30.12.16

Las bragas rojas

Dicen que empezar el año con ropa interior roja da suerte.

Hortera es un rato, eso sí, y quien diga lo contrario es un hortera, salvo si tienes el cuerpo de la chavala del anuncio intimissimi, no fastidies. Así me la pondría hasta transparente. Lo que no dicen es cómo hacer que la suerte haga más efecto.

Nadie especifica si las bragas rojas hay que llevarlas sin depilar, en la cabeza, o por fuera del pantalón. O si hay que coger las de otra persona y olerlas, o hay que llevarlas hasta que se caigan de viejas.

Tampoco ha dicho nadie si había que comérselas, si hay que hacérselas a ganchillo o si hay que usarlas durante una semana entera sin ducharte.

Sea lo que sea como haya que llevarlas, yo este año, ni desde hace cien años, me las he puesto, porque ni creo en esas cosas, ni voy a creer.

Lo mismo todo pasa por no llevarlas en nochevieja.

A ver si va a ser por eso. Qué cabeza la mía, eso me pasa por no seguir las viejas costumbres. O lo mismo se me ha roto un espejo, vertido sal o he pasado por debajo de trescientas escaleras y yo sin darme cuenta. O me ha mirado un tuerto, cruzado un gato negro o tengo por algún lado algo con el número trece y sigo sin enterarme. O todo a la vez.

Sea lo que sea, ya pasó, así que vayamos a por lo importante.


Feliz año nuevo.

5.12.16

La caja

Tengo una caja de bombones de metal de lo más normal. En cambio, el contenido es lo que la hace especial para mí, y no porque contenga chocolatinas.

Dentro de esa caja guardo como oro en paño notas y postales que gente muy especial me escribió en su día. Es gente que está ahí siempre, y siempre tiene algo bonito que decirme, pase lo que pase. Y lo dejan por escrito de su puño y letra en postales que me mandan desde mil sitios. Postales que me hicieron reír, postales que me hicieron sonreír y postales que me emocionaron. Notas que me hicieron llorar a moco tendido y notas que me hicieron reír a carcajadas.

Una de las cosas más personales que tenemos es la letra, y en esa caja guardo escritas a mano momentos en los que alguien, en un momento dado, se acordó de mí. Y casualmente es gente que sigue ahí a pesar del tiempo o de la distancia.

Hoy añado a mi colección otra postal que me emociona hasta las lágrimas. Como diría quien la ha escrito, QUÉ BONITO, COÑO, QUÉ BONITO.

Pues eso. Que en la caja de bombones guardo notas y postales de gente que me quiere aún, a pesar de todo, y mucho.

Y cómo no corresponderles... :)

Qué moñas soy a veces, pero me alegro de que sean por cosas así :D