21.7.06

Ricordo di Italia

Tengo una caja llena de recuerdos de lugares que no he visitado.

Tengo un billete de dólar de Nueva York que me trajeron en un viaje. Tengo recuerdos de santos lugares con la virgencita de turno. Conchas con cruces. Toricos. Llaveros de mil sitios diferentes. Dedales de plata -mi debilidad- de otros cienes y cienes de sitios. Pero claro, es que me han visto con ganas de tener algo diferente. Y, oh, cielos, me han regalado otro santo. Y no es un santo cualquiera. Tengo -envidiádme, envidiádme- DOS medallitas de san Antonio de Padua (sancti Antonino di Padua en italiano, creo yo que se llamará así), traidas del mismísimo Padua que no sé dónde cae (bueno, si, en Italia), pero hay qué ver qué magníficas medallas hacen los italianos. Dios, tengo los pelos como alambres...

La persona que me las ha regalado (digo yo que me tiene que querer un poquito asín () para acordarse de mí en tan largo viaje) me estaba contando que había una medalla para cada cosa. Para el amor, para el trabajo, para la salud -hay que ver el merchadising que tienen montado por ahí-, para los hijos, para la familia, para los estudios... Si os digo la verdad, ya no me acuerdo para qué sirven las dos que tengo (supongo que por si se me pierde una, tengo la de repuesto)

Hace años yo tenía una vecina que era hincha-fán de san Antonio de Padua. Algo así como yo con Beckham, pero lo de ella, más exagerado. Yo no necesito tener ni una triste foto del mozo para clamar a los cuatro vientos que me moooooooooola (por lo menos éste no me romperá el corazón, será únicamente sexo, lo tengo clarísimo). Pero lo de mi vecina era mu fuerrrrrrrrrte. No hablo de estampitas del santo varón, porque más que estampitas tenía dos o tres barajas completas con la jeta del hombre. Y las repartía tan alegremente. Yo creo que se reproducían en su casa, porque creo que cada vez tenía más. También tenía un cacho cuadro que presidía el comedor. Uf, eso era mu fuerte, entrar en el comedor, y verlo casi de tamaño real. Joer, siempre me daba cada susto... Pues eso, que mi vecina era mu creyente. MU creyente.

Yo tenía un exámen de física y química que no iba a aprobar ni de coña. Me la jugaba a una papeleta: si aprobaba, pues eso. Aprobaba. Si suspendía, me caía COU entero también. Así que mi madre, en un acto de cotilleo vecinal, le contó que tenía un exámen muy difícil. Y ella le puso un par de cirios al santo. Y, claro, no sólo me enteré yo de que le había puesto dos velas al santo, sino también toda la calle. Y que si suspendía, me tocaba repetir curso también. Mi vida y mi honor estaban en peligro.

Pero es que la madre de una amiga que estudiaba conmigo también era hincha-fán del Antonini, por lo que también le puso alguna velita más por mí. Me fui al examen pensando que me había tenido que morir o algo, porque no hacían nada que ponerme velas. Porque por lo de la salvación del alma, como ya no había remedio.

Total: que apruebo el examen (misterios de la vida) y, claro, ahora tenía que agradecerle a las dos mujeres su fe en su santo. Por supuesto, a las dos les oculté la existencia de otras velas que no fueran las suyas. Y su santo, compartido, fue el gran vencedor de la noche. Bueno, y yo, pero eso ya lo dí por hecho.

Ahora tengo dos medallas. Si fueran de la salud, pues hombre, ahora tengo otitis y debería ir al médico, pero no hay que amputar. Si fuera del trabajo, necesitaría un par de toneladas de medallitas para empezar. Y si fueran del amor, pues qué queréis que os diga. Que NO funcionan (si son tan poderosas, debería tener ya a Beckham a mis pies suplicando mis favores sexuales)

En vez de medalla, yo preferiría un anillo. Ejem... si, ese. El que vibra.

Pero claro, seguro que Beckham estará durmiendo ya. Otro día será.


...Cu-ñao... ¿Desde cuándo se pelan las palmas de las manos? (oigs, qué cosas más raras me pasan)

1 comentario:

Elvira Jaureguizuria Elordui dijo...

La "Eufrasia" es una planta medicinal. Bienvenida al mundo.