26.6.07

Bodas: esos grandes eventos.

No conozco a nadie que no se haya manchado comiendo gambas. Incluso muertas, tienen la capacidad de atacar a sus depredadores con miles de trucos. Matar, ellas no matan, pero en un momento dado te pueden hacer una gracia que te cagas. Te escupen, se resbalan, saltan de tus manos... Todo con tal de no ser comidas. Vale, incluso yo, que ostento el récord de ser la persona que menos gambas ha comido en el mundo -no me gustan demasiado- fuí obsequiada con hermoso manchurrón, cortesía de una gamba rebelde que no quiso ser ingerida por un humano que, para más inri, la decapitó con cuchillo y tenedor, le cortó las patas con cuchillo y tenedor, Y LA PELÓ CON LOS DEDOS. Coñe, que creo que se comió hasta los ojos. Pues una de ellas, accidentalmente, hizo tripe salto mortal hasta aterrizar en mi falda de seda salvaje. Pero para salvaje, yo. Como no se vaya la mancha de gamba... a éste, le saco yo los ojos. Y me los como, si es preciso.

¡Qué bonitos los helados de chocolate de los niños! Con la de cientos de metros cuadrados que hay en una sala, podrían subir un poco el aire condicionado, más que nada, porque si no, se acelera el proceso de derretimiento global de los helados de los niños, con el consiguiente riesgo de ser derribados de la mesa, hasta caer al suelo, ser pisado por un niño que, al subirse a la silla... ¡zas! patada a tu falda de seda salvaje, que, más que salvaje, ya está loca de ira.

La barra libre: lugar en donde mancharse es lo más fácil del mundo. Yo no bebí alcohol, pero olía a taberna porque media sala me salpicó la falda de seda salvaje con todo tipo de mejunjes.

Solución: decir que tu falda es estampada. Por lo menos, eso parecía.

Esta tarde, le he llevado la falda a la tintorera y le ha dado un ataque de risa. Andevasssssssssss con esooooooooooo... Pues mira... Total, que por un módico precio (yo pensaba que era más caro) dice que en una semana la tiene limpia, o por lo menos eso intentará.

Así que hay dos soluciones: una, dejar a ir a las bodas. O dos, dejar de comprar cosas de seda salvaje. Porque la seda, por muy salvaje que sea, siempre acaba muy mal parada.

Estamos terminando junio. He suspendido mi segundo examen de oposición -nohaydolornohaydolor-, estoy en proceso en una oferta en la que me apunté de puritita coña -no cumplo ni uno de los requisitos :P, es para joder-, y está a punto de terminar mi serie preferida del momento: Heroes.

Y como las mentes ociosas se dedican a asuntos sin sustancia, estoy pensando en irme como el año pasado a hacer una visitilla a algún sitio, a lo Sardá, pero en plan casero y más cerca.

...Ay... qué malo es no tener nada que hacer...

4 comentarios:

Unknown dijo...

Para vestir son mejores las ropas domesticadas. Si se ensucian, a la lavadora y punto.Las acrílicas son las mejores porque incluso te evitas tener que plancharlas. Mi armario está lleno de estas prendas.
Ánimo con lo de las oposiciones. Piensa que Dios aprieta pero no ahoga (no es que sea yo creyente pero recojo el saber popular que queda muy bien). Seguro que proto empiezas a trabajar y verás tú que deprisa tienes que ponerte las pilas. Prepárate porque cuando menos te lo esperas, salta la liebre (ves qué bien queda)

LaReinaDelSur dijo...

Entonces para el próximo bodorrio, descartamos el vestido de seda salvaje, no?
A mi en verdad me da igual, vaya vestida con lo que vaya, acabo GUARRÍSIMA! Y es que la que es guarra es guarra, y yo.... lamentablemente lo soy!
El foular que llevé en la última boda, también de seda salvaje, acabó como una servilleta...

Satrústegui dijo...

Hola doña Eufra!

Primero disculpe mi prolongada ausencia por razones meramente educativas y obligatorias.

Hablando de bodas, recuerdo una con especial rabia. Estaba yo, con traje y corbata que tan bien me va, en la famosa cena. Yo de beige con una hermosa corbata y mi camisa. Y ahí estaba ella. Susana era su nombre, unos ojazos verdes felinos y cabello negro azabache. Simplemente espectacular. Todo pintaba bien y servidor estaba vislumbrando que esa noche quizás podría saber que había debajo de su estupendo traje rojo. Fue cuando llegó la tragedia. Otro de los invitados, feliz por las copas cortesía de los novios, comía como un poseso y en todo el caos que organizaba se las arregló para que una buena porción de ensaladilla rusa terminase en mi traje.

Fui a limpiarme, pero mientras intentaba reparar inutilmente la situación la moza en cuestión se marchó, no se si acompañada.

Ains...

Si de viajes se trata, le recomiendo Bordeaux. Desde Madrid hay algún ticket baratito. Y si lo suyo es el mercado patrio, Granada es lo que busca.

Por aquí me tendrá leyendo y comentando como siempre.

Maxibombón dijo...

Hola Eufrasia, ya veré yo como acabo con la boda de mañana jejeje ya la comentaré en el blog (http://lavictimanumerodiez.blogspot.com). Espero que sea mejor que la despedida. De momento ni seda salvaje no ostias, porque el supermodelazo que me compre en mayo no me entra ni en sueños, que disgusto pillé anoche que disgusto. Menos mal que la modista en casa lo arregla tó y me va a solucionar la papeleta con una falda de otro vestido, porque sino no tengo ropa pa ponerme. Que fuerte.