Con un papel, con un simple papel, puedes hacer maravillas. Puedes escribir obras literarias por las que te concedan luego un Nóbel, el premio Planeta o pases a engrosar la lista de los cien libros que todo el mundo debería leer.
En un papel, un simple trozo de celulosa, blanqueada o reciclada, puedes estampar tu firma en el contrato de tu vida, recibir tu diploma universitario o saber que de aquí hasta el 2045 vas a estar casado/a con el banco.
Con un papel puedes hacer muchas cosas. Hasta papiroflexia.
Eh, eso no vale. Te dejo otro intento:
...Eso está mejor.
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