Nada como dar la cara y saber que a veces el miedo está en tu imaginación.
Puede ser que no reacciones de la manera más elegante pero huír o evitar las cosas no es la solución. Las cosas se hablan, se cuentan, se afrontan.
Pobre del que sólo huya. Pobre del que sólo cause problemas.
Tomo aire, suspiro, y espero a que vengan mientras los veo llegar. A veces no son nada, una nimiedad sin importancia. Otras veces son tan grandes como mi imaginación. Otras veces me superan. Y otras, que son casi todas, soy yo la que corro hacia ellos para plantarles cara y terminar con ello de una vez por todas. Pero siempre, siempre, acabo saliendo de una manera u otra.
Y esta vez tengo entrada en primera fila en varios eventos, a mi pesar.
No huiré esta vez tampoco, aunque haya cosas que haya evitado durante un tiempo. Para qué.
Lo que tenga que ser, será.
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