1.8.06

Costumbres que cambian

No hace tantos años, la gente bien cubría sus cutis y su piel para que no les diera el sol. La lógica era contundente: la gente bien no tenía broceado, eso era cosa de los currantes del campo, que se renegrían bajo el sol al trabajar. Luego la cosa cambió. La gente bien empezó a invadir en vacaciones las costas y los currantes no podían. Ahora cualquiera se achicharra bajo el sol. Y, el estar moreno, ahora sólo es una señal de si quieres estar amarronao o no.

Yo soy de las de blanco nuclear.

Utilizo un factor elevado (un 50 aproximadamente), no sea que me queme, de ahí que luzca un blanco inmaculado de piel. Como soy propensa a los lunares, mi meta es batir el récord de que cuanto menos sol me dé, mejor, por lo que si veis a alguien casi con un burka por la playa, ésa seré yo. Pero no será fácil encontrarme a menudo, porque no suelo ir a la playa propiamente dicha.

Pero alucino al ver a todas esas gentes humanas que toman el sol. Allá cada uno con su moreno, pero en la playa ves toda la gama de bronceados. Un repertorio de color infinito...

Tenemos paseando por la orilla a la que con su palidez extrema (yo mismamente) hace que cualquiera se note más moreno que ella.

Tenemos junto a la toalla al que se ha pasado de vuelta y vuelta, y su palidez, más o menos extrema, se convierte en un rojo gamba humana que da grima sólo con mirarlo. Y lo peor es que aún no se ha dado cuenta de que se ha quemado, cosa que la playa entera sí lo sabe, y es el objeto de todas las miradas...

Por allá, bajo la sombrilla azul de propaganda la que le gusta broncearse, pero decide que ya está bien, por lo que se encasqueta el sombrero, se pone la camiseta, se acomoda bajo la sombrilla, se planta unas gafas de sol tamaño casco de astronauta y lee una revista, mientras las piernas siguen estando al sol.

No puedes dejar de mirar a la que no es que esté morena: se ha carbonizado. Tiene un color nogal oscuro tan intenso que dudas ya de que sea de raza blanca. Ésa no ha estado de vacaciones en la playa, es que se le olvidó ir a casa desde el año pasado. Si no es por eso, no entiendes cómo una persona puede llegar a tener ese color. Si fuera verde te sorprenderías menos.

También está quien se compra ochocientos bikinis y cada día se pone uno. Lo malo es que cada parte superior del bikini tiene los tirantes de una forma diferente, por lo que tiene los hombros llenos de rayas y marcas. Algo así como los presos que salen en las películas, que marcan cada día que pasa en la pared, sabes cuántos días llevan en la playa por la cantidad de marcas que llevan en los hombros/espaldas/etc.

Luego están las que se saben monas, las que se creen monas, y las que ni lo son, ni lo están.

Cómo no, los chicos que se ponen a jugar a algo para captar las miradas femeninas, y lo que hacen es joder a los demás llenándolos de arena. Acaban -sin excepción- enterrados vivos bajo el chiringuito playero por el resto de los bañistas. Sus cuerpos nunca se encontrarán.

...Huys, que me he ido. ¡Si yo estaba hablando de los tonos de piel! Pos eso. Tengo mi blanco nuclear inmaculado y puro.

Y ahora... me pongo a hacer algo, que tengo una cosilla que hacer (remunerada) y no se trata de limpieza. Voy a hacer... mi primer página wés (prefiero que quede entre el que la encargó y yo: mi imagen decaería demasiado ya ante vosotros)

1 comentario:

Silvia dijo...

Eufrasia,

Como me gustan tus posts!
Siento no haber escrito mucho ultimamente.
Espero que estes bien, tan estupenda como siempre.

Besotes. Silvia