9.11.16

Historia de un impresentable.

Hace poco más de tres años yo andaba enrollada con un chico. Lo conocí en una red social. Parecía lo que parecen todos cuando los conoces y es de las peores personas que he conocido nunca. 

Estaba ahorrando para comprarse un piso de nueva construcción, y me pedía asesoramiento con cada cosa que quería hacer, como si yo fuese una experta en la compra de pisos, y luego hacía él otra cosa completamente diferente. Es más: le aconsejé que prefiriera perder algo de dinero para optar a un piso mucho más barato porque estaban bajando los precios para quitarse esos pisos de encima. No me hizo caso, claro. Alguien compró el piso de al lado de su casa por la mitad de lo que él ha tenido que hipotecar. 

Una de las cosas que sí guardo con cariño fueron las largas noches conectados hablando por skype o por gtalk. Se nos hacía de día a veces sin enterarnos, así que acabamos poniéndonos una hora tope porque eso no era sano para ninguno de los dos. Pero se ve que cuando esta clase de gente te tiene muy segura empieza a pedir, a exigir y su careta de gente buena empieza a caerse tan lentamente que no te das cuenta. Era una especie de relación a distancia, pero que yo ni me planteaba un algo más y él tampoco hablaba de venirse, claro. Era algo que sabía que tendría fecha de caducidad, algo que se iba estropeando por cosas que no me gustaban, incluso veía que esa relación en realidad era una puta mierda desde el principio, que estaba pasándolo mal, que no me gustaba, que ya no había ilusión, que estaba siendo abandonada. Que no quería nada serio. Ya, no hacía falta que me lo dijera.

Es de las personas que os aseguro que aún doy gracias a los dioses que me dejara. Y resulta que  me dejó por alguien mucho más acorde a él, por supuesto: alguien con un buen e importante puesto de trabajo y un gran sueldo impensable para una mujer, con quien puede hacer muchas más cosas que conmigo, claro.

Esas chicas no son abandonadas, seguro.

Bueno, pues nada como tener ella  un buen puesto de trabajo y un buen sueldo para que ya sí que quieran tener novia estable, oye. 

Bueno, pues mientras yo seguí mi vida, él fue exhibiendo su suerte y su novia por todas partes. Cuando hablaba en el chat, incluso hablaba de lo fantásticamente bien que se lo pasaba con su novia delante de su exnovia, a la que yo no conocía. Incluso contaba detalles tan íntimos que yo pensaba que qué coño piensa esa gente que habla así de la persona con quien sale. Decía que no era guapa, que no tenía buen cuerpo, pero contaba las intimidades con ella como si estuviera relatando una película. No sé, será algún trauma de la adolescencia para que la gente vea que tiene una vida sexual. A saber lo que diría de mí, claro. Se creía el rey del mambo. Pero lleva mal el que no siguiera detrás de él. ¿No eras tan feliz? Pues ya está, te dejo en paz. 

Y eso tampoco lo quería él.

Durante un tiempo hubo un intercambio de correos intermitente entre él y yo. Qué tal, Eufrasia. Bien. Mira qué arañazo me he hecho (foto) Ah, pues ten cuidado. Me va bien en el curro. Me alegro. Y cosas así. Él seguía con ella, claro. Lo que yo no entendía era para qué me escribía si tan feliz era con esa chica. Presumía de dónde iban, dónde viajaban, las cosas que ella le regalaba... Vale, ¿y...? 

Igual que con otra gente he retomado contacto tras un tiempo, con él no quise. Un día me salió una invitación suya para chatear en gtalk y la rechacé. ¿Qué estaba haciendo? Acabó quejándose a amigos en común que no le hacía caso. Y acabó desapareciendo de las redes sociales, pero no por mí, no soy tan importante para nadie hasta el punto que hagan eso por mí.

A día de hoy veo en su facebook que tiene la misma foto que le pedí yo que se hiciera, con su camiseta negra. Es la misma foto. Fue una persona que jugaba con eso de que si te quito de facebook, ahora te pongo, ahora te añado, pero me enfado y te quito... y creo que soy lo suficientemente mayor para esas cosas. Fue una persona malvada, mucho, no voy a entrar en detalles. Pero vaya medio añito me dio, el muy... 

Da pena que haya gente que no sea lo que parece, y con él me alegro que no lo sea, porque engaña y mucho, y la gente que le rodea acaba viéndolo y dejándolo de lado. No tiene respeto por la privacidad, no la habrá tenido conmigo, pero bueno, no es el único que lo ha hecho. No sé ahora qué es de su vida pero es que hace tres años que dejó de importarme.

Que por qué me acuerdo de él... Porque me ha salido entre los contactos de hangouts al cambiar el chat. Y por él he decidido dejar de usar esa cuenta de correo para chatear, y abrirme otra. 

Una de las cosas que más gracia me hacía era cuando se enfadaba y me amenazaba con quitarme de fb. Pues quítame, le decía yo. El detalle es que él nunca estuvo en mi fb personal, sino en uno de los que uso para redes sociales. Y yo sí estuve en el suyo.

Bueno, pues todo eso para contaros que tengo G+, por si os interesa. Ya tengo cuatro :D Y él no está en ninguno :D

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