenta, me hacía falta liquidez, no compañía. También decisión, porque ganas tengo siempre.

Ya tengo fecha y hotel. Faltan los billetes.

Por primera vez en mi vida, me voy sola de viaje y seguro que será una experiencia única. Voy a ver lo que no he visto aún, no voy a repetir lugares. Callejear, perderme, vaguear y, sobre todo, disfrutar.. 

Destino: [Editado]. Me han recomendado unos cuantos sitios que pienso ver. No sé si al final se animará alguien más, pero este viaje no va a depender de nadie más que de mí.

Porque para viajar no hace falta a nadie.

:D

10.7.17

Ese día.

Ese día es igual que otros.

Hace el mismo calor, o el mismo frío. La misma gente pasa por tu lado, es la misma rutina, te maquillas igual, hablas con la misma gente, vas a los mismos sitios, o esa vez tal vez vas a un sitio nuevo, o comes en un restaurante nuevo, a saber. Has hecho las mismas cosas. Pero ese día, esa tarde, o esa noche, buscas a esa persona que el día anterior pensabas que podrías compartir tu vida con ella, con ese hombre que te hacía suspirar con sólo mirarte, con ese santo varón que sólo con un roce era capaz de despertarte la fiera salvaje que llevas dentro y ves algo en él que antes no estaba, o creías que no lo estaba. Y ese algo te resulta molesto.

Su colonia no te gusta ya. Te molesta. Te marea, te parece demasiado fuerte. Te quejas. O su barba. Antes te hacía gracia que te destrozara la cara pero ahora no le dejas acercarse a menos de tres kilómetros si no se ha apurado hasta el hueso, que ya está bien, que cómo se nota que a él luego no le quedan secuelas tras un simple beso, hombre ya. O cuando come. Que si come rápido, lento, o mucho, o cosas raras. Pero qué haces, qué cosas más extrañas pides. O si conduce rápido, o despacio. Y esa fiera salvaje que despertaba antes ahora es una fiera asalvajada malhumorada, signo indiscutible que algo no funciona.

Y entonces te das cuenta. Porque te das cuenta. Y aquí la gente con principios es la que le dice a ese hombre molesto, antes encantador, que ya no quieres seguir. O a esa mujer. Porque para qué quieres seguir si ya no estás a gusto, si te molesta lo que hace, lo que lleva puesto, lo que te dice, si te aburre...

Para qué quieres seguir, dime.

Para qué.

Así qué narices haces.

4.7.17

Esos ojos azules.

Recuerdo que salí a buscarte porque no llegabas, aunque ya me habían anunciado que estabas allí. Yo tampoco te conocía, así que me asomé para ver si te localizaba al tiempo que entrabas y me encontraste tú. Creo que esperabas en realidad a un hombre de sesenta años, calvo y de pelo blanco, gruñón y con camisa de rayas. o tal vez a un gato verde volador con rayos láser en los ojos, porque en cuanto me viste hiciste un gesto de sorpresa y tu sonrisa ladeada apareció dándome a entender que lo que veías era grato a tus ojos.

Mientras hablábamos del tema que teníamos en común comentaste como sin darte cuenta un par de cosas que yo no había preguntado pero que, por alguna razón, tú querías que supiera. Soltero y sin pareja. Yo seguía mirando tus ojos azules y tu barba oscura mientras escuchaba demasiada información porque no sabía cómo gestionar la situación. Estabas alargando la conversación mostrándote encantador, enseñándome esa sonrisa que yo había provocado, mirándome con esa mirada clara y directa que no me molestaba en absoluto. A medida que pasaba el tiempo, me gustaba más lo que veía y cómo te expresabas. Me gustaba tu sentido del humor, tu forma de gesticular y, en especial, tu sonrisa, y esos labios que yo miraba de vez en cuando.

Ya te ibas cuando te despediste de mí mientras seguías comentando un par de cosas. Yo te escuchaba y esperaba que dieras tú el paso, que dijeras algo, que hicieras algo. Si alguien tiene interés en ti hace lo posible para demostrártelo, en buscarte, en hacerse ver.

Entonces alargaste la mano y buscaste la mía.

Ha pasado el tiempo y no nos hemos vuelto a ver. Mejor así. No lo sabes, pero me has dado una vidilla que me gusta, algo especial, algo que me ha hecho recordar lo viva que estoy. 

Eres un bonito recuerdo.

Espero que te vaya todo bien. 

Cuídate.

26.6.17

Operación Bikini

A medida que pasa el tiempo te das cuenta de los estragos que hace con el cuerpo. El tuyo, y el de los demás.

Las cosas empiezan a perder tersura, sale celulitis, las lorzas no se van, arrugas que no estaban hace nada... Bueno, qué le vamos a hacer, peor es poder operarte y luego no gustarte el resultado, así que más vale conformarse con lo que hay, que siempre, siempre, puede ir a peor. Así que no nos quejemos.

Entonces te pruebas el bañador o el bikini del año anterior y ves que no te viene bien. O te va pequeño, porque te has relajado y has descuidado tu triste figura, o te sobra por todas partes porque has estado en otros temas y no te has preocupado de ti. La cosa es ir digna (lo más posible) a bañarse sin que un ballenero te lance arpones ni que los demás bañistas te echen cubos de agua cuando te vean tumbada en la arena.

Mi Operación Bikini empezó bien, porque he acabado comprándome otro bikini. Dejaremos de lado las lorzas, la celulitis, el peso y el paso del tiempo, porque los que deben sufrir son los demás por mirar. Que se fastidien.

Ese vientre tan liso que tenía yo antes, digno de los anuncios de crema reafirmante ya no existe, ahora hay como una meseta castellana llena de estrías. Pero no hay dolor. Los muslos, esas torres que sujetan mi esbelto y lorzoso cuerpo ya tiene su ración de celulitis, pero tampoco hay dolor, porque si no miro, no me las veo, y la celulitis no duele. Los brazos han perdido su firmeza y bajo los bíceps aparece unos colgajos que se mueven a mi ritmo. Yeah. Son como una pelota antiestrés, pero incorporados.Si los muevo son hipnotizantes...

Y me pongo el bikini. Y me gusta tanto que dejo de verme los defectos. Que siempre estoy sacando defectos a todo, no debo sacarme defectos a mí misma. Yeah. Mi vestido playero. Las gafas de sol. Mi pamela. Lista. Allá voy.

Llego. Entonces saco la toalla, clavo la sombrilla como si conquistara ese terreno de playa y me voy a darme un chapuzón saltando entre otros bañistas que hacen que mi sombrilla casi la haya clavado en Albacete de la cantidad de gente que hay en la playa.

Lo malo es cuando vuelvo: estaré divina con mi bikini (ojos que no ven...), pero se nos olvida la crema protectora y vengo cual gamba humana, lo que imposibilita cualquier contacto físico durante tres meses ¬¬




21.6.17

A falta de placa...

...bueno es un post.

Hoy es un día grande.

Un bonito día.

Un día para recordar siempre.

^_^

Jiji. Si es que parezco tonta todavía, que no me lo creo aún.

Ale, a dormir, si puedo :D

19.6.17

Por si se te olvida otra vez

Hace tiempo me escuchaste tararear una canción y me preguntaste cuál era. No es que yo sea una gran intérprete, pero no tuve que hacerlo del todo mal para que te gustara lo que escuchabas de mi voz. No sólo te puse la canción sino que era una canción que acabábamos cantando a dúo, y puedo decir que era nuestra canción.

Ha pasado el tiempo, todo ha cambiado, y ahora esta canción, esta también, me recuerda a ti, precisamente una canción que tú me escuchaste a mí y que te gusta tanto. No me gusta asociar canciones a personas pero por ser quien eres haré una excepción.

Espero que cuando la escuches te acuerdes de mí como yo me acuerdo de ti cuando la escucho. 

Eso es lo que te deseo un día como hoy.

Que no se te olvide.





14.6.17

El macho alfa

Según la wikipedia:

En animales sociales, alfa es el individuo en la comunidad con mayor rango, a quien los otros siguen. Tanto el macho como la hembra ambos pueden ser alfas, según la especie. Cuando un macho y una hembra cumplen este rol se habla de pareja alfa.(...)

Me han definido hoy como el macho alfa en mis relaciones con los hombres.

Sólo los valientes vuelven.




11.6.17

El barquito de cáscara de nuez




Un barquito de cáscara de nuez, 
adornado con velas de papel, 
se hizo hoy a la mar para lejos llevar 

gotitas doradas de miel.


Un mosquito sin miedo va en él
muy seguro de ser buen timonel.
Y subiendo y bajando las olas
el barquito ya se fue.


Navegar sin temor
en el mar es lo mejor,
no hay razón de ponerse a temblar.
Y si viene negra tempestad,
reír, y remar, y cantar.


Navegar sin temor
en el mar es lo mejor.
Y si el cielo está muy azul
el barquito va contento
 por los mares lejanos del Sur.


Un barquito de cáscara de nuez,
adornado con velas de papel,
se hizo hoy a la mar para lejos llevar
gotitas doradas de miel.


Un mosquito sin miedo va en él
muy seguro de ser buen timonel.
Y subiendo y bajando las olas
el barquito ya se fue.


Navegar sin temor
en el mar es lo mejor,
no hay razón de ponerse a temblar.
Y si viene negra tempestad,
reír, y remar, y cantar.


Navegar sin temor
en el mar es lo mejor.
Y si el cielo está muy azul,
el barquito va contento
por los mares lejanos del Sur.



23.5.17

Amigos

En menos de una semana dos amigos que no se conocen entre sí se han ofrecido a mi humilde persona para: uno, a ayudarme a pintar el piso (y luego yo a ayudarle a pintarle el suyo, claro) y el otro, a darle una paliza a quien yo quiera. 

Creo que voy a elegir la opción A, me será más útil y menos ilegal.

¿Estáis bien? Yo tengo un montón de cosas que contaros, tantas, que no sé por dónde empezar, por eso cuento esta tontá.

Contadme algo, que los comentarios siguen funcionando, ¿eh?

:*

4.5.17

Y de repente...

No sé qué ha pasado. Bueno, sí que lo sé.

Pero de repente... ha sucedido.

:)

No sé lo que durará.

Pero pienso disfrutarlo.

Ains.

Parezco tonta y todo.

Aún estoy temblando jiji.


24.4.17

Los romanos no tenían bandera

Una cosa que admiro de los romanos es que, a la hora de construir una ciudad, primero de todo construían lo que fuese necesario para abastecerla de agua, por pequeño que fuese el municipio.

Como sabían la importancia del agua para la gente y que el agua estancada era foco de enfermedades y de infecciones buscaban manantiales de los que suministrarse, por lo que sacaron a relucir toda su famosa ingeniería romana salvando valles, ríos, montañas y demás accidentes geográficos para llevar tan preciado líquido a cualquier ciudad que fueran a construír y que cualquier ciudadano en ella pudiera disponer de él a cualquier hora en cualquier sitio.

Y no sólo el abastecerse, sino también el deshacerse de los residuos líquidos, por lo que también idearon alcantarillas y sistemas de evacuación de aguas mayores y fecales, ya que también sabían que atraían enfermedades y alimañas no deseadas.

Chicos listos.

Y luego está España, en la que el agua potable no sólo es cara, sino hacen negocio, es motivo de trapicheos, comisiones, estafas, sobresueldos... Construyen cosas sin que haya agua en kilómetros a la redonda, y cuando hay obras para que haya agua puede haber tal corrupción y pueden tardar tantos años en pillarles con el carrito del helado que cuando el barco se hunde y ya no se puede achicar más agua porque les llega hasta el cuello empiezan con el ay, mire, es que yo no lo sabía, pero casi que me salgo.


Los romanos no tenían bandera. Tampoco tenían el número cero, por cierto. 

Nuestros políticos lo que no tienen es vergüenza.

18.4.17

Lo importante fue participar.

Yo creo que el final de un sueño no es cumplirlo, sino despertarse.

Mientras dura el sueño has disfrutado, te has ilusionado, has vivido, has sufrido o te has emocionado. Yo, por circunstancias que no vienen al caso, decidí echarme la manta al cuello y pensé que lo que tuviera que pasar, pasaría y entrelacé las manos tras mi nuca y disfruté del paseo mientras me acercaba, casi sin proponérmelo, al final de un sueño del que pensaba que me iban a despertar mucho antes.

Y no fue así.

He disfrutado del paisaje, del camino, de la gente, del trayecto, del paisaje (huy, esto lo he repetido), de la comida, del café, de los rayos de sol, de los amaneceres y de los primeros cantos de los pájaros. He disfrutado al encontrarme con el anochecer sin darme cuenta o con el amanecer sin tampoco proponérmelo. 

Ha habido risas, muchas risas, sobre todo mías, y más de un llanto, casi ninguno mío (afortunadamente, y sorprendentemente). Nervios, discusiones, besos, abrazos, amistad, mucho cariño, confidencias, enfados y reconciliaciones. Aquí termina una etapa que no volverá a repetirse jamás porque ni seremos las mismas personas, ni seremos iguales ni será lo mismo.

Y aquí estamos, despertando del sueño.

Fue bonito. Fue intenso. Aprendí muchas cosas Y aprendí muchas cosas sobre mí, todas buenas, y encontré otras que creí olvidadas. Todas muy buenas y que he sacado a la luz para siempre.

Y aquí termina el sueño, porque ya está ahí el despertar, que es lo que hace que el sueño finalice, hayas reído, llorado, hayas sufrido o hayas estado completamente zen, como una que yo me sé. 

Empieza la realidad. Pues nada, a por ella, oiga.

Ahora toca elegir el siguiente sueño, que el mundo sigue girando.

Allá vamos.

5.4.17

El camino.

Estoy acariciando una ilusión, jugueteando con ella. Cada vez la tengo más y más cerca.

Tengo miedo de que se escape entre los dedos de mi mano, pero eso sería porque no es mía ni sería para mí.

Las cosas buenas de la vida no hay que forzarlas porque aparecen solas, surgen, se te presentan, y aunque salgan mal te apetece volver a repetir. Y esta es una de esas cosas buenas que me está haciendo disfrutar cada paso, cada descanso, cada sonrisa, cada respiro, cada suspiro...

Aunque pronto sepa si será para mí o no, lo bonito a veces no es sólo el final, sino también el camino.

Porque el camino está lleno de sensaciones y de vida.

3.4.17

A buenas horas.

Sólo voy a decir una cosa hoy.

Hay gente que sabrá mucho de informática y le pagarán por ello, y serán unos máquinas en su puesto de trabajo y ocuparán puestos de responsabilidad en su empresa.

Pues alguien de quien no sé absolutamente nada en diez años no se da cuenta de que, por lo que sea, me envía correos con información personal. Curiosamente hay información que nunca compartió conmigo. Y dudo mucho que se dé cuenta de que precisamente yo estoy recibiendo esos correos.

Bueno, pues aún me estoy riendo.

Paso de avisar. Supongo que no seré la única persona que haya recibido algo así, porque si yo he recibido eso, a saber cuánta gente más.

Que siga haciendo el notas, no es mi problema.

Ay, qué rato más divertido he pasado...

27.3.17

El encanto de las pequeñas cosas

Estoy rodeada de libros. Ninguno es mío, ojalá pudiera hacerme con algunos que me han encantado, pero no tendré esa suerte. Me han pedido ayuda para organizarlos porque se donan, y ahí estoy yo mirando cada uno y anotándolo en un inventario que parece infinito. Hoy sólo han sido seiscientas novelas. Que se dice pronto.

El dueño de esta pequeña biblioteca fue alguien importante que tenía el gusto de coleccionar libros. No sólo se los regalaban, como así se ve en las tarjetas de personas y personajes famosos o públicos, cargos directivos en empresas o simplemente amigos, sino que también los compraba, como atestigua cada ticket de compra dentro de su respectivo libro. Y os puedo asegurar que es toda una fortuna lo que se gastó esta persona en libros. Toda una vida coleccionando tomos (¡y qué tomos algunos!) y yo curioseando entre tal joyita que es imposible de ver dos veces en la vida.

Lo que me hace gracia es que aquí a todo el mundo le encantan los libros, hablan de lo mucho que los leen, los compran, los recomiendan... pero aquí nadie dobla el lomo para destinarlos a un sitio mejor que el de acumular polvo o ser amontonados en cajas. Y a mí, que esto me gusta, me dejan el trabajo sucio como si fuese un castigo, pero nada más lejos de la realidad.

Veo anotaciones, libros antiguos, veo recortes de periódico entre las hojas, veo la variedad de libros y temáticas. Algunos libros estaban sin estrenar, y muchos de ellos poseen puntos de lectura de cartón de mil variedades y tamaños con los que se puede hacer una gran colección.

Son varios miles de libros, miles, ojo, ya he dicho que hoy sólo ya he despachado seiscientas novelas, y aunque ninguno será mío puedo decir que me gusta estar entre ellos. Han hecho que me encuentre a gusto, por muy pesado que sea esto..

Pocas veces tendré la ocasión de estar ante un acontecimiento así, aunque haya gente que me haya encasquetado esto como si fuese un tormento. Es un acontecimiento anónimo que pasará inadvertido, pero que me pilla ahí disfrutando como una perra muahahaha.

Y os aseguro que no hay dinero que pague este pequeño placer. Además, se ve que se me nota la ilu que me hace esto porque ya hay quien tiene curiosidad por ver lo que he hecho.

En este año me están pasando cosas muy extrañas, muchas de ellas sorprendentes, como esta. 

Y cómo no ver el encanto de las pequeñas cosas en las que me veo de repente sin proponérmelo.

Cómo no verlo...

Y cómo no disfrutarlo y dejarme llevar...





21.3.17

Día de la poesía.

No sé la edad que tenía, pero descubrí a Neruda sin que nadie me hubiera robado mi corazoncito nunca. Aún así encontré en su poesía un sentimiento enorme. Sentí lo mismo que escribía sin que me pasara. Comprendí la tristeza que reflejaba en sus palabras. Digamos que me tocó una fibra que hoy en día sigue vibrando con este poema.

Que puedo ser moñas, que puedo leer poesía y pensar "pero qué mierda es esto", pero algunos poemas me han parecido perfectos.

La pena de la poesía es que suele hablar del desamor y de la tristeza.

Y esta, aunque hable de ello, sigue siendo una de las que me más me gustan. Bécquer también tiene algunas muy más mejores, y Vicente Aleixandre... O Benedetti.

Yo soy más de novelas, pero oyes... Allá va.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido... 
Porque en noches como esta yo la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que ella ne causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

. 

15.3.17

Regalitos.

Me gusta regalar, y creo que tengo buen gusto. Cosa que no pueden decir todos los demás. No me conocéis, por lo que no habéis tenido el inmenso placer de regalarme nada ni de disfrutar de mi exquisito gusto para los obsequios, por lo que os voy a hablar de los regalos que me hacen. Hahaha.

Sinceramente, si somos los que nos regalan, soy entre la hostia y un mojón seco.

Hace un año me hicieron el mejor regalo de mi vida. El mejor, con diferencia. Y os juro que nadie podrá superarlo, aunque quisiera. Y mi agradecimiento en ese instante, a la hora de recibirlo, fue entre la más absoluta estupefacción y un llanto inconsolable con los mocos hasta la barbilla junto a un temblor incontrolable. Puro glamour, ya veis. Hay que ser agradecida, y si ser agradecida es todo ello, fui muy agradecida. Aún pienso si mereció la pena la llantina que cogí por tal regalo de la mejor persona que he tenido el placer de conocer en mi vida. Y la respuesta sigue siendo SÍ. Y me quiere aún, y me lo dice. Ains. Envidiadme. Me conoce muy bien y me sigue queriendo a pesar de todo.

Lo sorprendente del regalo no fue sólo la originalidad, sino la sorpresa que me ocasionó. Jamás nadie antes había hecho nada igual, por lo que yo ni me imaginaba que pudieran hacerme tal obsequio. Y vaya, que lo disfruté. Y aún estoy pensando en cómo devolver siquiera una ínfima parte de tal detalle porque no hay ni tiempo ni dinero que pueda pagar la alegría y la sorpresa que me ocasionó.

Así que en ello estamos.

Claro que he recibido regalos que me han emocionado, y he agradecido, y me han gustado, y me han encantado. Y siempre, siempre, he demostrado mi alegría por tales muestras de cariño hacia mi triste figura. Unos han sido más acertados que otros, otros me han sorprendido, y otros me han emocionado. Cómo no voy a ser capaz de reconocer tales detallazos...

Y luego están los regalos que no me han gustado. Vamos a dejarlos en el más triste de los olvidos, porque pa qué. Unos me causaron hilaridad. Otros me causaron indignación. Y otros me causaron repelús. Algunos los he tirado, pero otros los tengo para dejar constancia de que alguien me quería muy mal en ese momento.

Y ahora regalo yo de nuevo. Me faltan manos y tiempo para hacer más cosas para dar a gente estupenda que se reproduce y aprecia mis detalles que, sin ser caros, necesitan mucho tiempo de mi vida para llevarlos a cabo. Les regalo, además de algo material, mi tiempo, de las cosas más valiosas que tengo y ofrezco.

¿Os he dicho que me gusta regalar? Pues hace tiempo que dejé de regalar a cualquiera, porque no se aprecia mi gesto. Que no es que quiera eterno agradecimiento, pero no me gusta que lo desprecien.

Así que ahora sólo regalo a mis amigos de verdad.

Y se nota :)

7.3.17

Perdiendo el tiempo.

Llevo una época en la que igual disfruto de las primeras gotas de lluvia sobre mi piel que con los rayos de sol de esta incipiente primavera, o de la brisa cálida que anuncia ya el buen tiempo. Estoy activa, bromista, divertida, relajada y ya no espero nada ni a nadie cuando realmente lo que necesito lo tengo cada día delante del espejo.

Supongo que tras la tormenta llega la calma, y ahora simplemente veo lo que la vida me deja frente a mí y entiendo lo que no era para mí. Si quiero algo, lo hago pero no lo intento, otra cosa es que lo consiga. Pero no pienso quedarme con las ganas ni que pase el tiempo y quedarme con la duda de qué hubiera pasado si...

Fuera cabezonerías, hay lo que hay, y yo me siento frente a una cerveza en uno de mis bares favoritos junto a compañía agradable que siempre sabe arrancarme una carcajada.

Y precisamente hoy, a punto de hacer y no intentar, he dicho algo que ha causado hilaridad:

-Como la vida me vaya bien alguna vez, a ver en qué voy a perder mi tiempo.

La frase, por supuesto, no es mía.

Pero bueno. Estoy rozando con la punta de los dedos una ilusión. Estoy disfrutando de esa sensación que nadie podrá quitarme aunque las cosas no salgan como me gustarían.

Estoy a punto de saber si voy a tener que pensar en qué perder mi tiempo.

Estoy preparada.

Allá voy.


2.3.17

Una de palomitas grande.

Dicen por ahí los viejos del lugar que el que no tiene problemas se los busca. Y hablamos de gente adulta que se supone que tiene la cabeza sobre los hombros y se deja de tonterías.

Pues no.

Es gente aparentemente adulta con comportamientos de adolescente y mentalidad de la reina del baile que trata a los demás como si fuesen poco menos que chusma y tuvieran que estar a sus pies cumpliendo cada uno de los deseos. Y enmedio (o en medio, no sé cómo se escribe) de ambas personas se encuentra Eufrasia que siempre intenta mantener las distancias con ambas.

Pues tampoco.

Que no sé qué pasa conmigo pero a veces despierto afectos enfermizos hacia mi triste figura sin yo mover un solo dedo. Que yo no hice nada, oiga, que yo tampoco estoy compitiendo con nadie y no me interesa saber las opiniones de estas personas, pero ellas sí que hacen, parece que compiten conmigo en belleza, en simpatía, en carisma, en vida social, y quieren (y me preguntan) mi opinión sobre cosas que me importan de cero a nada, pero que no hay forma de hacerles ver que paso de sus cosas, y que yo sólo pasaba por ahí.

Pues va a ser que molo mucho.

Y yo no quiero molar tanto, que me gusta pasar inadvertida, pero no sé, a veces me quiere mucho gente que no quiero que me quiera, y se fija en mí gente que no quiero que se fije, y me preocupa enormemente cierta clase de personas que posan sus ojos en mí, sin yo pretenderlo. Dicen que la vida te pone gente delante para aprender de tus errores y tus defectos porque son tu reflejo. 

Joder, pues la llevo clara XD

Bueno, pues a todo esto estas personas que son tan divinas (más que yo), tan geniales (más que yo), tan inteligentes, atractivas, simpáticas, estupendas, trabajadoras y mucho más ricas que yo (bueno, en eso con poco se me supera) que no se tragan entre ellas... coinciden. Y yo soy objeto de deseo de ambas dos personas y no encuentro el botón de teletransportación ni el de invisibilidad para deshacerme de ellas, así que uso el superpoder de levantarme e irme o darles un corte porque no me gusta lo que me dicen para demostrar, cada una de las veces, que son chachigeniales y megamejores que yo y que el resto de vosotros, sucios y tristes mortales. Y como las dos no se tragan entre ellas, es más, se odian a muerte, y las dos dan por hecho que estoy de su lado, voy a comprarme un saco de palomitas porque no hay película, obra de teatro ni espectáculo que supere lo que está sucediendo. No sé si habrá sangre, pero de momento ya hay encontronazos que se ven muy bien desde la grada. No sé por qué la vida me pone en la mitad de ese campo de batalla que no va conmigo y estas dos personas dan por hecho que estoy con ellas (por separado) si no les hago ni puto caso. Por qué molo tanto, rediós, POR QUÉ. POR QUÉ.

Y estamos hablando de gente adulta que se tienen envidia y no se esconden a demostrarlo.

Creo que es tensión sexual no resuelta. Hagamos apuestas.

Yo cuando me aburro hago otras cosas más divertidas, pero bueno, cada uno pierde su tiempo como quiere :P

Pues eso. Palomitas para todos.

Ps: Yo molo mucho, sobre todo cuando quiero.