17.3.16

A mi vera.

Llevo una temporada bastante mala. Mala no, lo siguiente. Y aunque por aquí descargue algo de mis penitas (no lo voy a hacer porque nunca sé quién está leyendo) en la vida real intento ponerme mi sonrisa y seguir adelante. Y bromeo, y juego, y me río, pero a veces me satura todo porque hay temporadas, y todos las tenemos, que son muy difíciles.

Y he recurrido a la gente que me importa. Y su comportamiento ha sido de lo más variado.

Unos han sido indiferentes. Otros han sido puntualmente atentos. Otros se han desbordado hacia mí. Y todos ellos me han hecho ver lo que les importo. Porque han hecho más los que han querido que los que han podido. Porque los he necesitado y algunos no han estado. Ni se han preocupado por mí, he tenido que ser yo la que he preguntado cómo estaban. Y otros, aunque también he preguntado yo, han estado más cerca de lo que han estado otros físicamente. Y algunos han estado ahí, siempre, y yo no me daba cuenta. Y, lo más gracioso, es que los que no han estado ni se han molestado por mí se ofenden si no acudo cuando son ellos los que llaman para, por ejemplo, tomar una puta cerveza.

Es una mierda estar mal y ves que todo va mal, y que la cosa puede empeorar hasta límites insospechados, y sabes que esto puede ir a peor -a mucho peor-, y sólo piensas en aguantar el chaparrón, que ya vendrán tiempos mejores y en que puedes confiar en cierta gente que está ahí, pase lo que pase. Espero haber estado a la altura de las circunstancias cuando me necesitaron. Porque otros me tuvieron cuando estaban mal y ahora no los he visto cerca. Y esos no son amigos, ni lo fueron.

Mientras los días pasan, unos tras otros, voy con mi sonrisilla para que vean que estoy bien, aunque por detrás recurra a algunas personas y pida algo de ayuda o atención. Porque nadie quiere personas tristes, pero tus verdaderos amigos son los que están a tu vera cuando lo pasas mal.

Volverán mejores tiempos. Porque la vida es una montaña rusa en la que por mucho que subas un día bajas de golpe. Y aunque estés bajando, sabes que acabarás subiendo, o parando.

Y yo he visto quién quiere estar conmigo en esa montaña rusa. Y me siento afortunada por tenerlos porque estos amigos no los tiene todo el mundo.

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