9.3.07

El Veterinario.

El Veterinario es un santo varón de buena planta, ojillos alegres y sonrisa encantadora que encandila a cuanta mujer se le cruce por el camino, y trabaja conmigo. He visto a dos chicas discutir por él, siendo que era él el que jugaba con ambas dos al mismo tiempo, a dos bandas. Y he visto a la mitad de la fábrica suspirar cuando pasa él, con sus rizos, su barbita, sus gafitas... Es todo un seductor, y lo sabe, y se deja querer por cuantas féminas se presenten voluntarias.

Su sobrenombre viene porque contó un día que su hermano quería ser veterinario. Y estudió, y estudió, mientras él se dedicaba a golfear por ahí. Cuando su hermano terminó la carrera y encontró un trabajo, se hizo una foto el primer día, vestido de verde -color del uniforme de los veterinarios, dijo-, y se la mandó a su madre. Su madre, orgullosa, la enmarcó y la puso en el comedor de su casa, para que la viera todo el mundo.

El Veterinario (el de mentira, el que trabaja conmigo) siguió golfeando hasta que encontró este trabajo. Cuando le dieron el uniforme, comprobó que también era verde, por lo que también se hizo una foto con él y se la regaló a su madre para que la enmarcara también, pero no tuvo suerte. No coló. Y se reía contando la anécdota.

Este chico -de unos 35 años-, ha pasado por mi lado diariamente durante cuatro meses y jamás me dijo nada. NI yo a él, más que nada porque no me cae bien. Bueno, pues parece ser que últimamente si que se ha fijado en mí. De la noche a la mañana, se ha convertido en mi admirador cotidiano. Siempre lo pillo mirándome, siempre se acerca a donde estoy yo, intenta meterse en nuestras conversaciones para al final charlar conmigo... Cuando tengo que pasar por donde está él, siempre se apoya en algo para observarme, sin importarle que le esté viendo yo, me sonríe y siempre me dice: "¿Dónde vas?". Y yo: p´allá. Elocuente que es una...

Como hoy habré pasado por su lado unas ocho veces -qué remedio, si te mandan para allá y luego te hacen volver-, he tenido que escuchar la misma pregunta ocho veces, con su sonrisa arrebatadora, su mirada de seducción, su pose sacando pecho... Le faltaba un sombrero (lleva el gorrito verde que les hacen ponerse a los hombres je je je). Bueno, pues las ocho veces le he contestado lo mismo que siempre: el p´allá. Unas chicas me contaban que el mozo parece interesado por mí. No me jodas, he dicho yo. Al decirme todas que si, he decidido cortar por lo sano.

Como tenía que volver a pasar por su lado -es lo que tienen algunas fábricas, que no se puede elegir la ruta para llegar a tu destino-, me ha visto y ha vuelto a ponerse "en postura". Al llegar a su lado, ha vuelto a preguntarme lo mismo:
-¿Dónde vas?
He puesto la cara más burlona que he podido:
-Pues a verte.
Se ha quedado seco, y ya no me ha dicho nada en el resto de la tarde.

OeOeOe...

Ps: El curso, bien, un auténtico tostón que ha estado a punto de hacerme dormir (en serio). He tenido que entrar a trabajar a las cuatro, y mañana también voy...

Ps2: Queda menos para el viaje... :D

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estás hecha una sex-symbol!
Fiu-Fiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Satrústegui dijo...

Vaya, vaya!!! Que historia! Esta hecha una conquistaora doña Eufrasia Glamour!

Con esa descripción del sujeto, hasta yo estoy con ganas de conocerlo (es que parece tan mono ^^).