20.10.08

Poesía eres tú.

Cuando yo era adolescente caí como tantas otras bajo la inspiración de las musas. Creí que mis relatos eran buenos, mis cuentos interesantes, y mis poemas eran tremendos. Para mí, lo eran. De hecho, aún conservo un par de cosillas que han sobrevivido a varios expurgos que sólo el paso de los años y la vergüenza hace que destruyas y perdones la vida a lo que creas que no está tan mal del todo. Si las musas me inspiraron, tuvieron que ser las más antipáticas, porque andaqueandaque... De todas maneras, como la fábrica aún sigue abierta -ejem, soy yo-, puedo seguir cambiando originales, crear novedades y seguir retocando aquello que un día escribí en un alarde de inspiración.

Ahora la poesía me aburre. Y me aburre porque me gusta la simetría, el compás de los octosílabos, los sonetos y la rima consonante. Ahora, para mí, la poesía es prosa recortada por donde no toca. No me interesa. Prefiero leer los prospectos de los medicamentos. O las poesías anónimas, rebeldes y transgresoras.

Pero de toda aquella poesía suburbana, de todos aquellos poemas que quedaron en el pasado, sólo hay uno que sigue haciéndome recapacitar sobre mis gustos.

Tú, que eres poeta,
tú, que versos compones,
bájame la bragueta
y tócame los coj*nes.

Si es que Bécquer se enrollaba demasiado...

Ps: Es el descansito. Y ahora, güelvo a estudiá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Eufrasia,
si ya decía yo que no hacía falta rebuscar demasiado entre palabras cultas para llegar a la gente... Eso seguro que lo entiende todo el mundo.