29.12.07

Vamos, que nos vamos (full version)

Desde luego, este año acaba bastante bien. No puedo quejarme más de que el trabajo es una mierda, pero ahí seguimos en eso otro de lo que os hablé. Sigo. Y cuando digo que sigo, es que aún me incluyen en la lista dorada. Yo digo que estoy en cuartos de final. Y sigo pensando que no me van a coger, pero también pienso ¿y por qué no? Con lo que yo valgo -uh, con lo que yo valgo-, puede ser que el azar me depare mejor fortuna en cuestiones laborales este año. Bueno, no, el que viene, porque mira que a este ya le queda poco... Además, de algunas oposiciones que aprobé han abierto las bolsas de interinos, y habrá que meter cabeza. Otra cabeza. Ya he perdido la cuenta de las veces que la he metido. La cabeza, digo. En las bolsas, me refiero... ¡Qué mal pensados sois!

Y hay otras bolsas que llevan mi nombre que, a lo mejor, puede ser que pirulen antes de lo que yo me espero. Como que soy de las primeras je je je.

También tengo que agradecer a este año que los dolores de cabeza se hayan distribuido mejor que otras veces. Ya sólo me ataca en ocasiones críticas y puntuales -cosas de chicas, vamos-, pero cuando duele, aprieta de narices. Eso si: de momento -y digo de momento- no me he resfriado, cosa rara, porque yo empalmo resfriado con gripazo y luego con otro resfriado. Será cosas del ajo, y de esas tostadas que me hago de vez en cuando con ajo y aceite. No, si al final va a ser verdad lo de esas propiedades curativas y preventivas...

Dicen que los dioses no pueden ver felices a los mortales. No es que sea especialmente feliz, sino que estoy tranquilita, muy tranquilita. Hasta me permito el lujo de aburrirme y dedicarme a la lectura de cosas raras y extrañas, al ensayo y error con otras -mi técnico es el que me llama para preguntarme si necesito instalarme algo-, así como de intentar -pero no lo consigo- seguir aprendiendo inglés por mi cuenta. Me entra una pereza... Creo que los dioses, por este año, han preferido mirar hacia otra parte.

Que sigan, que sigan.

Total, este año, ya está pulío.

28.12.07

Del Tomate también se aprende.

Conversación que he escuchado en la tele:

-¿De quién es esta foto?
-De Inés Lastre.
-No es Inés Lastre... es Inés Sastre... ¡Pero es que es Esther Cañadas!

Ni idea de quién y cuándo de esta lindeza, pero hay que ver lo que me he reído...

23.12.07

La millonetis.

Me ha tocado la lotería.

87.459.689 millones de euros, creo, es que no lo he contado bien y sigo con la duda. Vamos, lo que llevaba jugado...

He recuperado gastos. He llenado la piscina de mi habitación con billetes de 500 euros, y mañana mismo me marcho de viaje a dar la vuelta al mundo sin equipaje. Tengo tanto dinero, que ya me compraré lo que necesite por donde esté. Estrenaré bragas cada día. Estrenaré coche cada día. Estrenaré casa cada día. Me dedicaré a dar conferencias sobre el azar y lo duro que se hace ser rico de la noche a la mañana. Me querrán por mi dinero, pero no me abandonará ni uno. Algo es algo.

Me darán premios los de la aldea como "Personaje más influyente" y chorradas de ésas. Podré bañarme en silicona, inyectármela, bebérmela en cantidades industriales. Hasta puede que haga una fundación a mi nombre y me dedique a causas tan altruistas como el fomento del uso del botijo. Mi nombre saldrá en las listas Forbes, más arriba de Bilgueits y Florentino Pérez querrá que le apadrine yo.

Será por dinero...

...

...

...Vale, es mentira. Sigo siendo la misma (...esto lo canta Tamara... la mala, digo), y encima me toca levantarme a las siete para ir al club de golf... Vale, no: para ir a trabajar.

Tengo que dormir rápido...

...pero eso de que yo apadrinara a Florentino Pérez... tendría su puntito de ironía...

22.12.07

Feliz Navidad.



Por si se me olvida, no me da tiempo o esos imprevistos (ya sabéis... trabajo el fin de semana, tengo la comida con la empresa, la familia está al completo, además de otros familiares externos que se han apuntado al festejo...), que tengáis una muy Feliz Navidad.

21.12.07

Una semana en imágenes.


Decidme si esta portada os recuerda a algo... Cuando la ví, pensé que era un plagio ---> descarado... Y no me vale que sea de 1978. ¡Copión! ;D








Hoy es un día de comidas y de cenas de empresa. La Generalitat Valenciana ha hecho una campaña para que la gente no beba más de la cuenta, y haga y diga cosas públicamente de las que luego se arrepienta. No seas el borracho, vamos. Pero tampoco el pelota, añadiría yo. Todo lo demás -dentro de un límite, claro-, creo que está permitido (yo, como la comida la tengo mañana, estaré fuera del plazo de la campaña y podré hacer y decir lo que quiera) :P


Para el que guste de pedirle cositas a Papá Noël, que sepa que no todo el mundo comprende lo que significa, y mucho menos quién es y qué puede hacer...

...Esto, y los niños que llevan en volandas las multitudes para que toquen los pies de las vírgenes en algunas procesiones, debería estar prohibido. Qué lastimica, po dió, todos acaban llorando.



Que tengáis un feliz viernes.

20.12.07

Para Navidad... un clásico.

Llegan las Navidades y vuelve lo de siempre: el gordo de la lotería, el turrón, los belenes, películas como "¡Qué bello es vivir!", cenas familiares, la gente que no te habla durante el resto del año te quiere más que a su vida...

Y cómo no, este audio...



Aplicable a los Reyes Magos, of course!

19.12.07

Cuidadín con tantas felicitaciones (versión del director)

Esta noche me he encontrado con una felicitación de Navidad en el correo electrónico, enviada a las 22:24 de la noche, que no esperaba. Y me refiero a que esperas recibir alguna felicitación de gente que conoces, de familiares, de gente de la que ya no te acuerdas, de gente que trabajó contigo, de gente que trabaja contigo, de gente de la cual pensabas que se habían olvidado de que existías... pero jamás esperas recibir una felicitación de alguien, a quien no tengo el placer de haber sido presentada, teniendo en cuenta de que no conozco a nadie -repito: nadie- que se llame como el remitente de la tarjeta felicitadora que iba a mí como única destinataria.

Una, que a veces lee cosas de ingeniería social -hay que ver hasta dónde llega mi interés-, se encuentra con que estas tarjetas, por ejemplo, se utilizan para robar cuentas de correo pensando en nuestra buena fe, en nuestras ganas de ser felicitados o en nuestra curiosidad. Porque estas tarjetas tienen un enlace en el que, si tienes un mínimo aprecio por tu correo, no tienes que clicar, porque aparecerá una página idéntica a la de tu correo, como que te has salido. Te piden, cómo no, volver a poner tu cuenta y la contraseña... y ni se te ocurra poner nada porque ya la habrás cagado. Del todo. Te quedas sin cuenta y te pueden meter en un buen lío.

¿Y por qué a mí? Pienso. ¿Quién quiere mi cuenta? ¿Qué hay en ella de interesante para que quieran birlármela? ¿Tan importante me creen? Je je... Y más teniendo en cuenta que mi cuenta (valga la redundancia) es algo tan simple como mi nombre y mi apellido, y no creo que en el mundo hayan muchas que se llamen así, y puesto de cierta manera para diferenciar de otras posibles Eufrasias Glamoures. Lo que está claro es que si se recibe esa tarjeta es porque hay alguien interesado en tu cuenta. Ha sido intencionado, vamos. Alguien que sabe mi correo y quiere saber qué hay en él... y al que luego enviarían mi contraseña para que haga y deshaga a su gusto.

El que sabe birlar las cuentas, no cae en estas chorradas. Y las que tenemos que aprender sobre la marcha, desconfiamos hasta de nuestro padre. Así que he cambiado todo: contraseña, correo alternativo -que era una cuenta que cancelé, por cierto- y un largo etecé. Si mi ordenador está poseído, de poco servirá, pero si no lo está y quieren hackear esa cuenta... por lo menos, que se jodan y que se lo curren, que no lo he puesto nada fácil. Además, llevo un tiempo con la mosca detrás de la oreja, no sé porqué, pero ahora que me pase esto...

Y otra cosa: ¿quién puede haber sido? No he dado esa cuenta a nadie más que a los míos, es la de los asuntos serios -tengo otras cuatro más, cada una de un padre, pero para otros menesteres, una para amigotas, otra para cositas serias pero más informales, otras dos anónimas-. ¿Ahora qué hago? ¿Desconfiar de mis contactos?

Sea quien sea, lo tengo claro: hoy en día se pueden denunciar los robos de cuentas. E incluso está tipificado como delito. Que yo no me corto ya. No será la primera vez que denuncie algo que me ha llegado por correo electrónico. Es más: es MI cuenta. Son MIS correos. Son MIS correspondencias. Y está protegido por ley.

Desde luego, qué poco trabajo tiene la gente y cuántas ganas de fastidiar a los demás. Me van a tocar a mí un poco el algoritmo neperiano...

Abrigáos...

17.12.07

Qué pequeños somos.

Cuando llega el invierno, todos somos más bajos. Y más delgados. Y más inquietos.

La prueba de tal afirmación está en vosotros mismos. Cuando hace frío, se hunde la cabeza entre los hombros, por muy abrigado que vayas al salir de casa, y tus músculos se encogen hasta solidificarse con tus huesos. Tus brazos se incrustan entre tus costillas, y las manos se calcifican en tus bolsillos. Además, no puedes dejar de mover los pies, so pena de que se te queden azules en cuanto estés un par de minutos quieto. Y no vas a los sitios paseando para disfrutar del paisaje: si vas, vas echando leches, para llegar cuanto antes, entrar cuanto antes al tren, autobús o lo que sea. Qué leches: es invierno ya -por mucho que aún no haya llegado la fatídica fecha de la inauguración de esa estación-, y todos somos más bajos, más delgados, y somos puro nervio gracias a la bajada de temperaturas. Que siiiiii, que más frío hace en Burgos, pero estar a uno bajo cero por aquí, ya es hacer frío. Mucho frío.

...Y qué trabajo cuesta sacar un pie de la cama al levantarte...

Rectifico: en invierno, además de más bajos, más delgados y más inquietos, también somos más perezosos.

Y la pereza es un pecado capital. Como el de la lujuria (ver post anterior). Mortales de necesidad.

Qué pecadores somos... pero qué frío hace, coñi.

Buenas noches a todos. Y abrigáos.

13.12.07

Padre, confieso que he pecado.

No se puede. No se puede repicar y estar en misa. No se puede. No se debe. Pero a los mortales pecadores que nos iremos al infien-no con los pecados más veniales nos lo están poniendo difícil. Muy difícil. Es que tiene narices. Y mirad que yo fui fiel feligresa hasta que me cansé de los rollos que por ahí veía, y miro ahora la religión con la decepción del que creyó y dejó de creer.

Ahora soy más terrenal. Vamos, que observo el mundo que me rodea y si algo me interesa, lo miro mucho. Mucho. Soy así de superficial. Calendarios de bomberos, por ejemplo. Podría preocuparme en comprarme uno alguna vez... Uf, uf... qué calores... Pero tampoco me gustan tanto como para ir adrede a pillarlo. Total, si por inten-né se puede ver gratis je je...

Y por culpa de inten-né corro el riesgo de pecar mucho con uno de los pecados más graves: uno Capital. En concreto, con el de la lujuria. Si es que me lo ponen muy difícil, hombre, que soy mu güenecica y me estropean cuando veo -o me enseñan- esas cosas... Estoy por aparcar un tiempecito al Beckham y dedicarme a ver el nuevo calendario del Vaticano, en donde aparecen dioses hechos hombres. Cachis... que porque haya dejado de creer no significa de que no intente mentalizarme de que son curas, son curas, son curas, caca, caca, eso no se piensa...

Pero... snif... qué complicado me lo están poniendo...

¿Me confesaría alguno de ellos?

PORQUE HE PECADO. Y mucho. He tenido un pensamiento mu malo -bueno para mí, claro, pero que ni mata ni cura- (¡Arrrrrrrgh! ¡He vuelto a decir CURA!)

12.12.07

Animales y costumbres.

Dicen que los hombres (y las mujeres) somos los únicos animales que tropezamos dos veces con la misma piedra. Se ve que nos tenemos que querer muy poco, o darle escasa importancia a nuestra propia integridad por la de veces -algunas, muchas más de dos- con las que nos topamos con la misma piedrecica y volvemos a estamparnos contra ella, a veces, hasta modificando la pose. De cabeza, de dientes, de culo... Por ello, también se puede decir que somos animales de costumbres, por aquello de que, teniendo una monotonía adherida ya a nuestro carácter, para qué cambiarla... No nos hará más felices, no nos hará más altos, ni más guapos, pero ahí está. Enredándose con el adn, hurgando en los cromosomas. Es como el fumar: lo difícil es dejarlo.

Estas costumbres suelen ser bastante inocentes, no perjudican a nadie, pero pueden molestar. O no. Lo cierto es que ese animal de costumbres que es el hombre ha creado un algoritmo en el que sus funciones siempre están condicionadas por factores externos que hacen que, si está ocupado en otros menesteres, deje la piedrecita de marras, pero que si no tiene nada mejor que hacer en su vida, vuelva a su costumbre de intentar chocarse, hacer rodar o admirar la roca, de tamaño tan cambiante como las ganas de chocarse con ella.

Ninguno de nosotros llevamos una pegatina en la frente que nos diga cuál es nuestra piedra, pero por la costumbre acabas sabiendo cuál es la de cada uno. Sé que no conozco a las personas, que nunca conoceré lo suficiente a la gente para saber por dónde saldrán, pero sí que sé que el hombre es un animal de costumbres. Y las costumbres no cambian. El que adquiere un hábito lo tiene para siempre. Pero, por casualidades de la vida, si que llego a ver cosas que la mayoría de gente no ve. A lo mejor ahí está gran parte de mi fracaso con cierta gente. Que veo. Que pienso. Y, lo que menos gusta, que sé.

Y ahora que sé, que he visto, que he comprobado porqué ciertos humanos tropiezan dos, tres, y las veces que hagan falta con la misma piedra, me pregunto qué quieren conseguir con ello. Porque al final no es tan hilarante ver que alguien se tira con la piedra atada a los pies de nuevo, como sabiendo que esa persona no sabe que está siendo observada. Que lo mismo lo sabe, o le da igual, pero creo que no lo sabe.

Que lo sepa o no, mi única duda está en porqué chocarse de nuevo con la piedra de las narices en vez de rodearla y seguir camino. O hacerla rodar. Una piedra es una piedra, da igual el tamaño.

O lo mismo es que le gusta chocar con la piedra. Costumbres que se cogen y cuesta dejarlas.

Y como dice la canción de los Gipsy Kings, si no la quieres, déjala vivir en paz.

11.12.07

Queridos Reyes Magos...

Este año no voy a pedirle nada a los Reyes. No es que me pase a Papá Noël, sino que dejaré que la monarquía regale a su gusto y a su libre albedrío. No tengo necesidad de nada -de momento-, estoy bien servida de todo -conformista o afortunada, según se mire- y, visto lo visto en anteriores ocasiones, para dejarme con un palmo de narices, prefiero sorprenderme -o no- con regalos que no espero, que no he pedido y, en caso de que no me gusten, puedo guardarlos en el fondo del armario hasta que se mimeticen con el hábitat allí creado, o me dé por venderlos en Ebay.

Eso de no saber qué se quiere, ya es malo. O es bueno. Tengo mi mesa de ordenador, tengo mi peazo sillón de piel reclinable y mi pc nuevo que zumba de la leche. Tengo mi cámara de fotos de toda la vida -que suena rac-rac cada vez que quiero hacer una foto nueva- que no saco ya por vergüenza -algún día me envidiarán por poseer tal reliquia- y mi cámara digital para hacer fotos y colgarlas en el blog. Tengo mi mp3 que me hace un apaño impresionante -qué era de mi vida sin él- y que lleno de cosas tan variadas como el "Nessum Dorna" de Pavarotti, "Tu peor error" de la Quinta Estación o el "Too many broken hearts" de Jason Donovan. Tengo mi Manolo, de color rosa, que hace fotos estupendas y que funciona tan bien como el otro teléfono -aunque este hace más cosas, hay que añadir-.

Tengo salud -llevo la leche sin resfriarme-, tengo a toda la familia bien, tengo trabajo -de mierda, de sobra, pero trabajo es- y tengo una escasa vida social, pero algo queda, si no me han olvidado ya. Tengo mis libros, algunos aún sin empezar.

Y tengo un blog que pronto cumplirá tres años.

Estoy completamente servida. Tengo de todo. A lo mejor sólo necesitaría algo de tiempo libre para mí, o para dormir, pero creo que sobreviviré sin ello por una temporada.

Queridos Reyes Magos... este año no mando carta. Os lo estoy poniendo difícil, lo sé. Es mi pequeña venganza.

¡¡¡¡Whahahahaha...!!!!! (cómo se nota que mañana tengo libre, después de dos semanas sin un sólo día de descanso...

5.12.07

...Y otro.

Una de las cosas que más me aburren son las personas que quieren criticar todo cuanto digo o hago. Me aburren hasta el bostezo. No sabía yo que fuera tan importante para ellas, hasta el punto de estar al quite de mis palabras, de no tolerar nada de cuanto diga o haga, y hasta querer hacerlo de manera retroactiva. Oscar Wilde -para el que no lo sepa, lo recuerdo-, dice que es mejor que hablen bien o mal de nosotros, pero que hablen. Las personas que no nos importan son ignoradas por completo, al igual que somos ignorados por las personas que no tienen ninguna clase de interés en nosotros.

La vida es asín de cruda.

Y como me aburren estas personas que no dejan un comentario decente o una crítica constructiva, que dejan bien claro con sus palabras qué piensan de mí, a partir de ahora voy a ignorarlas. Por completo y para siempre.

Porque ellos no me van a decir de qué puedo hablar o no. Pero -qué cosas- me hacen sentirme importante para que malgasten su tiempo dejándome su intolerancia escrita en los comentarios, e incluso criticar de forma anónima posts que llevan muchísimo tiempo ya escritos.

Puedes ignorarme, que yo me dejo :D

1.12.07

Con un pie en la tumba.

Esta mañana estaba malísima. Malísima significa -esta vez- que tenía una entrevista de trabajo y no podía ir a trabajar, pero como que pasaba de decirlo -este año están en plan campo de concentración, oyes, que ni dejan tararear a solas-, me he puesto malísima de morirme. Teóricamente, mi cuerpo agonizaba en la cama, entre estertores y convulsiones. Prácticamente, estaba por esos mundos de dios, en un tren, para ir a la entrevista. Pero ya sabéis que yo llevo la negra en cuestiones laborales...

El puesto es bastante importante y yo he sido la primera sorprendida en que me llamaran. Para nada esperaba que me escogieran entre cienes y cienes de candidatos . No es sólo el buen puesto, claro. El sueldo es... ays... quién lo pillara... que las penas con pan, son menos penas... El horario... son tus ocho horitas, pero... qué bien puestas... Pero vamos, que ni de coña me pasan a la siguiente selección.

La entrevista ha ido bien. Era un primer contacto para que me vieran, para que me vieran hablar, expresarme y respirar. El seleccionador, un tío enrollado, me ha explicado que ahora se hacía una criba para pasar a los seleccionados a la siguiente ronda eliminatoria -como si yo no lo supiera-, pero... que poco a poco. O sea, que esta selección va a durar más que el cásting de Gran Hermano, pero este no lo televisan.

Así que me he vuelto a casa hipercontenta -que simplemente me llamaran para la entrevista ha sido para mí un odgullo y una satidsfadcion-, pero como no me van a seleccionar...

Y por la tarde he vuelto al trabajo. Como no me da el sol y me he quitado el maquillaje, tengo una cara terrorífica al natural, por lo que se han tragado que estaba malita. Luego he seguido el cuento, mientras trabajaba hacía como que me dolía el estómago, de manera tan sutil como efectiva. Lo bueno de ser buena trabajadora es que no tienes que demostrar que lo eres, y ante una mentirijilla así no hay que dar más explicaciones. Además, ya me conocen y cuando me han vuelto a llamar este año -pero a jornada completa-, será que les he gustado. Otra cosa hubiera pasado si les hubiera dicho que era para una entrevista de trabajo... A la hora de salir me he despedido hasta mañana -bueno, que ya es hoy-, pero yo quería salir un ratillo.

Y he salido, y me he recogido, y en vez de estar durmiendo ya -mañana... no, hoy, hoy entro a las ocho- habedme aquí escribiendo el post.

Estoy contenta aunque no me llamen de nuevo. Estoy MUY contenta.

Noviembre ha terminado de manera sensacional.

Ps: Ya veremos lo que me dura la contentura, que los dioses del olimpo no pueden ver felices a los mortales.