17.8.16

Doesn't mean I'm lonely when I'm alone

Creo que todos conocemos, o podemos llegar a ser, alguien que necesita tener pareja. Que sí, que tener churri puede ser de lo más interesante, pero que no vale cualquier persona para ocupar tal puesto.

O sí.

Porque hay gente que necesita como el aire que respira tener pareja. Esa gente que es capaz de mover cielo y tierra para conquistar a alguien, pero si sale mal la cosa, a los cinco días ya está con otra persona. O cinco días antes ya lo estaba, o cinco meses antes. Da igual. Hará lo mismo por esa segunda persona, y si sale mal, moverá lo que haya que mover para no tener nunca aire a su lado. Y si a su lado sólo están sus brazos, se quejará de que no le hacen caso, que si sólo se van con (ponga aquí un calificativo) y una larga lista de lamentos. Y en cuanto aparece un nuevo objetivo, se olvidará de su pena para dedicarse a conseguir ese nuevo proyecto de churri. Porque es gente que para sentirse bien necesita novia o novio, le encanta el juego de la seducción, vive dependiente de su pareja, y cuando termina la relación no tarda apenas tiempo en consolarse con otra relación tan superficial como la espuma del mar.

Otra cosa es lo que intentan demostrar cara a la galería, esa felicidad desbordante, ese exhibicionismo de amor incondicional, el cómo pude vivir sin esta persona, el es lo que necesito para ser feliz en esta vida, el mirad cuántas cosas hago y cuelgo en redes sociales con él/ella.

Vale, sí. Pero ¿cuánto tiempo tardan en olvidarse de esa persona cuando rompen? De esa y de las siguientes. Porque lo que les importa no es la persona, sino una persona. Y para estar a su lado vale cualquiera. Sí, cualquiera. Porque pueden ser más o menos exquisitos, pero desde luego se conforman con la primera persona que les haga caso. Y no les hacen caso la gente conocida porque ya han calado que andan desesperadas buscando a alguien.

¿A que conocéis a gente así? Vale, en un momento dado podemos echar en falta tener a alguien con quien compartir ciertas cosas, pero ese alguien a veces sólo vive en nuestra imaginación.

Pero a ver... ¿por qué es tan importante una pareja? ¿De verdad se necesita? ¿Qué es lo que no podemos hacer sin una pareja? Esa presión social de que si no tienes churri es que te pasa algo es algo que afecta especialmente a la gente que se lo cree. Y se puede vivir sin churri. Perfectamente. Vale, es divertido tenerla hasta que deja de ser divertido. Y si pasa el tiempo y tienes a alguien que te empieza a agobiar al lado, qué coño haces con esa persona. Pues eso. Que descubres lo que es estar solito en la vida.

Y es una experiencia interesante.

Primero, eso de no tener ni que molestarte en decir lo que haces o con quién es algo que me pareció muy curioso. No dar cuentas de si entras o sales. Ni informar de si vas o vienes. De estar donde y con quien quieras. De hacer o deshacer. De estar sola. De hacer cosas sola. De darte cuenta que puedes estar sola. Que estar sola es tan enriquecedor como estar con mucha gente. La diferencia, es que estando sola te acabas conociendo mucho mejor y te cuidas más, ya que antes cuidabas a otra persona y te olvidabas de ti.

Luego, está el que si te arreglas, te vistes, te compras ropa, pintas la habitación, lo haces por ti, y para ti. Que esa ropa interior tan bonita que compraste el otro día la usas también para sentirte bella por dentro y porque te apetece, no sólo porque haya un encuentro con alguien. Que también te la pones por ti. Que esas piernas tan estupendas que tienes lo son porque lo sabes, no porque te lo haya dicho tu churri. Y que si tu escote es genial, lo sabes mirándote al espejo, no porque te lo haya dicho nadie agarrándolo desde atrás cuando tiene ganas de marcha.

Usando un símil, acostumbrarte a estar sin pareja es como dejar de fumar. Puedes hacerlo por costumbre, cuesta dejarlo (ah, los hábitos), pero se puede vivir sin una cosa y sin otra. Pobre el que dependa de una pareja para sentirse completo. Es una persona superficial, se aprecia muy poco, y aprecia poco a los demás, que son sólo instrumentos para sentirse mejor, y luego olvida.

Yo, desde luego, no quiero a nadie así, aunque he estado con gente así de dependiente, en busca de pareja, aunque no te dieras cuenta en ese momento, pero descubres con el tiempo que era de esa clase de gente, que necesita tener siempre a alguien para sentirse mejor. Y ese alguien es quien sea, sencillamente. Pues mejor que me dejaran de lado si su interés por mí era sólo un escaparate cara a la galería, una necesidad superficial mezclada de control y postureo para convertirse en la demostración que no he sido realmente tan importante para ellos. Porque ellos, recordad, no quieren a la persona, sino a una persona. La que sea, o la que más a mano tengan.

Pos fale. Porque ese postureo es lo que les mola. Y lo hacen contigo, con la vecina del quinto, con el compañero de trabajo y con la amiga de la amiga, si acaban saliendo con ellos o ellas. Porque se trata de aparentar, el mirad, tengo churri. Qué felices somos. Mirad las cosas que hacemos. Oh, estoy salvado/a, tengo pareja. Qué felices somos, mirad. Miradnos. Eo. Esperad, que cuelgo fotos para que lo veáis. No son suficientes, voy a colgar más, y ponerlas de avatar. Y lo pongo en whatsapp también, para que todo el mundo se entere. Y no lo pongo en el BOE porque no me dejan.

Y luego llega la ruptura, pero ya sabemos que al poco tiempo ya hay otra persona al lado de su brazo por quien hace exactamente lo mismo que por todas las anteriores.

También está la presión social de familiares. Que cómo es que no tienes churri. Que se te pasa el arroz. Pues tu primo tal ya tiene novia. Hijos. Hipoteca. Y tú no. Que te vas a quedar sola. Joder, JÚRAMELO, porque si es para aguantar a cierta gente, lo prefiero.

Así que dices que no tienes novio porque no lo necesitas... eso lo dices porque no tienes novio, porque si lo tuvieras no dirías eso. Pues mira, a lo mejor diría lo mismo, o no. A saber. Pero esta época de soledad autoimpuesta, sin involucrarme sentimentalmente con nadie, ha sido más fructífera y productiva de lo que yo pensaba. Porque para querer a alguien me tengo que querer yo primero. Y si no me quiero yo, no me va a querer nadie tanto. Si necesito tener pareja, el problema lo tengo yo, y grande, y he descubierto que puedo vivir sin nadie a mi lado. Vale, sí, a veces aparece alguien que te deshace la cama y te despeina el pelo, y te estruja las nalgas en ciertos momentos íntimos, pero son momentos puntuales que puedo compartir con cualquiera que me guste. Pero... ¿necesitar? Y lo que es peor... ¿necesitar a alguien? ¿Quien sea? Joder, es que me parece enfermizo.

Así que bueno, yo cuando me aburro hago manualidades, me voy a correr o salgo de casa a dar una vuelta, no me entretengo buscando pareja para sentirme menos sola. Porque sola me he encontrado estando acompañada de cierta gente que se supone que eran tu pareja, y eso sí que es triste, tanto como buscar a alguien para que todo el mundo vea que no estás solo.

Tengo que deciros una cosa: yo, estando sola, ya no me siento sola.

Y cuando la presión por tener a alguien a tu lado desaparece se abre un panorama lleno de oportunidades, personas y lugares dignos de recordar.

Porque yo no busco. No tengo prisa ni ansia por encontrar a ese alguien especial que por primera vez en mi vida me complemente y me quiera tal y como soy, no por lo que pudiera conseguir de mí, como hicieron todos los demás.

Y si no aparece, seguiré conociendo gente. Jiji.

Edito: Un día os contaré la de cosas que puede llegar a hacer una persona que necesita tener pareja para hacerte creer que está interesado única, sólo y exclusivamente en ti. Y vais a flipar. A f l i p a r.

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