20.7.08

Perdona que te tutee.

Me sorprende que ahora te halaguen cuando te han estado ignorando durante tantos años. Hiciste más que otros, que ahora se dedican a dar conferencias en inglés, a cultivar bonsáis o crear eufemismos. Por méritos propios te metiste de lleno en la historia de nuestro país, pero nadie reconoció, en su momento, lo que hiciste. Y te despreciaron todos, así, como el que espanta un perro, porque no quisieron reconocer el brillante papel que introdujiste entre las hojas de la historia de nuestro país.

Una de las imágenes que me demostraron de la pasta que estás hecho fue en la del golpe de estado. Sólo tú, y Gutiérrez Mellado, estuvísteis con la cabeza fuera del escaño. Saliste a defender a Gutiérrez Mellado cuando un guardia civil quizo zancadillearle por detrás. Diste la cara, allí estuviste, como un hombre valiente. El otro hombre también lo era, pero es que era militar, y la jerarquía impone mucho entre los del sector, del rango que sean. Tú lo sabrías, pero no te importó. Y si te importó, no lo demostraste. Fuiste muy valiente. Muy valiente. Muchos más que otros. Que todos los demás, quería decir.

Algo más hiciste que los demás presidentes, porque el rey te concedió un título nobiliario, cosa que no se ha vuelto a repetir con ellos, fuera porque no lo quisieran o porque no les haya sido ofrecido. Habrá quien no encuentre significado al detalle, pero yo sí que veo el especial cariño con el que se te trató desde algunas esferas, mientras los demás te ignoraron tras tu dimisión. Porque no te echaron: te fuiste tú. Por el motivo que sea -que lo hubo-, preferiste marcharte en vez de que te echaran, cuando viste que ya no te querían. Y eso, en un país en donde todos se aferran al poder como si la vida les dependiera de ello, al precio que sea, te distingue de todos los demás.

Pero la vida no te ha tratado bien. Primero, una cruel enfermedad con signo zodiacal te arrebató a tu mujer, y después a tu hija en muy poco tiempo. Un duro golpe que fue retumbando en tí hasta que apareció otra enfermedad, esta vez en tu persona, que ha hecho que te olvides de todo lo que estoy contando por aquí.

Aun así, sigues siendo impresionante. Todo un señor. Y, aunque tú no recuerdes muchas cosas, somos muchos los que seguimos acordándonos de tí.

Un abrazo, Adolfo.




Ps de la actualización: Corregido el error (gracias, Anónimo).

Comentario de la actualización: Qué fistro de documentalista estoy hecha...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He llegado a tu blog a través de otros y aunque ideológicamente creo que somos antagónicas me gusta leerte pero hoy entraba a comentar una cosa sobre la última entrada, si no estoy equivocada a Felipe Gonzalez se le ofreció también un titulo nobiliario pero por coherencia lo rechazó, a Aznar no se le ha ofrecido, según una leyenda urbana no se si cierta o no, el rey no lo soporta.

Anónimo dijo...

En ciertos libros se habla mucho del buen royismo de Felipillo, con el el rey, mas en libros de fuera de españa (pq dentro esta la autocensura pa hablar de la monarquia).

Me parece bastante probable que el rey no soportara a aznar, aunque eso no quiere decir que el rey sea socialista (y tampoco que los socialistas actuales sean socialistas).

Pues eso
Jabi