25.8.07

Agosto y llueve.

Este agosto no es de los peores que he vivido, climáticamente hablando.

Hace unos añitos, nos fuimos a un pueblo de la costa de fiesta. Era agosto, principios para más señas, y hacía una calufa que te-ca-ga-bas-vi-va. Pues iba yo de lo más mona hacia el coche del conductor cuando -fshhhhh- empieza a llover de mala manera haciendo que, antes de llegar al coche -que estaba en la acera de enfrente-, ya estuviéramos todos chorreandico. Una pena. Cuando subimos al coche, y antes de que arrancara, ya había escampado. Cachislá, dijimos. Ya podía haber llovido un minuto después. Pero era verano, hacía calor, y pronto las humedades de nuestros harapos quedaron en el olvido.

Íbamos por la carretera cuando ¡hala!, otra vez a llover. Tuvimos que parar en el arcén. Bueno, nosotros, y todos los conductores, porque era imposible ver nada de la que estaba cayendo. Estuvimos así todo el camino, de via crucis: un ratito en marcha, y una paradita porque llovía demasiado para seguir. No sé cómo no nos cansamos y volvimos a casa. Bueno, si que lo sé: era un sábado de agosto, y queríamos fiestaaaaaaa.

Al fin llegamos a nuestro destino. Había llovido también. Pero había llovido de tal manera, que los bomberos estaban achicando el agua de los pubs, que están en una especie de subsuelo. Íbamos flipaos. En cosa de cinco minutillos, llegó una cosa que se llama galerna (creo), que es un descenso brutal de las temperaturas en poco tiempo. Dejó de ser una noche de tirantes para cambiar tu reino por un abrigo, por lo menos. Nos tomamos una copilla en algún bareto de suelo seco, para entrar en calor, porque íbamos cagaítos, y nos metimos en una discoteca con ganas de fiestaaaaa.

Pero se fue la luz. Toda la discoteca llena de peña, y tuvieron que encender unos generadores de emergencia, al tiempo que decían por los altavoces "Somos los únicos que tenemos luz en el pueblo", ante el jolgorio de los allí presentes. La luz se fue unas tres veces más, pero apenas se notó. Fuera llovía, y tampoco nos apetecía haber pagado una entrada para ver llover desde la puerta.

Ya era el alba cuando decidimos irnos a desayunar por ahí. Cuando salimos a la calle, nos llevamos la sorpresa: el párking era un inmenso lago. La mitad de los coches estaban inundados. Algunas personas intentaban arrancar el coche sin éxito. Desde luego, había llovido. Pero con ganas, y nosotros sin enterarnos (si no te asomabas, no veías si llovía o qué, pero no vas a la disco para ver llover). Así que nos arremangamos las faldas y los pantalones, y decidimos estropearnos los zapatos caminando con el agua hasta las rodillas, rumbo a un coche que no sabíamos si seguiría donde lo dejamos o qué. El coche estaba. El conductor -llamadlo suerte- lo había dejado en una calle que tenía una ligera subidilla, cosa que evitó que el agua llegara a entrar dentro del motor. Le dejamos el suelo y las alfombrillas hechos una pena, pero no nos apetecía volver a casa con los pies fuera de la ventanilla.

El regreso a casa fue una odisea. Tuvimos que tomar otro camino para salir, porque medio pueblo estaba inundado, y no era cosa de tentar a la suerte.

Al llegar a casa, me zambullí en la cama. Pasamos de desayunar, porque ya había amanecido, y con los pies congelados, y con el mal tiempo que hacía, el cuerpo te pide dormir calentita en vez de un cafelito.

Moraleja: Yo tengo un grave problema con el agua. Me sigue.

Al lunes siguiente, llegamos a los cuarenta grados y estuvo tres meses sin llover.

Ps: Tras unos días de asueto en mi pueblo natal, retomo a mi labor no remunerada en el blog. Y, si la suerte me acompaña, lo mismo la semana que viene me darán la noticia de que tengo labor remunerada en una empresa mu grande. Os mantendré informados, claro.

PS2: La entrevista ya la he hecho. Sólo queda que me digan si estoy nominada o no. Gustarles, les he gustado -tengo un ¿gran? currículum, me dijeron-. Es un buen trabajo, sólo que me tengo que desplazar un poquito hasta que me destinen a mi puesto definitivo.

Ps3: Seguro que lo de mi trabajo de este invierno les ha convencido. Estoy completamente segura. Si me cogen, será por eso. Y por que atraigo el agua. Lo sé. Lo noto. Lo huelo.

Ps4: Es que encima el puesto de trabajo tiene que ver con el agua.

4 comentarios:

LaReinaDelSur dijo...

Qué bien Eufra!!! Trabajo nuevo!!!
Felicidades!
Y si además tiene que ver con el agua y tu te llevas tan bien con ella... no habrá ningún problema! El curro es tuyo seguro!
Ya nos irás informando.

Un besote!!!

Satrústegui dijo...

Dichoso quien puede volverla a leer doña Eufrasia.

Cuidado con el agua, que con esto de los cambios climáticos a ver si en algún momento se vuelve traicionera y le da una puñalada trapera.

Suerte con lo del trabajo!

Celia dijo...

Agua: gota de vida... ¿y de trabajo en tu caso? Of course!

Maxibombón dijo...

Hola!!!!!!!!!!!!!!!
Que bién, espero que te cojan jejejej a ver si te llamo y me cuentas!!!

Un besazo