22.2.08

La buena acción del día.

Yo, por lo visto, en otra vida tuve que ser muy mala, porque me duele la cabeza ya varios días y no se va el dolor, el muy cabr*n. Y cuando una no está bien, no está para fandangos ni fiestas, por lo que suelo estar más callada de lo normal, muy a pesar de las que me rodean que, por lo visto, no se tienen que aburrir mucho conmigo. El dolor -qué diver lo que cuento, ¿no?- no es lo suficientemente fuerte para que necesite dosis altas de sueño, o tal vez sí, pero vamos, que lo aguanto. Mal, pero lo aguanto. Pero mu mal.

Bueno, pues resulta que en el trabajo, con el frío que hacía esta mañana, una ha aparecido con un pin un tanto extraño colgado de la espalda y asomándose por debajo de su chaqueta. Cuatro palmos de pin, para ser exactos. Con dos corchetes en vez de un imperdible o un pincho con cierre, que sería lo más normal en estos casos. Vamos, como que en vez de un pin era un sujetador que la moza llevaba colgando de la espalda. Nadie se ha dado cuenta, pero yo sí, y eso que no estaba muy al tanto de lo que hablaban. Me he acercado sigilosamente y... claro, le he dicho lo que se le veía. Ella, muy disimuladamente, tras darme las gracias, se ha intentado remeter el sujetador por la chaqueta... pero se caía... Ha comprobado que no podía desenganchárselo del jersey... así que ha optado por meter el colgajo por dentro del pantalón. En resumidas cuentas, en un visto y no visto, se ha metido en un servicio en donde se ha deshecho de la prueba del delito y la ha escondido en el bolso.
-¿Nunca te ha pasado esto?- me ha preguntado.
-Pos no -qué simpática que soy a veces contestando monosílabos.
-Pues a mí tampoco.

Hombre, yo he visto a gente que ha visitado un servicio -público, ¿eh?- y se ha llevado en la suela del zapato un trozo de papel higiénico de cuatro palmos también y tampoco se ha dado cuenta. Sin ir más lejos, a mí me ha pasado... ¿y a quién no?

Pero ese peazo pin nunca lo había visto. Menos mal que sé que no se estila. Pero como alguien lea esto y le entren ideas...

Es viernes. Voy a dormir un rato a ver si vuelvo a ser persona, porque lo que ha pasado tiene para muchos chistes y ahora mismo no se me ocurre ninguno.

Lo dicho: que no estoy para fandangos precisamente. A ver si se me pasa ya...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja! Yo una vez fui al insti con un delantal colgando del pantalón... pa cagarse! Qué vergüenza!
La explicación: pues mejor me la ahorro porque tiene tela!
Yo decía mientras caminaba a clase: Qué mirarán los coches? Y cuando llegué mi compi de mesa disipó todas mis dudas.
Un beso!!!!!