23.10.16

Una mala persona.

Dicen que no hay muerto malo, pero hay muertos malos que en vida fueron malas personas. Malas personas, malos compañeros, malos jefes y malos amigos. Gente que no hizo ni un simple gesto para caer bien ni que le cogieran aprecio. Gente que prefirió tener gente atemorizada a su cargo que tener compañeros. Hay gente que no quiere, ni quiso, ni querrá, que la gente tenga un buen recuerdo de ella, y así se preocupan en demostrarlo cada día, con cada persona, salvo con la gente que ostente un cargo superior y que pueda causarle represalias y consecuencias.

Hay gente que no deja un buen recuerdo cuando coincides con ella, ni como persona, ni como compañero, ni como jefe, ni como superior, ni como hombre ni como mujer. Es gente que con cada frase intenta demostrar que eres un vulgar ser ignorante a su servicio, que todo cuando digas es porque no eres digno ni de seguir viviendo, y que cuanto hagas o digas será siempre reprochado y menospreciado por tal persona.

A medida que conoces a otra gente en común, ves que esta persona es así con todo el mundo. Humilla, desprecia, menosprecia y desprestigia a todo cuanto pase por su lado mientras ostenta un cargo o puesto que poca gente pueda plantarle cara, salvo los semejantes, sin miedo a represalias, por lo que se rodea de gente a la que humillar, despreciar, menospreciar y desprestigiar para sentirse mejor porque los iguales ni aguantan a tal persona ni toleran sus comportamientos despóticos, totalitarios y malvados.

Pero esta clase de gente se olvida de que también son simples mortales como los demás, que sangran si se cortan y enferman igual que la chusma que le rodea. Y como son de esta manera, se han ganado tanto desprecio, tanta adversión y tanto odio, que cuando les pasa algo realmente malo hay muy poca gente que se apiade de ellas, aunque las malas personas son las que se alegran de ello. Que ellos se olvidan que también son humanos, y que como humanos, puedan pasarles cosas malas y pasarlo mal. Pero una mala persona, por muy mal que lo pase, no deja de ser mala persona. Sólo pasa a ser una mala persona que lo está pasando mal.

Y cuando mueren te das cuenta que sí hay muerto malo, que suele ser gente que ha sido mala en la vida y que hay muy poca gente que se apiade de tan temprano final. Que es muy triste y patético que cuelguen una especie de panegírico cutre en la que se trate de alabar y justificar a tal persona, sus actos y sus maneras. En donde se intenta amortiguar sus frases hirientes, sus menosprecios y sus ninguneos a sus semejantes.

Porque tiene que ser muy triste que te mueras y que no haya apenas nadie que se entristezca por ti, y que alguien, en un intento desesperado de peloteo tardío o para quedar bien ante a saber quién, acabe escribiendo un artículo en el que intente justificar su carácter cuando nadie -repito, nadie que yo conozca- sienta la más mínima compasión por su muerte.

Lo siento por su hijo, sólo por él. Pero tiene que ser muy triste que, con toda la gente con la que se ha rodeado y con la que ha  trabajado, sólo su hijo le eche realmente de menos.

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