12.11.07

Con dos borbones.

Franco tuvo que ser un dictador mu malo. Tan malo, que hoy en día aún tiene gente que le odia. Le odian hasta los que no lo conocieron e, incluso, los que tampoco vivieron su época. El odio que la gente suele tener por los dictadores es proporcional a cómo les fue la vida cuando él estaba en el poder. Pero como el miedo guarda la viña, cuando estaba vivo, todas las plazas mayores de España se llamaban del Generalísimo, así como siempre -y sin excepción-, había una calle dedicada a José Antonio. Ahora, con la Ley de Memoria Histórica, todo cuanto haga referencia a estos personajes tiene que ser eliminado. Me pregunto si la Seguridad Social y los pantanos, entre otras cosas, también tienen que ser desmantelados. Qué miedo.

El odio que la peña le dedica al caudillo se asemeja al que le otorgan al Rey. Me parece hilarante ver cómo la gente se dedica a quemar fotos del Rey, a protestar por su papel en la actualidad, y en cambio se quedan de brazos cruzados cuando, con los gobernantes que sí han sido elegidos democráticamente, vemos cómo los sueldos son, simplemente, una mierda. O que la inseguridad ciudadana está peor que nunca. O lo triste que es que sea más caro un litro de leche que de gasolina. O de cómo se ponen sueldos vitalicios los políticos sin dar ni chapa. Pero no, hay que quemar fotos del Rey, porque es muy fácil desafiar al sistema, en plan qué malo que soy, mirad lo que hago, jujuju, mira mamá, mira lo que hago.

El Rey, aunque fue designado como tal por el generalísimo, tenemos que reconocer que tuvo un papel estelar en la transición. No es fácil salir de una dictadura sin que haya violencia y, aunque aquí hubo un intento frustrado de golpe de estado, la cosa no salió bien. La gente quiere libertad, lo que pasa es que no sabe usarla. La libertad es permisividad, tolerancia y respetar unas normas básicas de convivencia. Pero la gente no quiere la libertad para todos, sino sólo para ellos, por lo que los demás acaban pensando lo mismo y esto se convierte en un pez que se muerde la cola. El que no es del Psoe, es facha. El que no es del PP, es sociata. Está claro que sociata es una palabra despectiva, pero me apuesto mis dientes nuevos a que nadie que usa la palabra facha tan alegremente sabe lo que significa. Una cosa es un fascista, otra es otra persona prepotente, y otra completamente distinta es alguien que no piense como tú. No es lo mismo, pero como todo el mundo la dice, hay que usarla, para que quede constancia de lo listos que somos y de lo progres que hemos salido. Mu listos, mu progres, pero nadie ha leído en el diccionario lo que es un fascista.

Un fascista es por ejemplo, una persona que acaba en el poder y no lo suelta por nada en el mundo. ¿Que hay que amañar las elecciones? Pues se amañan si es preciso. ¿Que hay que sacar a la policía o al ejército para reprimir una manifestación en mi contra? Pues a repartir tiros y que aprendan. ¿Esta cadena de televisión habla mal de mí? Pues la cierro. ¿Que tengo opositores? A la cárcel, por lo menos y, si se ponen borricos, los callamos para siempre, que mi partido es el único que tiene que haber -qué habría sido de este país si no llega a ser por mí-. Un fascista se alía con otros que hacen lo mismo que él, para sentirse más importantes, y jamás van solos: como ocurre con la mala gente y los pandilleros, uno solo es un cagao de mierda. De ahí que necesite respaldo. Y público. Como un fascista cree que el poder divino le ha recaído a él, mientras se llena los bolsillos de dinero del estado, el pueblo pasa calamidades, y él se dedica a marear a los demás países. Estas personalidades fascistas -hay tantas...- tienen una necesidad de atención por parte de los demás que raya lo enfermizo. Se ve que están faltos de cariño, o de vitamina B12 -la de la carne-, porque anda que que no les gusta joder, pero a los demás. Pero eso no es todo: además tienen una especie de paranoia como que todo el mundo quiere terminar con él. Siempre van culpando a otros, montando historietas en la que ellos salen como víctimas, pero acaban buscando refugio en los brazos de otros que, aunque no sean como él, intentan asimilar algo de su fachada de líder que tiene. Y he dicho fachada.

Lo que pasa es que, cuando odias algo, no ves más allá. La gente odia a Franco pero, simplemente por no ser monárquicos, tras el incidente en la Cumbre de Iberomérica, aplauden a Chávez, ese niño grande. Partiendo de que Zapatero estaba hablando y Chaves no hacía más que interrumpirlo con cosas que no venían a cuento, hay que decir que Chávez es un maleducado, norma básica de una conversación: jamás interrumpas cuando alguien está hablando. Segundo, que a qué santo estaba saliendo su tema a relucir. Aznar, Aznar, Aznar... ya estamos con que la abuela fuma. Ahora resulta que Aznar -que no es fascista, que hay que explicarlo- es el que tiene la culpa de todos los problemas de Chávez, que sí lo es. El Rey no hizo más que hartarse ante la desfachatez de Chávez. Si le mandó callar fue porque lo de Chávez es para hacérselo mirar. Que Evo Morales y Diego Ortega le bailen el agua, no significa que los demás le tengan que hacer sitio cuando él quiera pasar. Y entonces, en un alarde de valentía, viendo que tenía una oportunidad para ser protagonista, el presidente de Nicaragua habla: ¡qué malas son las empresas españolas!... Y el Rey, hasta los borbones, abandonó la sala, ante la cara de póker que se le quedaron a nuestros representantes que, para mi pobre entender, tenían que haberse ido tras él. Lo de estos presidentes sudamericanos es de chiste: Si una empresa extranjera construye en tu país es porque le has dado permiso. Y claro, ahora que ya tienes las infraestructuras hechas, es cuando te molestan y quieres que se vayan, pero que dejen todo montadito para seguir disfrutando de sus servicios. No son listos ni ná. Pero ellos, que tienen petróleo y otros productos que venden a precio de oro al extranjero, no lo reparten con justicia con los suyos. No, si es que los españoles hemos sido desde la conquista tan malos que, incluso fuera de sus países, no les hemos dejado prosperar.

Si Franco fue un dictador y Chávez gana siempre las elecciones con un 63% -qué puntería-, entre otras lindezas que todos conocemos, no entiendo a la gente que recrimina la actitud del Rey y aplaude la del venezolano que haría sonrojar de vergüenza a Bolívar. Aunque yo no me lleve bien con alguien de mi familia, no iba a tolerar que un extraño la insulte. Y el que permita una cosa así, es que no tiene sangre en las venas. El Rey hizo lo que yo hubiera hecho, bien por él. Pero que Zapatero tuviera que hacer como que reaccionaba tras el incidente, me parece lamentable. Está claro que quiso arreglar un poco la cosa, más con España que con él, pero a Chávez le pasa lo mismo que a los niños enrabietados, se creen que tiene razón y que se tiene que salir con la suya. Pero a toro pasado, ahora que ha dicho lo de torero. Si, de vaquillas de cartón. Porque es muy fácil hablar por atrás para argumentar sus reacciones cuando no tienes a la otra persona delante. Populismo, se llama. Me río yo de ese populismo. Pero él no es fascista, qué va. Ya veremos por cuánto vuelve a ganar las elecciones -con las que medio país protesta cada vez- y cómo sale. Si sale.

Aznar dijo que no volvería a presentarse a las elecciones, terminó su mandato y el pueblo soberano eligió que su partido no nos representara, por los motivos que fuera. Un fascista no se va del poder ni con aceite hirviendo, pero eso la gente no lo quiere ver, porque queda como muy in decir fascista y facha. Y ya es mala la ignoracia de la gente, cuando hay que explicarlo todo, y hay que explicar dónde se puede encontrar el significado de la palabrita.

El Rey, aunque sin diplomacia ninguna, ha demostrado que dar un manotazo en la mesa es más efectivo que estar escuchando el cacareo de un venezolano que está fastidiando a su país, al nuestro, a todos. Los que salimos de una dictadura sabemos lo que es una cosa y otra. Los que la viven, pueden tener el síndrome de Estocolmo. Pero cuando todo el mundo deja solo a un mandatario, será por algo. Y por eso se alía con otros con la L de novato pegada a la espalda, o con otros que tenían que haber desaparecido hacía mucho tiempo.

Bravo, Majestad. Ha hecho bien en no permitir que nadie hable mal de ningún español, que fue elegido por el pueblo soberano y nadie se quejó por el resultado de las elecciones. Y el mismo pueblo soberano cambió de partido para que nos representara y tampoco nadie dijo que las elecciones habían sido amañadas. Por defender unas empresas que han construido unas infraestructuras en donde no existían con la permisividad y complacencia de unos países que piensan que ya no necesitan más que las instalaciones.

Bravo, Majestad. Bravo. Hasta el cargo de Rey fue aprobado por los partidos políticos y reflejada en una Constitución, la nuestra. Y, al que no le guste ni el Rey ni la Constitución, que se vayan a quemar fotos de Chávez a Venezuela, si tienen narices. Veréis allí cómo se trata a la gente disidente.

Es lunes, noviembre, y hace frío. Bah, nos abrigaremos un poco más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo majestad!
Por que no vas y te metes debajo de su culo??

Creo que sin diplomacia yo tambien te he dicho a ti lo que te mereces.

ileniaz dijo...

Plas, plas, plas, plas (lease como aplauso) Si, señor, si señor!! Alguien que por fin dice las cosas como son y no como parecen o deberian parecer o pq lo dicen los demas!!

Olvidate del comentario de anonimo...

Satrústegui dijo...

Chávez: 2, por maleducado y repetido (ya le vale, tema viejo).
Zapatero: 6, defendiendo como es su deber, aunque de dientes pa'fuera
El Rey: 4, por salirse de sus casillas... y es que alguien tan en sus cabales como él no debería dejarse llevar por pasiones
Aznar: 0, el señor Chávez tiene razón. Reconocer el gobierno del golpe de estado no es muy democrático que digamos. Hace falta desconfiar de cualquier cosa que Bush piense (y este de demócrata tiene poco).

Humildemente y desde el respeto.