7.4.08

Radiografía

Ayer, tras la comida, quedé con Alfonsa y los demás. Llevé unas fotos que hicimos hace dos años en uno de esos cumpleaños que celebramos y que querían ver de nuevo. Acabamos repartiendo las fotos, por lo que casi me quedé sin ninguna -las suficientes-. Entonces, fue cuando apareció Gruñón.

Estuvo viendo las fotos y tardó un poco más de lo normal en terminar de verlas. Yo me fijé que, cuando terminaba con ellas, volvía a revisar alguna anterior. No sabía qué había visto en ellas para que le interesara tanto. La respuesta la tuve cuando, más tarde, y de forma casual, acabó junto a mí. Mientras los demás charlaban como si nada, me hizo una pregunta muy incómoda.

-¿Qué te pasaba?
-¿Qué?
-Que cuando hicísteis estas fotos, a tí te pasaba algo. Tienes una mirada triste.

Mierdaaaaaaaaaa. Y ha tenido que recordármelo precisamente él. Jodío, qué ojo. No iba a contarle mi vida -más que nada porque no me apetecía-, pero él seguía con sus comentarios, haciéndome una autopsia en cada foto. No sonríes, aquí si, pero lo haces forzada... Le dije que no se fijara tanto, y que si ahora me veía triste. Me dijo que no. Y yo le contesté que entonces lo dejara estar.

Es curioso, muy curioso, cómo puedes encontrar diferentes tipos de personas. La persona a la que le cuentas tus penas y no les da importancia; la persona a la que como no le cuentas nada, ni le pasa por la cabeza que te pasa algo, o no se interesa; y la persona que ignora todo sobre tí y por una simple foto, deduce mucho más de tí que cualquiera que esté contigo día a día.

Pero aunque esté acostumbrada a que me ignoren cuando tengo algún problema -a todo se hace el cuerpo, y tengo que levantar cabeza yo solita-, me cuesta entender que pueda haber alguien que lea a través de mí. Suelo ser transparente, enseguida se me nota si estoy bien o mal. Pero, y esto es lo que más me sorprende, que una persona, a la que acabo de conocer, se preocupe más por una mirada triste en una fotografía que los que han estado a mi lado durante muchos años más.

Y eso es un punto a su favor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Eufrasia,
¿dos entradas sobre el mismo tema? No es normal en ti. Me parece que aquí hay algo más de lo normal... ;-)