1.4.07

Volvemos a la rutina

Desde hoy, vuelvo a ser una desempleada más que engorda las listas del Inem. Podéis felicitarme (¡felicitarrrrrrrrrrrrrrrrme!) (qué alivio, nada que ver con el año pasado)

Y ahora que ya tengo unas cuantas horas más de día para mí, teniendo en cuenta que sigo aplicadita con mis estudios opositioriales y mis cursos de inglés, como veo que de momento no hay trabajo a la vista, ni noticia alguna de eso que me estaba preparando con cursos... ya empiezo a mirar la casa con ojos críticos.

Esta tarde me he sorprendido a mí misma decirle a mi madre:
-¿Y si esta semana pinto las rayas de los azulejos de la cocina?
-¡Vale!-creo que no me ha dejado terminar la frase. Mi madre, chica lista, sabe lo que esa simple frase conlleva.

Para quien desconozca el salvaje mundo de las rayas de los azulejos de la cocina, puedo decir que ya es tener ganas meterte en tal embolao, porque no es nada fácil conseguir un acabado perfecto. Yo uso pintura plástica, pinto y limpio, en un sólo paso, con el inconveniente de que no siempre retiras todo al limpiar, y te encuentras luego un pegote de pintura seco que tienes que rascar... ¿Y sabéis la de metros de rayas que hay en una cocina? Porque luego, ya con las rayas limpias, toca limpiar los azulejos. Los de la cocina son blancos, pero blancos de narices. Nada más guarro que el blanco. Ya sabéis por qué...

Y si limpias los azulejos, tendrás que limpiar los muebles también, por eso de la grasilla que se queda pegada en ellos. Y, ya puestos, el interior de los armarios, en donde no entiendes cómo pueden caber tantas cosas que no utilizas, o que tienes ahí por si acaso (decidme qué hace mi madre con tres termos, o una freidora de dos litros que no usa desde hace... uf) (y sólo es un ejemplo) Pero cómo no, si limpias las rayas, los azulejos, los muebles, el interior... también tendrás que limpiar el contenido. ¡Con la de copas y cosas de cristal que tiene guardadas! Vale, está el lavavajillas, pero la carga es limitada, y el cristal se rompe, así que eso no se hace en un ratillo. Pero tras todo eso... ¿cómo te vas a dejar el techo? Amarillito lo veré cuando termine con las rayas, los azulejos, los muebles... Así que me pondré con mi rodillo a darle -será lo primero que haga-.

¿Y las cortinas de las ventanas? No quiero ni imaginarme el cante que pegarán, por lo que, mientras se dan un agua en la lavadora, tendré que darle un repasillo a las barras de las cortinas, también mugrosas por esa grasilla jodía que se mete por donde ni te imaginabas. Y cómo no: los electrodomésticos también se limpian...

Y esta noche una amiga me contaba que mañana se va de entierro.

Pues qué queréis que os diga. Yo prefiero limpiar la cocina. Y el que diga lo contrario, es una mala persona. Con lo feo que es querer que se muera alguien...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nena!! Tú también que poco ojo para hacer esa pregunta... Cualquiera dejaría, encantado, que alguien le hiciese la cocina!
Que Sanmisterproper y Sankh7 estén contigo. Amén.
Besitos!

Silvia dijo...

Eufrasia,
como quiero parecerme a ti!